Si estás pensando en viajar a Birmania hay un lugar emblemático que no deberías perderte por nada del mundo: los templos de Bagan, la que fue capital del reino de Pagan durante 400 años. Pese a que cualquier turista es libre de trazar su propio itinerario, es difícil concebir una ruta sin pisar esta meseta a orillas del río Irrawady salpicada de templos capaz de impresionar hasta al más experimentado trotamundos.
El área arqueológica de los templos de Bagan, que abarca varios kilómetros cuadrados entre Nyaung-U, New bagan y Old Bagan, se construyó entro los siglos XI y XIII y en su época más gloriosa se llegaron a contar más de 4000 estructuras. Pero el tiempo, junto a las inclemencias del tiempo, la dejadez y algún que otro terremoto han jugado en contra de los templos, de los que a día de hoy se cuentan algo más de 2000. Por otra parte, la restauración de algunos de ellos , que según algunas opiniones es nefasta, ha sido muy cuestionada y ha dado mucho que hablar.
La última década también ha producido cambios en los templos de Bagan debido al auge del turismo y Toni, que ya había visitado el lugar un tiempo atrás y pudo comparar, notó la transformación. En muchos de los templos que antes se podía entrar ahora había rejas y estaban cerrados al público y en otros tantos ya no se podía subir a la parte de arriba. Además ahora se ve a muchísima más gente, por no hablar de los innumerables autobuses que siempre aparecían al atardecer para estropear las magníficas vistas.
A Bagan llegamos tras unos días ya en el país, pero ni el Palacio de Mandalay ni el esplendoroso Lago Inle consiguieron impresionarnos tanto como este enorme conjunto de templos semiderruidos. El paisaje, hipnótico e inquietante debido a la gran cantidad de edificios de diferentes formas y tamaños que surgen de la tierra en cualquier dirección, es incomparable a cualquier lugar que hayamos visitado antes. Desde la parte de arriba de cualquiera de ellos uno queda prendado de la inmensidad de la obra, se mire donde se mire, hasta donde alcance la vista, siempre hay algún templo que admirar en aquel telón de fondo marrón.
Dedicamos tres días a pasear por los templos de Bagan, en bicicleta eléctrica primero y en una convencional después. Tres jornadas en las que descubrimos los principales templos, los más descuidados, los mejores para ver puestas de sol, los más concurridos, los más solitarios y sobretodo la vida alrededor de los templos. En las zonas menos abarrotadas, en un entorno rural donde la vida sigue con su rutina, la gente aprovecha el tirón del turismo para sobrevivir y raro es que nadie se acerque a ti ofreciéndote visitar su casa y su forma de vivir a cambio de una propina o la compra de algún souvenir hecho a mano
Y con tanto pedaleo y tanto calor, entremedias ratos para hidratarse con batidos del restaurante The Moon o cervecitas y cacahuetes de cualquier puesto perdido entre los templos.
La mejor forma de finalizar una jornada por los templos de Bagan es buscar un templo desde el que se vea la puesta de sol y, si se encuentra, uno que no esté demasiado abarrotado de turistas mejor todavía.
Para rematar, en Nyaung U además de oferta hotelera hay variedad de restaurantes en los que disfrutar de la comida de varias nacionalidades y muchas tiendas de artesanía en las que comprar algún regalo como figuras de madera o farolillos de colores en forma de paraguas.