Visitar el corazón de Myanmar significa navegar el Inle lake, un lago poco profundo (menos de 4 metros) de unos 10 kilómetros de norte a sur por 5 de este a oeste. En los casi 100 kilómetros que configuran su red de canales, alberga muchas aldeas y pueblos convirtiéndose en una atractiva Venecia Birmana que todo viajero anota en su lista de cosas que visitar.
Mayoritariamente poblado por la etnia intha, esta región del Estado de Shan se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los trotamundos. Además de su obvia belleza paisajística, la vida del lago y sus pobladores ofrecen diversos planes que harán que te quedes, por lo menos, un par de días.
Nyaungshwe suele ser el campamento base de muchos viajeros pues cuenta con todas las infraestructuras necesarias: hoteles, hostales, cajeros, agencias de viajes, restaurantes, tiendas, lavanderías… No es especialmente barata esta zona (aunque no lo es ninguna en Birmania) y el lujo se paga caro, así que si optas por uno de los resorts que rodean el lago, prepara la cartera.
Desde el embarcadero de Nyaungshwe podrás llegar al lago Inle a través de un canal de unos 4 kilómetros aproximadamente. Podrás contratar una excursión en barco en cualquier agencia o preguntando a los propietarios de tu alojamiento, pero si no lo has hecho todavía, simplemente acércate al embarcadero a preguntar.
El simple hecho de ver la vida en el lago es una excusa perfecta para contratar una de estas excursiones en barca y salir a explorar la zona. Como en otras partes de Asia, como los pueblos flotantes de Camboya o Brunei, los humildes palafitos emergen del agua, de la que además depende casi todo. En ella pescan, plantan, se bañan y por ella se desplazan.
Navegando podrás observar a los pescadores intha con sus redes cónicas con las que faenan en el lago. Es una de esas estampas que, aunque hayas visto ya un millón de veces en fotografías, te hipnotizarán. En todo un ejercicio de equilibrio, los pescadores sujetan la redes con las manos y el remo con una pierna. Si bien es verdad que algunos no son verdaderos pescadores y simplemente posan para ganar unos cuantos dólares, este sigue siendo su método para pescar y verás a otros pescar de verdad.
Mención aparte merecen los agricultores de Maing Thauk que, evidentemente y como habrás podido imaginar, aquí trabajan desde canoas, pues sus huertos de tomates se encuentran flotando.
Como en todo el sudeste asiático, los mercados al aire libre son uno de los mejores lugares para observar la vida local, por lo tanto visita indispensable para los viajeros. En el caso del lago, los mercados se organizan en un turno de 5 días que hace que cambien constantemente de ubicación. Se conoce como “el mercado de los cinco días”, así que, cuando llegues, pregunta en el hostel o al barquero, dónde está el mercado en los días de tu estancia. Si tienes suerte y coincide con tu visita, podrás visitar el mercado flotante de Ywama.
Como podrás comprobar cuando lleves unos días en Myanmar, templos no le faltan y el lago Inle no es una excepción. Un buen ejemplo es Phaung daw oo pagoda, cuyos 5 budas están cubiertos de todo el pan de oro que sus fieles depositan día tras día. Eso sí, sólo los hombres pueden acceder al altar donde se encuentran los pequeños, deformados e irreconocibles Budas…
Aunque si lo que quieres es perderte en un sendero de estupas, más de mil, visita Inndein.
Para finalizar con la visita, la zona del lago Inle está llena de talleres donde se teje con flor de loto y seda, así como otras labores de manufactura como el tabaco por ejemplo. Seguro que tu barquero quiere llevarte a conocer estos oficios, lugares donde tras la explicación de turno, te ofrecerán comprar, por supuesto. Si no te apetecen este tipo de actividades habla primero con el barquero pues, en ocasiones estas excursiones pecan de incluir demasiadas «visitas comerciales».