Nuestro segundo hotel en Antsirabe fue la guesthouse Chez Billy, lugar al que llegamos gracias a la insistencia de un malgache empeñado en vendernos un tour por el Tsiribihina. Al margen de esto señalar que el lugar está bastante bien, limpio, céntrico y con buen precio. El lugar lo regenta un tal Billy al que no llegamos a conocer porque se encontraba en Antananarivo. Mientras tanto el local lo llevaban un grupo de jóvenes rastafaris de lo más simpáticos.
En la parte baja se encuentra el restaurante, habilitado con unas cuantas mesas para comer y que da acceso a la escalera para subir a las habitaciones. Está bastante bien ambientado y es muy acogedor, con todas las paredes decoradas con cuadros malgaches que plasman la vida cotidiana en Madagascar, así como paisajes característicos de este país como lemurs y baobabs.
Se suele llenar bastante de guiris por la noche a la hora de cenar, momento en el cual se puede disfrutar de música en directo. Hay una especie de pequeño bar con una barra llena de licores y allí suelen colocarse los músicos.
Las habitaciones son amplias y limpias y con una terraza compartida que da a la calle a la que se accede a través de un gran ventanal que le otorga buena luz al cuarto. Suelen tener el wc y la ducha compartida también, de ahí que el precio no sea excesivo, pero no supone ningún problema al encontrarse muy cerca de las habitaciones.