Viaja sin dejar rastro: reduce tu impacto de forma fácil

Dar una charla acerca de las nefastas consecuencias para el medio ambiente del uso descontrolado de plástico u objetos desechables sería subestimar a nuestros lectores. La educación medioambiental a día de hoy en nuestro país, el que no la ha recibido en el colegio la ha conocido a través de campañas, la tele o redes sociales. 

Todos sabemos que el plástico tarda siglos en desaparecer, que este material y muchos otros casi siempre terminan en el mar y que los animales, el fondo marino y las playas son los primeros perjudicados de una larga lista negra de afectados.

Reciclar está a la orden de día y lo común es tener en casa más de un cubo de basura y separar los materiales. No hacerlo, con las facilidades que se nos da ya no es una cuestión de desinformación, es una cuestión de vagancia.

Sin embargo no es así en todos los países del mundo, países en los que el reciclaje y la gestión de residuos pasan a un segundo plano por cuestión de “prioridades”. Partes del mundo en las que muchos de sus ciudadanos no tienen acceso a la educación y gobiernos que no ponen nada de empeño en educar a la ciudadanía al respecto.

Por lo tanto reciclar no es tan fácil cuando uno se encuentra de viaje y sin quererlo, a veces, formamos parte del problema y lo engrosamos.

Tortuga atrapada en plástico
Tortuga atrapada en plástico

Tengo que confesar que yo no fui realmente consciente de la basura que puede llegar a generar un viajero/turista hasta que no hice mi primer viaje largo. Tras varios días durmiendo en la misma habitación veía como se juntaban en el mismo cubo papel, plástico y vidrio.

No poder reciclar era algo que me atormentaba y en demasiadas ocasiones lo que veía a mi alrededor me entristecía más. Países capaces de sorprenderme por la extrema belleza de sus paisajes lo hacían también por la suciedad y pestilencia de muchos otros.

Tuve ganas de llorar al ver playas llenas de envases de comida para llevar, al ver a los pasajeros del tren de India tirar todo por la ventana y a las vacas masticar y tragar bolsas de plástico.

Y he estado a punto de infartar al ver cómo en puestos de comida callejera de Tailandia ponían la sopa en una bolsa, le metían una pajita para beberla, luego metían el arroz en un envase de poliestireno con una cuchara y un tenedor desechables de plástico para comerlo y todo ello metido en otra bolsa de plástico (y que no sean dos por si se rompe).

Y en el 7/11, el rey de las bolsas por excelencia, estuve a punto de sufrir un ictus al ver a alguien comprar UN PLÁTANO ENVASADO y meterlo dentro de otra bolsa.

Orilla de un río en Myanmar llena de plásticos
Orilla de un río en Myanmar llena de plásticos

Pero sobretodo sentí mucha impotencia al pensar que yo como viajera de esos países estaba contribuyendo a esa contaminación y no podía hacer nada para impedirlo. Cosa que no era verdad.

Puesto que reciclar es algo que no está siempre a nuestro alcance mientras viajamos, bien porque no sabemos dónde hay contenedores o porque en las habitaciones solo tenemos un cubo en el que se tira todo, si queremos reducir el impacto incluso mientras nos encontramos de viaje, todavía podemos hacer caso de las otras 2 erres: reducir y reutilizar (que en realidad son más importantes y las primeras que deberíamos tener presentes).

¿Recordáis la regla de las tres erres?

Reduce - Reutiliza - Recicla
Reduce – Reutiliza – Recicla

Aunque es  verdad que no siempre, muchas veces tenemos varias opciones a la hora de comprar algo, entonces, ¿Por qué no elegir la que lleve menos envoltorios o envoltorios biodegradables o reutilizables? ¿Y qué hay de la moda del usar y tirar? ¿No os parece mucho mejor comprar cosas que se puedan usar en más de una ocasión? Nuestro bolsillo lo agradecerá.

Y, teniendo en cuenta lo barato que resulta comer en los puestos callejeros en muchos países ¿Para qué vamos a querer comprar comida para llevar con la de envoltorios que vienen siempre con éstos? Algunos viajeros prefieren incluso llevar sus propios cubiertos en la mochila que servirán también para hacer algún picnic o acampar.

Con respecto al agua, entiendo que la botella de plástico sea en ocasiones difícil de evitar, que no imposible (hemos conocido a viajeros que usaban un potabilizador a base de rayos UV y en mucho lugares hay dispensadores de agua potable en los que puedes rellenar tu botella de acero), pero ¿Qué hay de los refrescos y cervezas? mejor comprar las de formato botella de vidrio que además se suelen poder devolver para reutilizar.

En algunos lugares como en Koh Lipe (Tailandia) se organizan excursiones de un día para recoger la basura de las islas de alrededor, y para agradecer tu tiempo y el trabajo hecho te invitan a comer.

Puede que no sea lo que uno espera hacer cuando se va a la otra punta del mundo, pero convertirse en un Trash Hero por una mañana es realmente gratificante y una bonita ocasión para seguir conociendo gente, podéis comprobarlo en el siguiente vídeo. Puedes buscar este tipo de actividades cerca de donde estés pasando tus vacaciones, en algunas ocasiones son los mismos propietarios de los alojamientos los que organizan estas excursiones de limpieza.

Puede que parezcan muchas cosas en las que pensar, al principio a mi se me antojaba complicado y farragoso, pero el cambio de hábitos es solo una cuestión de tiempo, y aunque al principio cuesta, al final se convierte en nuestra manera de actuar sin pensar.

De todos modos todo es cuestión de empezar, y nuestro pequeño consejo para empezar es que dentro de la mochila metáis una bolsa de tela para cuando hagáis las compras.

Ya sólo con ese detalle habréis dado un enorme paso que ahorrará seguro alguna decena de bolsas de plástico. No ocupa nada en la mochila, las hay de mil formas y colores, y la puedes llevar personalizada o incluso de alguna asociación u ONG.

En nuestra mochila ya hace un par de viajes que no falta, pero de todos modos siempre podéis usar la mochila pequeña que lleváis a mano para meter las compras.

Con mi bolsa de tela a todas partes, incluso buscando street art en Georgetown
Con mi bolsa de tela a todas partes, incluso buscando street art en Georgetown

Cómo veis son infinitas las opciones que tenemos a la hora de minimizar el impacto de nuestro paso por algún lugar. Nuestros compañeros los Viajeros Reverdes tienen un artículo que me gusta mucho en el que dan varios consejos al respecto, y estamos seguros de que a vosotros se os ocurren muchos más. Sabéis que siempre estamos atentos a vuestras sugerencias en forma de comentarios;)

Puede que en nuestras manos no esté educar a la gente, pero sí que creo que nuestros gestos pueden ser significativos y que si cambiamos hábitos a la larga estas costumbres pueden extenderse entre otros viajeros y gente que nos ve a diario y que en ocasiones, sin motivo alguno, incluso nos admiran simplemente porque llegamos de otra parte del mundo.

Puede que no podamos llegar a un lugar y empezar a decir lo que está bien o lo que está mal, pero sí que podemos recoger un vaso al que están empujando las olas del mar, un paquete de galletas vacío que nos encontramos en mitad de un trekking o pedir en la tienda que no nos den la bolsa de plástico, que no la necesitamos porque ya llevamos otra.

¿Es esto lo que queremos?
¿Es esto lo que queremos?

Puede que alguien que vea lo que estamos haciendo se plantee por qué y termine haciéndolo ¿Quién sabe? Lo que está claro es que hay que empezar a cuidar en serio el planeta, porque amigos, nos lo estamos cargando..

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4 comentarios
  • Nosotros estamos buscando el filtro y los rayos. Lo primero nos sale por 50 euros, es una botella con el filtro integrado y ya la tenemos. Lo segundo ronda los 100, pero nadie nos puede decir si los rayos uv son imprescindibles o basta con la botella de filtrado. A mí personalmente me cuesta verme bebiendo agua recargada del grifo en varanasi, pero tampoco soporto la cantidad de botellas de plástico que dejó atrás en países sin sistema de reciclaje. A ver cómo lo lidiamos, estaremos 9 meses de mochila por Asia y esperamos impactar lo menos posible. Gracias por vuestro blog, es estupendo. V

    • Nosotros compramos, para el último trekking por Leh (India), el Camelbak con purificador con UV. Tarda 60 segundo en eliminar virus y bacterias, y es muy efectivo (vimos un vídeo de unas pruebas en laboratorio antes y después de utilizar este aparato). La verdad es que nos fue de maravilla aunque, es o sí, barato no es.

  • Gracias miles guapos por la mención! La consciencia colectiva nos hará imbatibles y podremos dejar el planeta guapo guapo ;-)

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