Y nos llovió otra vez en nuestra ruta en moto por Vietnam… Tras unos cuantos días de sol y buen tiempo volvió a hacer acto de presencia el agua, abandonamos la costa y subimos hacia tierras altas; nuestro siguiente destino era Da Lat.
Cinco horas bajo la lluvia y una carretera llena de curvas fue lo que nos encontramos en los 146km que separan a esta ciudad de Nha Trang.
Lo primero para empezar la etapa que se nos avecinaba fue buscar la ayuda de algún café que otro con el que conseguir despejarnos y entrar en calor mientras cruzábamos un paisaje cada vez más frondoso y fresquito.
Si la lluvia se convirtió en un handicap, el frío y la pendiente de la carretera añadía dificultad a la marcha, pues encima la moto empezaba a flaquear pidiendo un cambio de aceite que no llegaba. El paisaje, aunque encapotado y con nubes a punto de descargar era espectacular.
Pese a que casi estuvimos a punto de ir directos a Mui Ne, algo a última hora nos hizo cambiar de idea y decidir parar primero en esta localidad. Y la decisión no pudo ser más acertada, pues de no haberlo hecho nos hubiésemos perdido uno de los destinos que más disfrutamos.
Situada a 1500 metros de altura, la capital de la provincia de Lam Dong es famosa por ser un lugar de destino al que escapar del calor y la humedad de las ciudades de Vietnam durante los meses más calurosos y además cuenta con varios atractivos turísticos que hacen de ésta una visita agradable y entretenida. Mención aparte son la de invernaderos que hay antes de llegar a la ciudad…
Pero a pesar del frío comienzo de la jornada, las nubes empezaron a desaparecen cuando nos empezamos a acercar a Da Lat y una vez allí ya no había ni rastro de la tormenta. El día siguiente tocaría disfrutar del destino y de las vistas de nuestra habitación en el hotel Camellia que, pese a su sencillez, nos supo conquistar con otras virtudes.