Cap. 01 – Marruecos, el primer impacto

56º de temperatura, abrigaditos de arriba a abajo y a comer un enorme plato de cous cous caliente…!!! Tres ingredientes de una mezcla explosiva a la que creo, nunca me podría acostumbrar. Una semana es poco; en realidad una semana no es nada, pero sin duda alguna suficiente para comprobar la enorme diferencia entre culturas de nuestros anteriores viajes por Asia y éste. Y es que señores, ahora le toca a África.

Necesitábamos hacer una escapadita, entretenernos con algún viajecillo mientras esperamos para poder hacer el siguiente “VIAJE”, porque este año septiembre está un poco mareado y nos resulta más complicado salir en esta fecha. Solo teníamos que arreglarnos unos cuantos días en el trabajo y buscar algún vuelo barato, así que nos pusimos manos a la obra: “Cámbiame este día por éste”, “Mira este vuelo! está bien de precio!”, “Cámbiame otro día por este otro”, “Mira este vuelo! está tirado de precio!” y al final encontramos la combinación: Mis días en el hospital solucionados y un vuelo con Ryanair desde Madrid hasta Marrakech por 120 euros (dos personas ida y vuelta con una mochila facturada). Así que decidimos sustituir  las lluvias por calor y la selva por el desierto y compramos los billetes que nos llevarían a visitar por primera vez el continente africano. (Importante, para que no os salga el tiro por la culata, hay que acordarse de imprimir la tarjeta de embarque ya que sino hay que pagar 40 euros en el aeropuerto).

Marruecos!!!!!!
Marruecos!!!!!!

Partimos a las 17:30 de Valencia. La cosa de salir de Madrid es que nosotros tenemos que ir desde Valencia y lo más barato que encontramos fue un  autobús que salía el día anterior al vuelo, y claro, son 4 horas y casi casi el precio del avión… A las 22:00 llegamos a Madrid, y gracias a Julio, el primo de Toni que nos dio alojamiento en pleno centro de la capital como ya hizo en semana santa, no tuvimos que dormir en el aeropuerto. Esa noche y después de cenar, nos bebimos casi un litro de cerveza cada uno sin terminarnos de creer que era de las pocas birras que íbamos a probar en el viaje.

Descansando hasta la hora de volar a Marruecos
Descansando hasta la hora de volar a Marruecos

El domingo nos levantamos a las 5 de la madrugada y nos fuimos pitando al aeropuerto llegando de milagro a hora, pues facturamos justo 5 minutos antes de que cerrasen el chek-in. Buf! No tuvimos tiempo de aburrirnos ya que nada mas llegar a la puerta de embarque la gente ya había empezado a entrar. El vuelo cortísimo, que voy a decir después de habernos comido tantas horas de avión las otras veces, Marruecos está ahí al lado. Al llegar al aeropuerto de Marrakech pasamos el control de inmigración y cambiamos en un mostrador  euros por dirhams (cambio julio 2010: 1 euro – 10’82 dirhams), y nada más tener el dinero en nuestras manos salimos a buscar el autobús. Podría haber venido a recogernos el dueño de la riad con su coche, pues se había ofrecido por mail, pero preferimos, por capricho de Toni, coger el autobús que sale desde la puerta del aeropuerto y te deja en la plaza Jemaa el Fna. La verdad es que la emoción que sientes cuando llegas por primera vez a algún sitio y tener que apañártelas tu solo para encontrar cualquier cosa no la sustituye la comodidad de que te lleven a la puerta de casa. Además, el billete del autobús es barato y como íbamos a volver la misma semana pudimos comprar un billete de ida y vuelta por 30 dirhams (duran hasta dos semanas).

El autobús del aeropuerto de Marrakech
El autobús del aeropuerto de Marrakech

En poco más de 10 minutos llegamos a la plaza, cuya tranquilidad no dejaba presagiar la jarana que se iba a organizar en cuestión de horas. Sacamos el mapa que había en la web de la riad y que nos habíamos impreso en casa y nos adentramos en el laberinto de calles que es la medina. Sorprendentemente cogimos directamente el camino correcto, íbamos bien encaminados, lo que pasa que un señor nos cogió por banda y, a mi por lo menos me dio a entender que con toda su buena intención aunque después no fue así, nos preguntó que donde íbamos y nos terminó de guiar hasta la riad. Cuando llegó a la puerta puso las dos manos juntas pidiendo su correspondiente propina, ¡¡¡que el hombre no nos acompañaba por amor al arte!!! ¿¿¿que nos habíamos creído??? Llamamos a la puerta y abrió la puerta Michel, el dueño de la riad Dar Bennani. Se extrañó al vernos ya que no nos esperaba tan pronto, así que nos invitó a tomarnos un te en la terraza mientras su mujer, Houda, preparaba la habitación. Subimos a tomarnos el te y unas pastas a la terraza, ya que a esas horas de la mañana aun hacía “fresquito” y se estaba muy bien, y pudimos ver la hermosa vista de toda la medina desde allí arriba y la tranquilidad que se respiraba de buena mañana. Solo se oía los pájaros, era impresionante. Nuestro primer contacto con el te fue ahí. El whisky bereber era un buen sustituto de la cerveza que no podíamos tomar, y yo, que nunca he bebido te, me aficioné.

Camino de la riad
Camino de la riad

Cuando estuvo preparada nuestra habitación bajamos a dejar las mochilas. Ésta daba al patio interior, y bautizada con el nombre de Dalila, era tal y como yo esperaba. Sus gruesas paredes blancas impedían que el calor de afuera penetrase en la alcoba. Pequeña y discreta, pero al mas puro estilo decorativo de Marrakech, tenía poco mas que una cama, una mesa redonda y un par de sillones. Los muebles, inexistentes, eran sustituidos por prolongaciones o huecos de la pared, que aparte de dar más sensación de espacio le proporcionaban un toque de lo más natural. Cuando terminamos de escudriñar cada rincón de la habitación nos dejamos caer encima de la cama y nos quedamos dormidos un par de horas hasta que recuperamos toda la energía.

Escribiendo el diario en la habitación de la riad
Escribiendo el diario en la habitación de la riad

Cuando nos levantamos, nuevos después de esa siesta revitalizadora, salimos a visitar los zocos de Marrakech de la mano de Michel que tuvo el detalle de acompañarnos hasta éstos por si no sabíamos llegar. Los primeros 20 minutos de visita fueron aturdidores, y el encontronazo con las decenas de tiendas y los centenares de personas solicitando nuestra atención me incomodaron hasta el punto de necesitar ponerme las gafas de sol como si pudiese pasar desapercibida escondiéndome detrás de éstas. Pasados unos minutos empecé a percibir las cosas como el que empieza a vislumbrar objetos en medio de la oscuridad. Delante de nosotros aparecían tiendas de todo tipo, y todo el mundo quería que entrásemos a la suya. Babuchas, teteras, ropa,… Seguíamos andando y veíamos farolillos, telas, especias… y si seguíamos más todavía había comida, suvenires, alfombras, peletería…!!! Un sinfín de objetos para vender, y por si no tuvieras poco con los sentidos de la vista y el olfato saturados, por todos lados oías a los vendedores ofreciéndote sus productos e invitándote a entrar.

Los impresionantes zocos de Marrakech
Los impresionantes zocos de Marrakech

Si te quedabas mirando algo durante más de 2 segundos seguidos empezaban a disparar con sus ofrecimientos: “Compra”, “pasa y mira”, “Madam entra”. Cometí el error de quedarme mirando demasiado rato las fotos de tatuajes de henna que llevaba una chica joven y que me dijo que valía 5 dirhams, y yo, que aun no tenía muy claro el cambio pero que me pareció eso muy barato, al final, después de perseguirme durante  unos 50 metros, le dije que luego pasaría para hacerme uno. Y vaya si se acordó de lo que le dije, cuando dimos la vuelta intentando buscar la salida de los zocos que parecía imposible encontrar, Fátima me encontró. “¡¡Hola!!, ven, ven a hacerte el tatuaje”, es difícil decir que no cuando te cogen del brazo y te arrastran literalmente entre calles que no conoces, y menos, cuando ya le había dicho antes que si. Así que como no tenía escapatoria, y también porque me apetecía hacérmelo, me dejé llevar. Nos llevó a la plaza de las especias, donde su compañera, debajo de una sombrilla protegiéndose de los rayos del sol esperaba a Fátima con sus siguientes presas. No me acuerdo de su nombre, ni de su cara porque no la vi, pero lo que si que recuerdo es que me dejó impresionada cuando empezó a dibujar en mi pié. El susto que me di cuando vi la aguja de la jeringuilla (ignorante de la técnica de la henna hasta el momento) se fue disuadiendo mientras la veía perfilar cada hoja del que se asemejaba a un motivo floral sobre mi piel. El problema fue que no acordamos el precio antes de empezar, y de entrada nos pidió una burrada, nada más y nada menos que 350 dirhams por un tatuaje que por mucho que se empeñara ella en que me iba a durar 2 meses, al final de la semana empezaba ya a desaparecer. Finalmente Toni, que ya apuntaba maneras en eso de regatear consiguió un acuerdo por 150 dirhams.

Haciéndome el tatuaje de henna en el mercado de las especias
Haciéndome el tatuaje de henna en el mercado de las especias

Llegamos a la plaza de Djema el Fnaa; a esas horas ya estaba llena de gente, pero cruzamos entre los puestos de zumo de naranja y fuimos directos al otro lado de la plaza, donde para variar, otro hombre nos volvió a engatillar por preguntarle por un sitio donde nos pudiésemos tomar una cerveza  y nos llevo a un restaurante en el que ya nos quedamos a comer. En Dar Mejjarine comimos una ensalada marroquí y un tajín de pollo, los primeros de 700.000 más que comimos a lo largo de la semana. La cerveza duró fresca solo cinco minutos. La temperatura, que debía rondar lo 45 grados calentaba los cubiertos y los vasos y tomar algo fresco era casi una utopía. Mientras íbamos comiendo nos íbamos quedando más y más pegados al sofá y la “brisa” que golpeaba ardiente nuestra cara nos remató. Fue un plato de sandía troceada y sorprendentemente fresca el que nos resucitó y nos dio la suficiente energía para poder llegar a la riad. No faltó la siesta, con esas tensiones arteriales era un peligro salir a la calle, y ya por la tarde volvimos a pasear por la medina.

Probando el tagine
Probando el tagine

Salimos sin rumbo fijo pero con la idea de poder visitar a los curtidores, sin saber muy bien donde estaban. En nuestro afán de encontrarlos por algún sitio nos perdimos por las callejuelas. “Casualmente” un chaval nos preguntó que donde íbamos y al comentárselo nos acompañó un trozo en la dirección correcta. ¡Qué casualidad que en ese momento pasaba Mustafa que iba hacia allí! ¡Y que otra casualidad que justo en la otra esquina había otro más que iba allí! Y entre casualidades y “espabilados” llegamos a la puerta donde otro señor nos ofreció un hierbajo de menta para el olor y nos invitó a pasar. Nos dejó fotografiar y grabar todo el proceso mientras nos explicaba como podía con su español forzado los pasos que hay que seguir para preparar pieles de diferentes animales como vaca o camello. El recinto contaba con decenas de fosas de piedra en las que la piel recibe distintos tratamientos hasta que está preparada para convertirse en bolso, babucha o puf. El procedimiento es tan antiguo como rudimentario; usan soluciones de sal para curarla, cal para ablandarla y facilitar la eliminación del pelo y excremento de paloma como amoniaco natural. Tantos ingredientes juntos más perros, burros y caballos llenaban el lugar de una mezcla fuerte y desagradable de olores de la que tan solo te puedes librar dejando de respirar o pegando la menta a tu nariz.

Zona de cubertas en la zona de curtidores para tratar la piel
Zona de cubertas en la zona de curtidores para tratar la piel

Subimos a una terraza desde donde pudimos ver el patio entero y allí el hombre dejó caer que pretendía cobrarnos 200 dirhams por la “visita guiada” de 10 minutos. ¡Hay que tener morro! Y como colofón final, la correspondiente visita a la tienda en la que terminamos comprando un puf  por 180 dh (de los 450 que pedía).  Finalmente el guía se tuvo que conformar con 60 dh por su servicio.

De vuelta a la plaza nos detuvimos en una parada de especias y nos compramos un trozo de “piedra” que valía a la vez de desodorante y alter shave. La verdad es que aunque al principio te dejas la piel de la axila en sus puntas afiladas, el resultado es positivo. Al final del camino encontramos otra vez la plaza Djema el Fnaa. Si por el día ya era todo un espectáculo, por la noche se convertía en toda una exhibición de ingenio. Es imposible cruzar la plaza sin ser interceptado por alguien que te ofrezca sus servicios, los cuales son de lo más variopintos. La gente más corriente opta por lo habitual: un puesto de zumo de naranja, vender frutos secos, música, restaurantes… Otros optan por vender cosas mas singulares como artesanía típica, hacer tatuajes de henna o vender dentaduras postizas, vamos, lo normal!! Y los mas atrevidos se disfrazan, tocan instrumentos, pasean monos o encantan serpientes! Está prohibido aburrirse en esta plaza. Y cuando conseguimos escapar de tantas propuestas y tanta gente que quería que no hiciésemos una foto con ellos a cambio de una moneda, llegamos a un puesto de comida en medio de la plaza donde paramos a tomar un refresco, y con aquellas vistas del jolgorio decidimos quedarnos a cenar. Y allí en medio del bullicio terminamos compartiendo la cena con Lachifa y Haula, dos chiquillas hambrientas que pidieron sentarse con nosotros y terminaron llorando con el picante de las aceitunas.

Cena en los puestos de comida de la plaza Djema el Fnaa
Cena en los puestos de comida de la plaza Djema el Fnaa
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28 comentarios
  • Hola! No acabo de saber veure en quina època vau viatjar-hi per trobar aquestes temperatures. Nosaltres també som de fer llargs viatges una vegada a l'any però tinc moltes ganes d'escapar-m'hi uns dies per trencar amb la rutina.

    A quina època de l'any hi vau viatjar? Gràcies!

  • Este es mi tercer día en Marrakech y he de decie que me siento muy identificada!

  • Hola! Buena información me servirá mucho! Yo iré unos días en Junio, espero poder pasear en un camello, dormir en un campamento y hacer cosas típicas de esa cultura.

  • Hola , muy buen relato del viaje nos sirve mucha ayuda , nosotros nos vamos mañana y quería saber la dirección o las señas para llegar a la riad en la que os hospedasteis , ya que ese trato tan familiar es lo que vamos buscando !! … Muchas gracias .

    • Aquí tienes un artículo que escribimos sobre ella. Al final verás un link a su web donde tienes más información. De todos modos decirte que nosotros fuimos hasta allí preguntando hasta que un señor nos indicó el camino a cambio de unos dirham.

  • Me ha encantado, pero me he quedado con ganas de mas…En 2 semanas salgo para Marrakech desde Valencia con Ryanair también. Algo más de 48 horas en la ciudad. Espero que se suficiente.

  • Magnifico relato y excelentes fotos,os dejo mi blog recién nacido por si quereis dar un vistazo,saludos. lafragu.blogspot.com

  • Hola.. me gustaría saber cual es la mejor forma de ir a conocer el desierto de Zagora… quiero pasar 2 dia sy una noche alla… pero he contactado agencias y me parece carisimo.. desde 170 a 200 euros por personas!!!.. tienes alguna sugerencia.

    Gracias

    • Hola Kelly.

      Te aconsejo que te cojas un mapa de carreteras de Michelín y que alquiles un coche en Marrakech. Era nuestro plan hasta que nos dimos cuenta que en todos los lugares de alquiler de coches estaban todos sin coches (era Agosto, mala fecha para alquilar…). Te recomiendo que lo alquiles desde aquí con antelación y que luego hagas el trayecto por libre. En Zagora seguro que encuentras gente que te realiza el tour sin problemas!

  • hola que tal, excelente como han descrito el viaje paso a paso en marraketch. Tenemps pensado viajar en noviembre por 6 dias, somos dos chicas y un chico y nos econtraremos alli con un amigo marroqui. Querriamos hacer la reserva del Riag nosotros desde aqui, nos gusto mucho el riad dar bennani, parece un buen lugar y esta cerca de todo. Sabes si se puede alquilar habitacion para los 4? o si tienen alguna pagina o un telefono para poder comunicarnos, muchas gracias

  • Veo que vuestra experiencia en el zoco de curtidores fue similar a la mía. Personalmente esta es una visita que no recomiendo. Estéticamente no es un lugar especialmente bonito ni colorista como el zoco de los tintoreros en Fez. El olor es bastante desagradable porque las pieles se curten en pozas de orina y heces de animales. Además el guía y su comisión son inevitables y como se negocian a posteriori suelen acabar en discusión. Nosotros acabamos pagando siete euros después de una tensa negociación que comenzó en diez euros.

  • Muy bonito, pero menos lobos caperucita.. en Marrakech nunca en la vida se ha llegado a los 56º, a menos que lo midas en grados Farenheit…

    • Nunca hemos puesto que en en Marrakech hiciese 56º. Si lees bien es una introducción a lo que será el diario de viaje. Esa temperatura la tuvimos en Zagora, o al menos era lo que marcaba el termómetro de la ciudad (a no ser que lo marcara en Farenheit…)

  • Hola Gustavo. No creo que tengas problemas para pasar la noche allí porque los aeropuertos suelen estar abiertos las 24h del dia (no creo que el de Marrakech sea una excepción).

  • Hola, buenas noches. Perdonna mi Espanol, pero soy portugues :)

    Estoy pensando a ir a Marrakech en Septembro, e queria saber se es possible de passar la noche al aeropuerto de Marrakech. El vuelo para Madrid, esta marcado para las 7.05 de la manãna e no queria pagar una noche mas al riad.

    Gracias

    Gustavo

  • Si, solo se necesita tener el pasaporte en vigor y rellenar el papel de inmigración que te dan en el avión. Te dejo la lista de países que no necesitan hacer el visado para entrar en Marruecos: https://www.maec.gov.ma/fr/consulaires/sansvisa.as

  • Hola:

    Disculpar, una puntualización para entrar a Marruecos no se necesita visado, solamente hay que pasar el control de inmigración.

    Me gusta vuestro blog

  • Hola Isabel. Me alegro de que hayas solucionado el tema. Un saludo!!

  • Buenas! :D

    Solo quería comentaros que ya encontrado la web chunga y la he borrado del blog. Si os pasáis ahora no tendréis problemas.

    Muchas gracias por el aviso!!! ^^

  • Ostras! Que raro! Sois los primeros que me comentan ese problema. Te ha dado alguna pista sobre que es?

  • Me encanta!! Un nuevo diario de viaje, siempre interesante! Espero que lo pasarais muy bien,

  • Oh! Que chula esta entrada! Y me viene de perlas! En diciembre nos vamos tres días a Marrakesh, así que espero con ansia los próximos relatos!

    Saludos,

  • Ei! un 10 al post!!! ara, falta que penjeu un parell de fotos més eh?!!!

    un bexet i en ganes de verue el segon capitol!!

    maria hurtado

  • Por cierto Isabel, échale un vistazo a tu blog porque parece que tienes algún bichito en el servidor porque me han saltado las alarmas de mi navegador cuando he entrado a tu web.

    Un saludo!

  • m,ha agradat molt i la manera de contar-ho mes encara,un 10!!

  • Genial el post!!! Lo contáis tal cual se vive, dan ganas de volver a visitar Marrakech, y para los que todavía no lo hayan visitado, desde aquí los animo!!! No defrauda!!! Mañana te veo Pelli…

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