Taj Ganj, el barrio musulmán de Agra al lado mismo del Taj Mahal

Una de las cosas que más nos gusta hacer cuando viajamos es intentar hospedarnos, siempre que podemos, en el epicentro de todos los lugares que vamos a visitar, lugar generalmente frecuentado por mochileros y viajeros que buscan el contacto directo con la gente del lugar. Agra no iba a ser una excepción, y ya desde que cogimos el sleeper bus desde Udaipur teníamos en mente dejarnos caer en Taj Ganj, el barrio mulsulmán de Agra y lugar privilegiado por encontrarse a escasos metros del esplendoroso Taj Mahal.

Panorámica del barrio musulmán de Agra

Pero que estemos al lado mismo del Taj Mahal no debe hacernos olvidar en el país en el que estamos, por lo que hay que ir olvidando que la zona será acorde en belleza con el monumento más popular de India. La zona de Taj Ganj fue ocupada por los trabajadores que realizar el monumento, y es una maraña de callejones repletos de tiendecitas, restaurantes con sus azoteas con vistas al Taj Mahal, y más de lo mismo: vacas, motos, rickshaw, etc…

Calle de Taj Ganj
Tienda de costura

Si bien esta zona parece que se caiga a trozos tampoco va a ser ninguna novedad en India, porque aquí el cuidado del mobiliario urbano no parece ser su fuerte al igual que el cuidado de las viviendas. De todos modos no hay que dejarse amedentrar por las apariencias y hay que darse una vuelta para conocer el ambiente. Paseando por entre sus callejuelas te das cuenta que todo el mundo vive en la calle, nadie parece estar dentro de casa, incluso cuando va cayendo la noche no es raro encontrar alguna que otra hoguera para calentarse.

El niño con su hoguera

Los puestos de comida callejera son bastante frecuentes, y en algunos de ellos se agolpa más que en otros, señal de que ofrecen productos de mejor calidad y buen indicador para evitar posibles diarreas. Los lugares de comida donde no hay tanta gente hacen sospechar que el producto puede estar en malas condiciones.

Puestos de comida callejera
Vendedor de frutas con su carro repleto

Y caminando caminando te das cuenta que se te hace de noche, momento idóneo para subir a una azotea de cualquier restaurante y darte un homenaje mientras contemplas el Taj Mahal.

En busca del restaurante para cenar