La tercera y última visita de nuestra excursión por los alrededores de Ninh Binh nos llevó hasta la ciudadela Hoa Lu, capital de Vietnam en el siglo X durante las dinastías Dinh y Le, localizada en un valle llano entre pequeñas pero escarpadas montañas de piedra caliza que crearon barreras prácticamente impenetrables al tráfico humano. Pese a que prácticamente no queda mucho de lo que fue hace siglos, si uno va hasta Tam Coc puede aprovechar y acercarse a ver las estructuras que todavía están en pie como un par de templos dedicados a tales dinastías.
Llegamos con nuestra moto después de comer en Ninh Binh, tras las visitas a Tam Coc y el templo Bich Dong estábamos hambrientos y algo cansados, así que habíamos parado también un poco a descansar.
Como siempre, en la entrada nos intentaron hacer pagar por aparcar la moto, así que la dejamos delante de uno de los puestos de comida y bebida cuyo dueño nos dijo que podíamos dejarla allí sin problemas (y a cambio de comprar algún refresco a la salida, claro).
La entrada de la ciudadela es totalmente nueva, tanto el puente que cruza el río Ye Ngua de entrada como el arco que te da la bienvenida, y nada más cruzarlo una enorme explanada con la montaña Ma Yen como telón de fondo le dan a uno la bienvenida.
Atravesamos el enorme patio y llegamos hasta la taquilla donde pagamos un precio simbólico, estudiamos por encima el mapa de la zona y nos dispusimos a visitar el lugar.
El templo Đinh Tiên Hoàng es uno de los pocos que queda en condiciones de la ciudadela. Este templo fue construido por los residentes locales cerca del centro de la antigua capital con el fin de honrar a Dinh Bo Linh, el primer emperador de Vietnam, y se encuentra en los terrenos del antiguo palacio principal de la ciudadela real.
El templo de Lê Đại Hành, otro de los templos mejor conservados, está a 200 metros al norte del templo de Đinh Tiên Hoàng (con la montaña Den como telón de fondo) y mantiene una arquitectura y ornamentación muy similares.
Una vez vistos estos templos nos fuimos a otra zona, justo a la otra parte de un gran patio donde un numeroso grupo de jóvenes realizaba, en uno de sus laterales, actividades ajenos a los pocos turistas que estaban allí la víspera del día de Navidad.
Era una pequeña área donde vivían un grupo de personas que no llegarían a más de 100. Un bello arco de acceso delimitaba la explanada de la zona de viviendas, todas éstas pequeñas y sin desentonar con el paisaje. Allí visitamos otros pequeños templos escondidos entre las casas mientras saludábamos a la gente mayor que vivía allí.
Terminada la visita había que volver a Ninh Binh, por lo que pudimos contemplar la bonita estampa de la puesta de sol mientras conducíamos entre montañas.
Recuerda que si vas a conducir una moto, o cualquier otro vehículo, te aconsejamos que te saques el carnet internacional de conducir, y también que tengas un seguro de viajes que te cubra en caso de que sufras un accidente.