Cap. 13 – Pakse, la llegada al sur del país

Dos días viajando de noche y ya habíamos atravesado todo el país. Pakse, capital de la provincia de Champasak,  es una de las paradas obligatorias cuando se llega a esta zona y punto de partida de las diferentes excursiones a los alrededores.

Las famosas ruinas de Champasak
Las famosas ruinas de Champasak

Cuando abrí los ojos desde mi cama en el Sleeping bus vi que estábamos llegando. Me desperté descansada y con energía otra vez, la había recuperado y menos mal, porque decidimos ir andando desde la estación de autobuses hasta la guesthouse (para que no nos enredase ningún tuk-tuk y nos llevase a otro sitio, cosa muy común). Lo que pasa que la estación estaba en las afueras de la ciudad y el tramo era larguito y por una carretera sin aceras y miles de motos y tuk-tuks animando las calles de buena mañana.

De camino vimos que estaban construyendo un campo de futbol o unas pistas de atletismo, no lo se seguro, pero recuerdo que impactaba ver la colosal obra en medio de lo que eran las casas de las afueras que seguían manteniendo la estructura de los pueblecitos, no siendo así en el centro donde teníamos la guesthouse.

Elegimos la Sabaydi2 porque tenía alquiler de motocicletas y nos habíamos quedado con ganas en Luang Prabang, así que nada más llegar y hacer el checking lo preguntamos a la chiquilla que había en recepción, pero después de una corta conversación nos dimos cuenta que no nos entendía muy bien y se fue a buscar a alguien que nos pudiese atender.

Mientras esperábamos aprovechamos para desayunar en la terracita que había en la entrada. Un jardín con mesas redondas de piedra decoraba la guesthouse. Con hambre y con el bonito decorado nos tomamos de lo mas a gusto un café y unos bocatas de tortilla, y unos minutos mas tarde salió un hombre mayor con la misma cara que el señor Miyagi!! (lástima no tener ninguna foto). Visto nuestro empeño en alquilar una moto, nos sacó un pequeño ciclomotor que me recordó a los que llevan aquí los señores mayores para ir al campo. Era muy vieja y sucia, pero nos hizo un montón de ilusión pensar que íbamos a poder ir a nuestra bola sin tener que estar pendientes de tuk-tuks. Nos explicó cuatro cosas, como llegar a las ruinas de Champasak y poco más y nos fuimos corriendo a poner gasolina.

Toni con el casco del revés
Toni con el casco del revés

Una vez ajustados los precarios cascos, que a Toni le venía mejor del revés que al derecho, le dimos gas a la moto (chuscali! chuscali! le decía yo a Toni), y yendo hacia la oficina de turismo nos dimos cuenta de lo que era Pakse: un pueblo más grande que lo que venían siendo los poblados, donde la gente vivía en mejores condiciones que en los poblados sin llegar a ser una ciudad.

La parada en esta oficina fue para preguntar si desde la estación de Pakse salían autobuses hacia Tailandia, puesto que a poco de la fecha de retorno, aun no teníamos ni idea de cómo íbamos a volver a Bangkok, ya que vuelos no había o no supimos encontrar. Nos dijo que si, así que antes de salir de excursión fuimos a comprar los billetes. De momento ya teníamos asegurada la llegada a Ubon Ratchatani (Tailandia), ahora solo nos faltaba saber como ir desde ahí a Bangkok y con tiempo para coger el avión de Qatar Airways, claro.

Cogimos la moto otra vez y seguimos el camino que nos indicó el señor de guesthouse, pero en menos de 10 minutos se puso a llover y tuvimos que dar media vuelta y volver en dirección hacia Pakse otra vez. Estuvimos parados un rato en un templo haciendo unas cuantas fotos, y cuando volvió a salir el sol, sabiendo que aquí las lluvias son cortas y rápidas, emprendimos otra vez el viaje. Vimos unos cuantos poblados, donde la gente salía a la carretera a ofrecerte todo tipo de alimentos.

Mujer vendiendo comida
Mujer vendiendo comida

Las ruinas no están muy lejos, pero la moto no cogía más de 40 km/hora. Las carreteras no agilizaban el camino y nos acompañaban los miles de baches de siempre: vacas, cabras, búfalos, niños que iban al colegio… Tuvimos que dar marcha atrás un par de veces a preguntar o retroceder porque habíamos pasado de largo el comino correcto a seguir, pero al final encontramos el pueblo desde donde podíamos cruzar el río. A lo largo de todo el Mekong hay mil sitios desde donde se puede cruzarlo (puentes ninguno claro), pero en este además de personas también podías pasar la moto; muy originales como siempre, ya que  con 2 palés y dos palos de madera montan un catamarán.

Carme grabando el catamarán
Carme grabando el catamarán

Una vez en la otra orilla del río, la carretera desapareció y empezamos a ir por caminos de tierra, piedras y agujeros, pero Toni no se dio cuenta, o es que estaba entrenando para algún rally, y en uno de los intentos por pasar volando por encima de los agujeros se me resbaló el pié y lo puse en el suelo dándome con el dedo gordo contra una piedra. Casi le mato. Me salieron lágrimas de las estrellas que vi, pero nada que no se pudiese arreglar con unos primeros auxilios básicos: un poco de agua y un pañuelo enrollado en el dedo, así que seguimos.

Llegando a las ruinas ya empezó a hacer buen tiempo, y a notarse el calorcito y en unos veinte minutos llegamos al Wa Phu Champasak. La sensación que nos dio este sitio nos fue cambiando a medida que fuimos subiendo por las ruinas.

Entrada a las ruinas
Entrada a las ruinas

Nada mas llegar lo primero que vimos fueron cuatro piedras que daban poca impresión de haber sido un antiguo complejo religioso jemer. Pero cuando nos adentramos empezamos a intuir en ese montón de piedras todo lo que llegó a ser. Llegó un momento después de adentrarnos en las ruinas en que aparecieron delante de nosotros unas escaleras poco uniformes y muy empinadas y empezamos a subir. Tuvimos que subir con mucho cuidado porque la piedra estaba muy desgastada y resbalaba mucho, además  los escalones eran muy altos y algunos muy estrechos en los que apenas te cabía un pie, y con las chanclas….

Enormes escaleras de acceso
Enormes escaleras de acceso

No fue hasta que llegamos arriba del todo cuando nos dimos cuenta de la magnitud del complejo. Las vistas desde esa altura nos hacían percibir lo grandioso que llegó a ser aquello. Por un lado divisábamos la llanura donde se encontraba Champasak y por otro lado podías contemplar la vertiente del Mekong.

Imágenes talladas en piedra
Imágenes talladas en piedra

Hicimos unas cuantas fotos de las vistas, las ruinas y lo que quedaba de las imágenes de dinastías anteriores, mientras descansábamos un rato antes de bajar.

Vistas desde lo alto
Vistas desde lo alto

Cuando regresamos a la entrada entramos al museo que hay al principio a echar un vistazo; en él se conservan esculturas y piedras talladas de las ruinas para que no se estropeen a la intemperie.

De camino a Pakse paramos a comer en Champasak, en un restaurante al lado mismo del Mekong (como tantas otras veces) y nada más terminar volvimos a la guesthouse. Por la tarde estuvimos en un ciber mirando como se podía ir desde Ubon Ratchatani a Bangkok, pero en internet no nos salía ninguna página desde la que poder comprar billetes de tren o autobús, así que decidimos que el mismo día que llegáramos nos las apañaríamos allí, porque de momento poco podíamos hacer.

Restaurante al lado del Mekong
Restaurante al lado del Mekong

Más tarde fuimos a la guesthouse a acordar la hora de salida del día siguiente para salir a las 4000 islas, concretamente a la isla de Don Det, y cuando tuvimos todo arreglado nos pusimos guapos y fuimos a cenar a un indio que habíamos visto, el “Jasmine”. Nos apetecía cambiar los nuddles y el arroz por el pan de pita y el curri. Como cenamos pronto luego nos fuimos a tomarnos el café a otro sitio por dar una vuelta, pero eran las 9 de la noche y ya no había un alma por la calle. Así que nos fuimos muy pronto a dormir.

275 270 Toni
3 comentarios
  • Fantastico Pakse, cuando llegamos la ciudad no nos gusto nada, pero una vez que alquilas una moto la cosa cambia :D, nosotros decidimos recorrer el parque The Bolaben Plateau, sus cascadas y parando en sus aldeas y fue una maravilla, espectacular.

  • es el que hi ha!!!!

  • Les imatges d'aquest post són precioses, tan sols hi ha una d'un individu amb un casc que està una mica fora de lloc.

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