¡Chapuzón en el Trópico! El contacto con nuestro mundo más natural

El mundo marino es algo que me fascina y, sinceramente, me tiene enganchada. Y como quiero mostraros el mundo a través de mis sentidos me encantaría compartir con vosotros lo que se esconde desde las aguas más cristalinas de los trópicos hasta los fondos más oscuros que conforman nuestro Planeta Azul, los océanos, ese líquido inmenso que nos da la vida y que limita la distribución mundial, tanto de la flora como de la fauna que conocemos. De ahí en gran parte su importancia.

Arrecife en Sumatra
Arrecife en Sumatra

El mundo submarino

Todo el mundo, incluso los más reacios, al final acaban disfrutando cuando visitan el mundo paralelo que se esconde bajo la superficie del mar. Muchas veces, cuando programamos viajes, queremos incluir una bonita postal en una de esas playas paradisíacas con arena blanca y cocoteros, y donde sus aguas claras y cristalinas, al final, nos invitan a zambullirnos en ellas.

Tanto bucear como el snorkel te van a adentrar a un mundo tan colorido y surrealista como atractivo y espectacular, abriendo las puertas de nuestro gran desconocido azul.

Infinidad de peces de colores tropicales, formaciones de corales, diminutas criaturas de colores indescriptibles, majestuosos animales pelágicos, ver la vida formándose sobre los barcos hundidos e incluso aventurarse a cuevas misteriosas… ¡La lista es infinita!!

Así que dejadme presentaros a las criaturas que allí abajo se encuentran describiendo los escenarios que forman y detallaros la relación que guardan entre todos los personajes marinos, así como su importancia para nuestro bienestar. Porque como digo siempre, en la Naturaleza todo está relacionado.

La especie humana suele tener miedo a lo desconocido, por eso, el descubrimiento del mundo marino nos hará aprender a respetar, apreciar y admirar lo que sus aguas esconden. Ya que no estamos solos en el mundo. Y la naturaleza ha creado criaturas tan bellas que necesitan mucho más que admiración y contemplación; necesitan comprensión. La comprensión de su medio, de los ecosistemas de los que forman parte y, en definitiva, la importancia de su existencia.

Y saber que al final todo repercute en nosotros, en el último eslabón de la cadena. Así que, aunque sea sólo por egoísmo, aprendamos a convivir con ellos. Conozcámoslos, y así, dejarán de ser esos desconocidos a los que temer.

Arrecife en Tioman
Arrecife en Tioman

Dejadme que os cuente

Crecí con la frase «confía en la vida, que la vida te va llevando» y a mí me trajo a Malasia. En el 2015 me instalé en un pueblo turístico y curioso al lado del mar. Bueno, del canal de Melaka. Y claro, esto es un punto muy estratégico en mitad del Sudeste Asiático con un montón de vuelos baratos a los que acceder, una tentativa muy grande para una bióloga marina.

Así que, sí, me siento muy afortunada. Y aunque mi trabajo paralelo me deje poco tiempo, cuando puedo junto días y me lanzo a algún lugar desconocido. El requisito siempre es el mismo tiene que tener mar para poder bucear. Así que con la excusa me he zambullido en las aguas más alucinantes que conforman el Triángulo de Coral, el lugar del mundo que alberga la mayor biodiversidad de corales y, en consecuencia, de criaturas marinas únicas y exclusivas. A veces, verlas, me hace dudar de su existencia (o mi existencia) porque no me cabe en la cabeza que haya bellezas tan asombrosas con tal naturaleza innata.

Aunque os tengo que confesar que no siempre ves la parte bonita. También he visto lo feo, lo feo y destructivo que va de la mano de nuestra especie, los humanos. Tampoco me entra en la cabeza la poca apreciación por la vida externa que tenemos. Bueno, externa ni interna, porque muchas veces somos capaces de perjudicarnos a nosotros mismos. Nuestra propia especie. La especie humana.

Así que también os presentaré como nuestras actividades, humanas, están limitando la vida de este mundo llevando a esta bola llena de existencia que deambula por un espacio desconocido a la propia extinción.

Aunque reflexionando, se puede decir que acciones mínimas de la población humana pueden conducir a eso, a un gran exterminio de una o varias especies, o incluso de ecosistemas completos. Pero acciones igualmente pequeñas podrían ayudar a preservar estos tesoros que esconde nuestro Planeta.

Y como no se protege lo que no se conoce os propongo presentaros, a través de La Ruta Natural, los espacios más biodiversos y las bellezas marinas más inmensas para que entre todos, poco a poco, podamos preservar la riqueza de este mundo en el que nos tocó vivir.

Los arrecifes de corales

Para empezar os voy a presentar aquellas criaturas que conforman el más ilustre paisaje submarino: los arrecifes de corales.

Arrecife en Tioman
Arrecife en Tioman

Y es que, cualquiera que se ponga la máscara de hacer snorkel y se dé un chapuzón en el trópico verá, al momento, una cantidad de colores, formas y tamaños diferentes con un montón de peces coloridos aleteando a su alrededor. Porque los corales forman un punto de encuentro muy importante no solo para nosotros como viajeros curiosos, sino para el mundo marino que allí aguarda.

Y lo bonito es saber que todos y cada uno de ellos tienen una función en el conjunto que forman, tienen un porqué de su existencia a parte de la belleza esencial con la que impactarnos.

Me he dado cuenta que, cuando hablamos de corales, no todo el mundo tiene claro qué son. He llegado a escuchar de gente que piensa que son rocas de colores, por lo que es difícil proteger algo que se piensa que es inerte.

Lo que me gusta saber es que hay una cosa en la que la mayoría coincide, y es que crean un alucinante paisaje submarino.

Y os voy adelantar que, en Biología, decimos que los corales pertenecen a la clase Anthozoa, que significa literalmente FLORANIMAL. Y os voy a contar por qué son comparables a flores submarinas y cómo su conjunto se asemeja a la selva tropical pero debajo del mar.

En cada zona hay una composición de corales distinta y muchas zonas turísticas utilizan este atractivo para entretener a los turistas. Pero si no se explica lo que se va a ver no se puede respetar ni entender. Y muchas veces la congregación de un montón de humanos intentando flotar en una zona de arrecifes puede perjudicarlos.

Aunque no sea nuestra intención, al final nos convertimos en cómplices de las amenazas que acechan a estas criaturas. Muchos no apoyarían sus pies o aletas en ellos si supieran que son animales, ni los arrastrarían con las anclas de sus barcos si supieran que son el cobijo de los peces que pueden alimentar a sus familias.

El poco saber de los visitantes a estos paraísos submarinos está causando grandes amenazas para esta fuente de vida. Por ello, cuando acudimos a visitar cualquiera de estos puntos tropicales debemos minimizar nuestro impacto. Y con ello me refiero a ser meros observadores promoviendo el conocimiento de la vida más natural, porque el entender lo que vemos nos hará respetar aquello que venimos a visitar.

La experiencia me enseñó a huir de los hervideros turísticos, buscar los lugares más auténticos y a fijarme aún más en cada uno de esos organismos de colores, los corales, que albergan tanta vida y convierten un chapuzón en el trópico en un secreto por descubrir.

Así que me encantaría sumergiros en el mundo más natural que nos rodea para así aprender apreciar y admirar la naturaleza como se merece. Si queréis acompañarme, no os perdáis las siguientes publicaciones de la sección.

La ruta natural, por María Marcos
La Ruta Natural, por María Marcos
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