En la segunda etapa de nuestra ruta en moto por Vietnam los protagonistas fueron el frío y el agua, pues empezábamos a subir altura y la persistente niebla nos mantuvo todo el rato mojados.
Antes de partir dimos una vuelta por la aldea de Mai Chau en la que estábamos para estirar un poco las piernas y ver el paisaje. Ya desde nuestra habitación comprobamos la belleza del lugar.
Una vez salimos de Mai Chau nos dimos cuenta que la cosa podía cambiar… y a peor. Esas nubes nada bueno parecían presagiar.
Ya en ruta y tras casi cuatro horas y media, además de perdernos por pequeños caminos de barro encharcados, conseguimos encontrar la homestay de Moc Chau donde no consiguió nadie arrancarnos de al lado de la hoguera en toda la tarde.
Íbamos de arriba a abajo completamente mojados y tuvimos que poner las zapatillas cerca del fuego para no llevarlas mojadas en la mochila el resto de días.
Después de comer seguimos calentándonos en la hoguera dejando pasar el tiempo pues no teníamos nada que hacer y el ambiente, totalmente rural y tranquilo, todavía hacía que tuvieses menos ganas de hacer nada.
Al final el chaval de la homestay nos preguntó si queríamos cenar con ellos o a parte. Naturalmente accedimos a ser sus invitados y pudimos darnos un buen homenaje de comida típica local, con cervecitas y licor casero.
La pequeñaja de la casa y el pequeño gato que merodeaba la cocina hicieron la velada más amena.
Cuando terminamos de comer nos sentamos alrededor de la hoguera que utilizaban para cocinar y nos pusimos las botas comiendo pipas de calabaza recién tostadas y algún que otro boniato hasta que el cansancio se apoderó de nosotros y nos fuimos a la cama.
El próximo día debíamos seguir la ruta y el tiempo no tenía pinta de mejorar…