La crónica cósmica. He is from Spain, in América

Cuando visito al señor Lobo lo hago sin tener la menor idea de la forma en que me recibirá, y es así porque su humor me resulta siempre una incógnita. A pesar de que el decorado sea el mismo y su comportamiento no deje de ser impecable, hay días en que prácticamente no me dirige la palabra, e incluso cortará desvergonzadamente la conversación que yo pueda mantener con una tercera persona, mientras que en otros me agasaja como a un príncipe.

El día de mi cumpleaños se dio este segundo caso, y me organizó una fiesta impresionante en la que, aparte de diferentes amigos, música, luminotecnia y, por supuesto, mucho ron, hubo dos cocineros preparando delicias todas la noche. La celebración fue doble, pues el día anterior montamos una fiesta parecida en mi habitación en la que, como si fuésemos talibanes, nos juntamos cuatro hombres de diferentes edades (el señor Oso, el abuelo de la casa donde vivo y su hijo) y conseguí que cogiesen tal pedo como para que acabásemos todos bailando.

El señor Chacal, quien tiene un pie en el hinduismo y el otro en el budismo, me contó que en cierta ocasión fue invitado a presenciar una ceremonia religiosa que iba a celebrar el Dalai Lama. Debido a las reducidas dimensiones del templo solamente se hallaban presentes una docena de lamas y siete personajes importantes de la cultura y la política. Se respiraba una atmósfera extremadamente respetuosa y seria, y ellos evitaban hablar o producir el mínimo ruido. Los lamas se cubrían con los típicos gorros amarillos, folclóricos, exóticos, altos, puntiagudos y, digámoslo todo, cómicos; y cuando al fin llegó el Dalai Lama y se colocó el suyo tras tomar asiento, Su Santidad, después de observar por unos momentos a unos y otros, preguntó jocosamente: “¿Estoy elegante?”. La gravedad se desvaneció en un solo y mágico instante, y a continuación todo el mundo se estaba desternillando de risa igual que el Dalai Lama.

Faunópolis

  • Obituarios. No fueron cuatro, sino siete los cachorros de tigre que murieron en el incendio del “Corbett Park”. Me han asegurado que los incendios de este año han sido provocados por los mismos tipos que antes se encargaban de apagarlos, a quienes el nuevo gobierno de Uttarakhand ha dejado sin empleo para reducir el presupuesto. Sumando estas defunciones a las ocurridas durante los dos últimos años, en el mismo parque han muerto veinticuatro tigres ya sea a manos de los cazadores furtivos o debido a accidentes y enfermedades. Según los censos, en el “Corbett” residen doscientos cuarenta tigres, y en la India, mil setecientos seis (¿seis?).
  • Otra defunción, aunque ésta fuese bien acogida, ha sido la de un leopardo asesino al que han encontrado muerto de un disparo. En realidad el gatito todavía no había matado a nadie, pero después de atacar y herir a varias personas, incluyendo a una niña pequeña, ya estaba a punto de doctorarse. El hecho de que se limitasen a ejecutarle sin despellejarle para sacar una buena pasta deja claro que se trataba de un acto justiciero.
  • El ciervo ladrador “kakar” es un animal solitario como casi todos los de la jungla, y a pesar de que es raro el día en que yo no vea alguno, jamás había encontrado a dos que estuviesen juntos; así que el goce se multiplicó cuando el otro día dí con una mamá a la que seguía un pequeño Bambi. – Un espectáculo parecido: un ciervo pastando frente a mí durante un buen rato sin apercibirse de mi presencia ni del aromático humo de mi porrito.
  • Otro: Dos búhos (¿por qué no “búhas”?) “Marrones” acompañados de sus pollitos y observándome a poca distancia como si yo fuese un marciano. Estos pájaros se camuflan de tal manera que, aun sabiendo que están allí, puedes tardar un buen rato en descubrir que los tienes prácticamente al lado. Al observar a los pájaros sucede que, mientras sigues su vuelo, uno te lleva a otro, y terminas girando la cabeza de derecha a izquierda como si estuvieses en un partido de tenis.
  • Y hablando de miradas, acabo de recordar la definición que yo usaba hace años para explicar el comportamiento de los macacos: si pones tu mirada en la suya te sentirás de forma parecida a cuando entras en una taberna del Barrio Chino y lo haces con un legionario, “¡¿Pero tú qué miras, mamón?!”, consiguiendo que te partan la cara. Una muestra del nivel evolutivo en que se encuentran los macacos: un jovenzuelo se estaba examinando atentamente la dentadura con la ayuda de un espejo que mangara de una habitación: YO.
  • Al contrario de lo que sucede en las ciudades, un paseo por la jungla es siempre distinto y sorprendente aunque pases diariamente por el mismo sitio. ¿Un ejemplo? Unos vecinos salieron al atardecer a dar una vuelta por un bosque cercano a su casa y se encontraron con un gatito al que quisieron llevar con ellos; pero cambiaron de opinión y salieron por piernas antes de que regresase su mamá cuando él les aclaró que no era tal sino un cachorro de leopardo.
  • En cuanto al ambiente musical, solamente os diré que no hay nada más fácil que provocar a los pájaros cantores, y que con silbar unos momentos consigues un amplio acompañamiento de quienes creen hacerlo mejor que tú.
  • Sin diversidad no hay continuidad. Las abejas que no pican resultan ser italianas como todas las que usan los apicultores indios. Caso parecido al del arroz japonés que comemos, ya que todo el mundo planta el mismo tipo porque produce más (de las más de quinientas variedades de arroz indostanas que había antes, ahora solamente quedan treinta). Y hablando de este cereal, añadiré que los arrozales que veo todos los días ya han entrado en la faceta surrealista con sus colores, los reflejos del agua, y el cambio constante.

Asuntos sociales

  • La joven esposa que cuida de mi estómago se empeña en tratarme de señor, y dirá, “Sir”, antes de entrar en mi habitación para traerme el chai o la comida. Debido a que hasta hace muy poco me podían estar llamando chico, “Hay un chico que pregunta por ti” y cosas por el estilo, el cambio es bestial; espero no acostumbrarme a ello.
  • Un muchacho le preguntó a un amigo mío acerca de cuál era mi país de origen, y él respondió acertadamente diciendo, “He is from Spain, in América” (según los indios, en la Tierra hay dos lugares: la India y América).
  • Durante los últimos decenios no ha dejado de aumentar el número de defunciones debidas a malaria cerebral (encefalitis); el estado que va a la cabecera es el de Uttar Pradesh (sobretodo en el Valle del Ganges, y el peor sitio es la ciudad de Gorakpur por la que yo pasase al venir del Nepal), donde el último año murieron doscientas cuarenta y siete personas. Quienes sobreviven tardan una barbaridad en recuperarse (¿no es así Nina y Alexandra?)
  • La historia de las presas que quieren levantar en el Ganges no es cosa de broma, pues hablamos de doce que ya se hallan en construcción y cincuenta y dos más que las seguirían. Con la corrupción rampante de este país, ¿os imagináis la de bolsillos que se han de llenar con cada nueva presa? Yo tengo amigos que están mínimamente metidos en política puramente pueblerina, y se enriquecen constantemente con cada nuevo contrato: “Vamos a ver qué edificamos hoy; ¿qué tal un puente?”. “Pero si no tenemos ningún río…”. “¡No jodas, pero si ya he cobrado la comisión!”.
  • ¿Animales racionales? Un diplomático francés del consulado de Bangalore violó a su hija de tres años. Umm. Dos adolescentes de Goa que querían apostar en la Eurocopa, asesinaron a su dulce abuelita para robarle las joyas. Umm.
  • En la editorial del “Times of India” hacían una pregunta que yo he repetido un montón de veces: ¿Cuándo se obligará a pasar los exámenes pertinentes a quienes pretendan entrar en la carrera política como se hace en cualquier otra profesión? ¿Cuándo se negará la entrada a los que no demuestren tener suficiente inteligencia, equilibrio y dignidad?
  • La disminución constante del tanto por ciento de las mujeres indias frente al de los hombres debido a la selección sexual de los bebés provocará en el futuro un aumento de las violaciones y los raptos, hecho que los fanáticos aprovecharán para prohibirles salir solas e incluso les impondrán un código en cuanto a los vestidos que deban usar para no provocar al macho.
  • Una asociación de vecinos ha denunciado al famoso “Club de la Risa de Bombay” porque, según dicen, terminan enloqueciendo al escuchar sus demenciales carcajadas. Les comprendo, pues de hallarme en su caso podría hacer alguna barbaridad.

Ahora sí, ahora ha llegado el mango Dasheri, y a media mañana abandono por unos momentos mi habitación (permanezco un promedio de veintiuna horas diarias en ella: teclea, duerme, piensa, alucina) para “correrme” de gusto comiéndome uno (solo uno debido al ácido que llevan los mangos). Supongo que si los probasen los señores de la Casa Blanca, serían prohibidos, ya que crean adicción.

De forma parecida a la de otros países gobernados por imbéciles, en esta santa India no dejan de edificar nuevas zonas residenciales sin tener agua para abastecerlas. Aun suponiendo que este municipio en que vivo esté recibiendo actualmente la misma cantidad de lluvias que antes, el número de la población se duplica durante la época seca, “we go to the hills”, y no puede haber mejor negocio que el de repartir agua en una camioneta. Los campesinos llevan semanas paseando con cubos de agua arriba y abajo, y las cuñadas de esta casa casi han llegado a las manos por el mismo motivo.

El intercambio de disparos en la frontera entre las fuerzas paquistaníes y las indias sigue siendo casi diario.

Mira lo que pienso: Dime en qué te valoras, y te diré qué mierda eres. ¿Altura? ¿Tamaño de la polla? ¿Y mis tetas? ¿Mira qué cojones tengo? ¿Y los hombros? ¿Elegancia, elegancia? ¿Inteligencia? ¿Tolerancia? (¿y esto qué es?) ¿Qué ocultas tras la máscara?

Y esto es todo por hoy, mis queridos papanatas. Bom Bom.

La crónica cósmica, de Nando Baba
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Nando Baba

Escritor y viajero. No te pierdas las crónicas cósmicas de Nando Baba.

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