Un día de paseo por Koh Lanta nos llevó hasta la playa de Khlong Nin, una bonita lengua de arena con muchos restaurantes, guesthouses y bares de copas, y en un de estos últimos tipo «reggae» entramos creyendo que nos darían de comer. Como era bar de copas le preguntamos a un chaval tailandés lleno de rastas que había dentro dónde nos recomendaba para ir a comer y nos señaló el Rickey bar. Mejor elección imposible, con una dueña muy agradable y simpática, un local muy acogedor, unas buenas vistas de la playa y una comida excelente.
Parece mentira pero nos aficionamos al curry en este local de Tailandia, y eso que habíamos pasado varios meses antes por India, pero es que en momentos parecía que estábamos comiéndote un arroz en una playa valenciana. Por no hablar de los deliciosos shakes a los que nos hemos aficionado en Tailandia; aquí los bordaban. Además los precios eran bastante aceptables y no dudamos en volver un par de veces más.