Bangkok es una ciudad donde la espiritualidad y la historia se fusionan en cada rincón, especialmente en sus templos. Desde colinas doradas hasta budas gigantes de oro, cada wat tiene una personalidad única que refleja siglos de cultura y fe.
A continuación, te presentamos los templos más espectaculares y singulares de la capital tailandesa, o al menos los que consideramos que no deberías perderte en tu viaje.
El Gran Palacio de Bangkok es quizá uno de los complejos más importantes e impresionantes del país. Situado al lado del río Chao Phraya se trata de un conjunto de edificios que fueron sede de la familia real desde el siglo XVIII hasta el XX.
Entre las estructuras más importantes de su interior se encuentran el Wat Phra Kaew que da cobijo al Buda esmeralda, un guardián gigante, un panteón, un chedi o un museo de la moneda.
Este recinto está siempre lleno de turistas y desde la muerte del rey Bhumibol los domingos se llena de seguidores fieles que le siguen rindiendo homenaje. Es muy común además que los locales se vistan con ropajes tradicionales tailandeses.
Si bien el Gran Palacio es imprescindible, no olvides que es bastante turístico. Está todo perfectamente cuidado y es más una exhibición de arte con diversos santuarios que un templo en sí mismo. Y sin embargo hay que verlo al menos una vez en la vida, y además con calma. Nosotros te recomendamos no dejarlo para más tarde de las 12 del mediodía.
El Palacio Real tiene un coste de entrada de 500 bahts, y además no puedes ir en pantalones cortos ni mostrar los hombros u otras partes del cuerpo. No sirve tampoco taparse con un pareo. Así que tenlo en cuenta. Igualmente, puedes comprar la entrada por anticipado, es el único lugar de la antigua Bangkok que lo permite, y eso te ahorra colas.
El Wat Pho o Templo del Buda Reclinado (su nombre oficial es impronunciable: Wat Phra Chetuphon Vimolmangklaram Rajwaramahaviharn) es un monasterio real. Su origen se remonta al año 1656 cuando se construyó un templo llamado Wat Podharamdurante durante el período de Ayuttaha.
Hoy en día alberga una colección de arte e imágenes de Buda, pero el motivo por el que se acercan la mayoría de turistas es el mayor de ellos, el gran Buda reclinado. La enorme figura que ocupa casi todo el pabellón mide 46 metros de largo y 15 de altura.
¿Es el mayor Buda reclinado de Tailandia? Pues no, pero sin duda es el más aclamado. Y posiblemente el más bonito. Es otro imprescindible de la zona, y además está muy cerca del Gran Palacio.
La entrada cuesta 200 bahts y, si quieres un consejo, ve alrededor de las 15 horas. Hará menos calor y habrá menos gente, y está abierto hasta las 16:30. También requiere que te tapes las rodillas y los hombros, aunque es menos exigente que el Palacio Real.
El Wat Arun o Templo del Amanecer es uno de los templos más visitados y famosos de Tailandia, situado en el distrito Yai de Bangkok, al lado del río Chao Phraya. Y para algunos de los que escriben desde Tailandia en Conmochila, el más impresionante de toda la ciudad antigua.
Es un tanto diferente debido a su arquitectura, con una gran torre central de estilo jemer de 86 metros de altura y todo el conjunto es de una belleza impresionante. Recuerda mucho a una construcción de la era de Angkor, pero con una diferencia sustancial: está recubierto de azulejos tailandeses y cada uno de ellos es una pieza de arte.
No importa la hora a la que lo visites pues aunque el amanecer sea su nombre, al atardecer sigue siendo espectacular, cuando la iluminación del templo hace aflorar toda su belleza. Desgraciadamente, por seguridad solo se puede ascender unas pocas alturas. El precio de la entrada son 200 bahts.
El Wat Arun además es omnipresente en la ciudad. Es más, una manera de disfrutarlo es desde el otro lado, donde se encuentra el Wat Pho. Allí hay muchas terrazas donde puedes tomar algo y disfrutar del espectáculo, tal y como se ve en la foto que tienes dos párrafos arriba.
En el templo Wat Intharawihan se encuentra un imponente Buda dorado de 32 metros de altura que, dicen, tardo más de 60 años en construirse. El templo en el que se alza no es nada especial, excepto por las realísticas figuras de monjes que hay en una de sus salas que ponen la piel de gallina.
Uno puede añadir un trozo de papel de oro a los pies de esta enorme figura, lugar en el que también se hacen plegarias y se ofrendan barritas de incienso. Llegar en tuk tuk es muy fácil, conseguir que los conductores no te paren en ninguna tienda de trajes es una ardua tarea.
El Golden Mount es una colina dorada desde cuya cima, en la que se encuentra uno templo conocido como Wat Saket, se puede contemplar la capital de Tailandia. Para subir dispone de unas escaleras con 318 peldaños que rodean el monte, en algunos tramos llenos de campanas que la gente hace sonar mientras asciende.
A medida que subes, y al hacerlo en espiral, vas teniendo vistas de 360º de la ciudad de Bangkok. En el templo de arriba hay un chedi dorado: cuidado al quitarte los zapatos porque el suelo arde, ¡no te quemes los pies!
Este templo real del casco antiguo impresiona por su elegante arquitectura y tranquilidad. Destaca su enorme Buda Phra Sri Sakyamuni y el columpio gigante ceremonial. Fundado por Rama I y completado por Rama III, guarda refinados murales interiores.
Es ideal para quienes buscan templos menos masificados y un ambiente espiritual auténtico. Su tamaño y serenidad lo convierten en un rincón especial dentro de la ciudad.
Conocido como el ‘castillo de metal’, este templo destaca por sus 37 agujas metálicas y estructura geométrica. Inspirado en diseños indios, es único en el mundo y candidato a Patrimonio de la Humanidad.
Ofrece vistas panorámicas desde su azotea y es un lugar poco masificado. Su estética singular fascina tanto a locales como a viajeros curiosos. Ideal para quienes buscan algo diferente en Bangkok.
Si quieres un templo con muchísimo aroma de Bangkok, el ideal es Wat Hua Lamphong, fácilmente accesible al encontrarse frente a la estación de tren que lleva su mismo nombre. Se trata de un templo no turístico, pero de una enorme belleza y suma importancia para los habitantes de Bangkok.
Wat Hua Lamphong es un templo real y sin duda moderno, elegantemente decorado con tejados de vivos colores y estructuras limpias, que alberga una imagen sagrada de Buda y un curioso conjunto de urnas doradas donde los fieles donan dinero simbólicamente para cubrir gastos funerarios de personas sin recursos. Esa es parte de la belleza, ver cómo el budismo y el karma están instaurados en la sociedad tailandesa.
Es por eso que resulta especial para ver cómo los tailandeses acuden a hacer méritos, pedir salud o buena fortuna antes de emprender viajes. Incluso verás a algunos frotando billetes de lotería en las estatuas de Buda a ver si logran la fortuna esperada.
Quizás no lo recomienden las guías en las rutas comunes, pero es una parada curiosona, nada turística y ante todo muy auténtica antes de adentrarte en el caos de Silom o dirigirte al barrio chino.
Construido a finales del siglo XIX con mármol italiano, es uno de los templos más fotogénicos de Bangkok. Su arquitectura mezcla elementos tailandeses y europeos con gran armonía.
Alberga una colección de 52 estatuas de Buda en su claustro. La luz matinal resalta el brillo blanco de su fachada. Ofrece una experiencia visual y espiritual muy cuidada.
En Chinatown se alza este templo con una estatua de Buda de más de 5 toneladas. La imagen fue descubierta accidentalmente bajo una capa de estuco. Un museo anexo explica su historia y su importancia religiosa.
La visita combina espiritualidad, historia y cultura. Su ubicación lo hace perfecto para incluir en una ruta por el barrio chino.
Templo budista chino activo y vibrante, famoso por celebraciones como el Año Nuevo chino. Su arquitectura tradicional con tejados curvos y dragones lo hace único en Bangkok. Mezcla rituales taoístas y budistas en un ambiente muy fotogénico.
Está ubicado en el corazón de Chinatown y rebosa incienso. Ideal para quienes desean vivir el sincretismo religioso tailandés. Además no cuenta con entrada, es un templo para las gentes del lugar que puedes visitar sin problema.
Este templo hindú resalta por su fachada colorida y esculturas de deidades como Ganesha. Fundado por tamiles en el siglo XIX, sigue siendo un centro religioso activo. Durante festivales como Navaratri se llena de luces, flores y devoción.
Refleja el multiculturalismo espiritual de la ciudad. Una parada vibrante e imprescindible en el barrio de Silom.
Este templo tiene forma de junco chino, una rareza en Bangkok. Fue mandado construir por Rama III para conmemorar este tipo de embarcación. Contiene un santuario budista rodeado de figuras chinas y deidades locales.
Es menos visitado pero muy peculiar. Se encuentra cerca del muelle de Saphan Taksin, lo que facilita su acceso.