El destino de nuestra siguiente etapa era por fin algo más atractivo que los dos anteriores. Dong Hoi, al norte de la zona desmilitarizada y ciudad fronteriza cuando se dividió el país en dos, es una ciudad bastante más bonita que la que nos alojó la noche anterior pese a ser brutalmente bombardeada durante la guerra por la zona en la que se encontraba. Situada en la costa y con el río Nhat Le atravesando sus entrañas, la capital de Quang Vinh está cerca del Parque Nacional Phong Nha-Ke, Patrimonio de la humanidad, y sus famosas cuevas que pretendíamos descubrir.
Como siempre que le hacíamos unos 300-400 km a la moto nuestra primera labor fue hacerle un cambio de aceite el cual, pese a no ser la solución a todos los problemas de Km0, era una forma de mantener en condiciones su motor. Y para nuestro motor no podía faltar nunca el ritual del Café Sua.
Tardamos 7 largas y frías horas en recorrer los 196 km que separan Dong Hoi de Vinh, de donde salíamos, y la lluvia y el viento, que ganó protagonismo ese día, quisieron hacernos compañía durante la mayor parte del trayecto. Al menos agradecimos que todo el recorrido fuese siempre cerca del mar, por la carretera nacional 1A y sin desniveles, y con unas vistas de los campos de arroz repletos de agua donde algunos vietnamitas realizaban sus labores tiñendo el paisaje de sombreros cónicos tan característicos y famosos de Vietnam.
Por suerte el hotelito al que llegamos después de la lluvia caída, el Sunshine Hotel Quang Binh, muy iluminado gracias a sus ventanales a pesar de lo nublado que estaba afuera, era mucho mejor de lo que esperábamos y pudimos entrar en calor con una buenísima ducha caliente. En el garaje se quedó nuestra moto haciendo de tendedero de la ropa al igual que todo lo que pillamos en la habitación que pudiese hacer la misma función.
Ya recuperados después de la ducha estuvimos comentando, y lamentando, que nuestros planes iniciales de visitar el parque nacional se fueran al garete cuando vimos que el tiempo no tenía intención de mejorar, la lluvia no cesaba, no encontrábamos la manera de combatir el frío con las escasas prendas de nuestras mochilas y el fuerte viento soplaba tan fuerte que recordaba a mis peores días luchando contra el cierzo en Zaragoza. Lo único que hicimos en aquella ciudad fue dar un paseo por la zona del río y salir a cenar por un paseo con algo de ambiente.
Datos prácticos:
- La ruta fue larga y nos llovió, pero las vistas lo compensaron
- El hotel en el que nos quedamos fue el Sunshine Hotel Quang Binh y pagamos 350.000 dongs la habitación doble. Reservar en Sunshine Hotel Quang Binh
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