Aunque gran parte de la fama se la lleven otras reservas como el Masai Mara o el Lago Nakuru, los parques de Samburu y Buffalo Springs, en Kenia, son igualmente dignos de visitar y, con un poco de suerte los encontrarás mucho menos concurridos, especIalmente en temporada baja.
Estos dos parques, que junto a la reserva de Shaba forman un ecosistema protegido de más de 500 km2, se encuentran a ambos lados del río Ewaso Nyiro y nos regalaron las primeras imágenes imborrables de nuestro gran safari.
Las reservas vecinas a Samburu y Buffalo Springs se encuentran a unos 300 km de Nairobi. Puedes hacerlos del tirón o buscar una parada intermedia.
Dispones de algunas excursiones desde la capital, con guía en español:
Recomendable también el monte Kenya, una buena visita a menos de 100 kilómetros.
Lo que les diferencia de los otros grandes parques, además de algunas de las especies que encontrarás, es un paisaje semidesértico, mucho más árido que el de la zona central o sur del país.
Desde los años 60, Samburu y Buffalo Springs se separaron en dos reservas diferentes debido a razones administrativas y territoriales, por lo que tendrás que pagar y entrar por dos «puertas» distintas, a no ser que decidas cruzar el río que las separa previo pago de la otra entrada…
De todos modos eso es algo de lo que no te tendrás que preocupar si has contratado un safari con una compañía que ya lo ha organizado todo por tí. Su tamaño es parecido, 165km2 y 131km2 respectivamente.
Como es una zona más árida, en la época seca los animales se concentran en torno al río Ewaso Nyiro, río de aguas marrones, así que si decides viajar en esta época será más fácil encontrar agrupada esa diversa fauna que andas buscando. Alrededor del río un pequeño bosque da cobijo a los animales durante las horas más calurosas.
En Buffalo Springs también hay unos manantiales de agua que surgen desde nacimientos subterráneos, donde los animales se acercan a beber. Llanuras polvorientas, matorrales secos, espinos y acacias salpicadas por alguna colina, esas son las estampas. Un paisaje que permanece imborrable en nuestra memoria, y no solo por los animales que vimos, sino por las escenas que presenciamos…
Pues en esta zona parece que la fauna es más abundante que en otras reservas, así que aquí podrás buscar elefantes, leones, leopardos o guepardos, junto a especies características de este emplazamiento, como la cebra de grevy, el avestruz somalí, la jirafa reticulada o el orisa beisa, un antílope autóctono.
Nosotros fuimos descubriendo a todas estas especies por la ventana del jeep, mientras el guía nos hizo percatarnos de que sabíamos suajili y no éramos conscientes.
¿Sabes cómo se dice amigo? Rafiki. ¿Y león? Simba, y sí Hakuna matata significa literamente sin problemas.
¿Me dejas que siga con los «elephant facts» que empecé en el artículo del Masai Mara? ¡Vale, gracias! Solo un par de cosas hoy:
La trompa, esa parte de la anatomía del elefante que lo hace tan característico, es un órgano con muchas funciones, y ya le vale, ya, porque está compuesta por nada más ni nada menos qeu 100.000 músculos…
Evidentemente sirve para respirar y oler, pues es su nariz, pero si lo comparamos con nuestra anatomía, es como si fusionáramos la nariz y el labio superior, así que también les sirve para comunicarse con otros elefantes y lo hacen tocándose con ella, golpeando el suelo o emitiendo sonidos. Cuidado, porque también pueden expresar su enfado con la trompa.
Otra de sus habilidades es coger cosas del suelo, como si fuese su mano (¿te acuerdas de lo que te conté de los dos lóbulos de la punta? Pues eso serían los dedos), así que puedes verlos arrancando hierba, cogiendo ramas de un árbol o recogiendo palos del suelo para rascarse la espalda. Finalmente, les puede servir para defenderse de otros animales, dando un buen trompazo de forma literal.
Resulta pues muy entretenido observar a los elefantes hacer todo tipo de cosas con su trompa, sobretodo cuando hay crías de corta edad que todavía no la controlan a la perfección, algo bastante gracioso.
Otra cosa curiosa es que sus colmillos, a pesar del nombre, son en realidad los incisivos superiores.
Si el simple hecho de que un leopardo se cruce en tu camino es ya de por sí, alucinante, que lo haga una hembra con su cría es inolvidable y conmovedor. La suerte que tuvimos fue encontrarlos cuando no había ningún otro coche cerca de nosotros, algo que nos permitió parar el motor y observarlos y a la vez dio confianza a la pareja que, para nuestro gozo, no se cortó ni un pelo y se paseó por delante de nosotros un buen rato.
En estos parques se puede apreciar la belleza de las jirafas reticuladas, un animal cuyo cuello sería suficiente para que una quedara fascinada, pero es que ella entera es un espectáculo. Esa elegancia, esas piernas, ese andar y correr a cámara lenta… Todo eso las hace únicas y especiales y a Toni fue uno de los animales que más le impactaron..
Fíjate en la piel de estas jirafas y verás que sus manchas son distintas a las de las que hay en el Masai Mara (las puedes ver en el artículo correspondiente).
El primer gran felino que vimos fue un león macho que me paró mi respiración y me hizo subir la ventanilla del coche automáticamente. Pasó por nuestro lado, casi rozando el retrovisor, y no pudo hacernos menos caso. Aun así nos dejó petrificados y con cada músculo de nuestro cuerpo en tensión.
Tardó unos 20 segundos hasta que llegó a la parte trasera del jeep y se alejó, pero nosotros tardamos bastante más en volver a reaccionar y salir de nuestra parálisis momentánea. ¡Qué sensación de vulnerabilidad y fascinación al mismo tiempo!
Y todavía estábamos asimilando nuestro encuentro con este enorme bicho cuando nos tropezamos con las verdaderas reinas de la sabana, las leonas. Había tres o cuatro y parecían distraídas.
A pesar de nuestra presencia, ellas tenían la mirada fija en algo que los visitantes todavía no habíamos visto, así como tampoco nos habíamos percatado de la salida de una de ellas que preparaba la jugada maestra con la que se harían con su siguiente comida.
Estábamos justo en la parte alta de la ladera del río desde donde teníamos unas vistas perfectas del cauce seco. Por en medio andaba una familia de jabalíes que se acercaba, sedienta, a uno de los pocos charcos que quedaban para beber.
A pocos metros de ellos paseaba una jirafa que fue rápida y la primera en darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder, así que cuando vio a la leona y a un paso que parecía muy lento pero avanzando varios metros con cada zancada desapareció y abandonó la escena en la que presenciamos algo que ni si quiera habíamos pensado que podríamos ver.
La leona que había dejado a la manada unos minutos antes, salió de detrás de unos árboles y veloz y con el objetivo fijado en la familia de jabalíes (aunque al principio pensamos que iba a por la jirafa), empezó a correr.
Cuando los animales se percataron de lo que les venía encima se dispersaron y emprendieron la huida, cada uno en una dirección, haciendo que la leona dudara y perdiera su pieza.
Sin embargo, eso era la primera parte de la estrategia pues, cuando la hembra y las crías parecía que ya se habían alejado lo suficiente como para estar a salvo, todas las otras leonas saltaron y se centraron en el macho que se había quedado solo.
Fue cuestión de segundos, pero el escándalo producido por los gritos del facóquero fueron estremecedores. Por suerte para el cerdo y para mí, que todavía seguía en shock, murió rápidamente y antes de que nosotros fuéramos conscientes de lo que acabábamos de ver, las leonas ya se estaban poniendo las botas.
He empezado con lo que más suele impactarnos a los visitantes, que son normalmente los grandes felinos y los herbívoros más voluminosos, pero evidentemente la lista de animales es larguísima y dependiendo de la suerte que tengas ese día, encontrarás más o menos. A continuación te mostramos algunos de los que vimos y pudimos fotografiar, empezando por las cebras.
La cebra de Grévy, cuyas rayas son más abundantes y más estrechas que las de la cebra común, se puede encontrar en Kenia y Etiopía.
Los babuinos están por todas partes, incluso dentro del resort, y mentiré si digo que me gustaba cruzarme con ellos de camino a mi tienda, pues son mucho más grandes de lo que aparentan en la foto, y si te muestran los dientes todavía lo parecen más.
Puede que una de las cosas que más me chocara de Samburu y Buffalo Springs fuera el color de los testículos de los monos de vervet que no se ven en la foto, pero eran de color azul turquesa. Muy gracioso el autor de este artículo del National Geographic que dice que «un toque de color puede iluminar un atuendo neutro«.
Y, aunque nuestras tortugas favoritas viven en el mar, disfrutamos viendo a este ejemplar paseando tranquilamente.
Existen varias especies de Oryx y en África oriental encontrarás el Oryx beisa.
Los impalas son unos antílopes my discretos que avistarás por todas partes. Hay tantos que es probable que termines presenciando alguna pelea entre machos.
Y por supuesto aves, más de 400 especies de aves que en algún momento buscarán el agua, así que la zona del río es el punto ideal para verlas: desde águilas, buitres o halcones hasta avestruces. Atento al acercarte pues también lo habitan hipopótamos y cocodrilos.
Aquí un buen ejemplo de las que pudimos capturar fotográficamente en el suelo.
El secretario, ave rápaz africana muy popular y estilosa.
De apariencia más cómica son las avestruces.
Para atuendos extravagantes, el de la pintada vulturina.
Aunque las haya más sobrias…