Chikungunya y dengue, los virus que azotan a las zonas tropicales

Los países tropicales se enfrentan a otros virus, de los que pocos hablan, pero que este año están aumentando tanto el número de casos como su virulencia en todo el mundo sin que se sepa muy bien la razón.

Resulta que nada más salir del primer confinamiento -MCO, como se llama aquí- empezamos a oír de vecinos que estaban siendo afectados por el dengue. La verdad que no le dimos mucha importancia, hasta que los casos empezaron afectar a nuestros amigos y conocidos. Nos contaban que los doctores decían que no era dengue era otra clase de virus, la Chikungunya. 

De repente durante el mes de Octubre, todos los jueves a eso de las 6 de la tarde, aparecía un camión en medio de la calle principal de Melaka, llamada Jonker Walk -seguramente que si has visitado Melaka, hayas estado aquí- Sin previo aviso una nube espesa y de un olor horripilante se cierne por toda la calle. Un montón de operarios vestidos como si acabase de haber un vertido radioactivo hechan ese humo blanco amarillento por todas las rendijas y canales.

Fumigando la ciudad
Fumigando la ciudad
Fumigando la ciudad

Fumigando la ciudad

La gente corre despavorida al verlos intentando evitar que el humo entre por las rendijas de ventanas y puertas, inútilmente, porque al final acaba entrando. Lo curioso es que no es del todo seguro que esta sea la mejor solución ya que un estudio reciente publica que acaba afectando más a otros insectos que a los propios mosquitos (Estos canallas son capaces hasta de adaptarse a estos venenos creados por los humanos haciéndose resistente a ellos.)

Humo espeso producido por la fumigación de las calles, en Melaka.

Tal vez la fumigación de las calles no tiene tanta utilidad como una adecuada limpieza de los sistemas de drenaje en las urbanizaciones, pero parece ser que esto todavía no se les ha ocurrido. Así que como digo yo, si no nos pica el mosquito con el chikungunya vamos a morir por la cantidad de insecticida que nos hacen respirar.

Aumento de casos de chikungunya en varios estados de Malasia

El caso es que el aumento de casos en los últimos meses ha hecho que las autoridades declaren como zona roja de riesgo por esta enfermedad el centro de Melaka. Y cada día me asombraba más al conocer más y más casos cercanos.

Mis amigos me comentan que empieza con una especie de cansancio, dolores musculares y de las articulaciones. Si tienes un buen estado de salud se suele superar en dos semanas de sufrimiento y malestar. Pero las personas que han superado la Chikungunya tienen como secuelas de aquellas semanas. Me comentan que se levantan por las mañanas con dolor de articulaciones, sin ser capaces de estirar los dedos de las manos y su cuerpo hasta que va pasando el día.

Melaka también registra un aumento en los casos de dengue

La lucha en contra el dengue es una lucha habitual de mucho tiempo en las zonas tropicales. Lo que es cierto es que está habiendo un aumento cada vez mayor en los últimos años. De hecho los casos de dengue en Malasia aumentaron un 61% el año pasado y las muertes aumentaron un 24%.

Así que mientras Melaka lidia con los escasos casos positivos de Covid-19, empezaba a registrar no sólo un aumento en los casos de dengue sino también de chikungunya. En lo que va de pandemia ha habido 308 infectados y 5 fallecidos por Covid-19 en todo Melaka. De dengue 2.562 casos desde el 1 de enero al 15 de Noviembre, sólo en Melaka.

Los datos de casos por dengue aumentan mes a mes en Malasia.

Pero no sólo Melaka, otros estados de Malasia como Sarawak o Kelantan registraron un aumento de los casos de dengue del 222% y 208% respectivamente desde 2018. Los puntos críticos de dengue durante los primeros seis meses de 2020 también aumentaron, lo que significa que el dengue se extiende año tras año y se hace con nuevas zonas.  

Vamos por partes ¿Qué es la chikungunya?

La chikungunya es una enfermedad viral transmitida a los humanos por un mosquito infectado. Este virus provoca fiebre alta, dolor de cabeza, dolores en las articulaciones que a menudo es debilitante, también sus síntomas incluyen el dolor muscular, náuseas, fatiga y sarpullidos. Esto empieza a suceder a los tres días después de haber sido picado por un mosquito infectado. Aunque los pacientes tienden a sentirse mejor a las dos semanas, algunos de ellos pueden desarrollar dolores en las articulaciones y la rigidez articular de manera intermitente por meses e incluso años.

Es raro que esta enfermedad pueda causar la muerte, aunque es verdad que en mayores de 65 años con enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión la situación se puede complicar. De hecho en Melaka han fallecido dos ancianos esta última semana en el centro de la ciudad.

La fiebre chikungunya se describió por primera vez en 1952 en Tanzania. «Chikungunya» significa «postura retorcida», debido a la posición de los pacientes como encorvados ya que se retuerce del dolor.

¿Cúal es la diferencia entre Dengue y Chikungunya?

Se trata de virus diferentes, aunque se transmiten por el mismo vector en común que es el mosquito Aedes Aegypti. Las dos enfermedades tienen síntomas en común como la fiebre alta, dolor de cabeza, dolor muscular y dolor de las articulaciones, en definitiva un gran malestar general.

Sin embargo con el Dengue aparecen manchas rojas en la piel y con la Chikungunya aparecen sarpullidos. Así como la chikungunya no causa tanto riesgo para la vida del enfermo como el dengue, esta suele tener complicaciones neurológicas crónicas que pueden durar varios meses, o incluso años.

En Malasia, el -Sector de Enfermedades Transmitidas por Vectores del Ministerio de Salud- dijo que se registraron un total de 182 muertes en todo el país en 2019 en comparación con 147 muertes en 2018.

La “fiebre rompehuesos” o dengue, también empezó a extenderse en África debido al desarrollo de la marina mercante y el movimiento de personas que hicieron aumentar las ciudades portuarias, así como las condiciones ideales para el mosquito Aedes aegypti. 

Existen 5 tipos del virus de dengue o 5 serotipos de virus dengue. El último serotipo fue descubierto en el 2013 y se dice que sigue el ciclo selvático a diferencia de los otros cuatro que siguen el ciclo humano. Los cuatro serotipos pueden causar cuadros asintomáticos, febriles o mortales.

El ciclo de transmisión es a través del mosquito

Un mosquito no infectado puede ingerir virus al alimentarse de la sangre de una persona en cuya sangre circulan estos virus. Los virus se replican en el mosquito pudiendo transmitir a un nuevo huésped al alimentarse de él.

Desde 2004, la fiebre chikungunya se ha propagado rápidamente y se ha detectado en más de 60 países de Asia, África, Europa y las Américas.

La transmisión humano-mosquito-humano puede completarse en menos de una semana. Aedes aegypti -presente solamente en zonas tropicales y subtropicales- y Aedes albopictus -vive en regiones templadas, como Europa- son las especies de mosquito que transmiten estos dos virus. Así que os podéis hacer una idea de cómo podrá afectarnos el cambio climático, facilitando la vida de especies en áreas donde antes no era habitual.

También se dispone de estudios en los que algunos animales como roedores y aves pueden actuar como reservorios de este virus. Tal vez el hecho de estar eliminando estos animales de nuestro alrededor pueda estar causando estos saltos a los humanos, al ver limitados sus hospedadores en el mundo natural.

Estos virus están aumentando en todos los países Tropicales

La OMS avisa de que está aumentando la probabilidad de que nuevos virus animales afecten a las personas y lo estamos viendo. En años anteriores las regiones de Asia y las Américas fueron las más afectadas por estos virus. Pero es que este año está habiendo un aumento asombroso y está apareciendo en zonas que antes estaban libres.

Te pones a buscar información y encuentras que hubo brotes repentinos que se iniciaron el año pasado en zonas como Pakistán causando 8.287 casos o en la India con 62.000 casos. También se notificaron brotes de fiebre chikungunya por primera vez en 2018 en el Sudán, en 2019 en el Yemen.

En la Región de las Américas también se han registrado brotes esporádicos. Y se dice que un alto porcentaje de los ocurridos en esta zona se registraron en Brasil, lo que puede ir unido a la deforestación del año pasado. Estudios constatan que un aumento de la deforestación aumenta la incidencia de virus, ya que los mosquitos (que transmiten la enfermedad) se ven beneficiados por el aumento de luz solar y agua en las áreas recién deforestadas.

El mundo está viviendo otras epidemias

La OMS señala que la incidencia del dengue ha crecido de manera espectacular en todo el mundo en las últimas décadas. Está registrado que el número de casos de dengue ha aumentado dramáticamente desde la década de 1960, con más de 390 millones de infecciones por dengue al año. (Recordemos que actualmente tenemos 66,5 millones de casos totales de Covid-19 en todo el mundo).

El mundo está viviendo otras epidemias, lo que pasa que no lo oímos tanto porque afectan principalmente al Sudeste Asiático, África y Latinoamérica. Por eso por aquí se habla de la epidemia de dengue de 2019-2020

El mundo está viviendo otras epidemias, aunque no escuchemos hablar de ellas.

Países vecinos a Malasia como Camboya, China, Laos, Singapur, Filipinas y Vietnam han informado aumentos de hasta cuatro veces. En las Américas el número de casos reportados hasta ahora han superado en un 30% al número de casos reportados en el año epidémico 2015, por lo que mes a mes se va batiendo récords en todas las zonas tropicales del mundo.

Países como Belice, Costa Rica, El Salvador, México, Nicaragua reportaron tres veces más casos que en el año pasado. Brasil, Guadalupe, Guatemala, Honduras, Jamaica, Martinica y República Dominicana reportaron de siete a diez veces más casos de dengue.

Viajeros que, sin saberlo, lo llevan a Europa

Uno de los primeros casos de fiebre chikungunya en Europa fue en el 2007, debido al desplazamiento de viajeros que sin saberlo sufrían el virus y lo propagaron por la región nororiental de Italia, en la que se llegaron a registrar 197 casos. Así se confirmó que en Europa pueden darse brotes víricos transmitidos por Aedes albopictus.

El caso es que año a año se está viendo que también está siendo mayor la carga de estas enfermedades en Europa. En el 2014 casi 1500 casos en Francia y Reino Unido fueron confirmados como de fiebre chikungunya transmitida en sus países, probablemente los viajeros al sufrir sintomatología leve regresaron a su país de destino después de unas vacaciones.

Y es que algunos pacientes sólo presentan síntomas leves, por eso la infección puede pasar inadvertida o ser confundida erróneamente con otra enfermedad.

Otra enfermedad vírica sin cura

A día de hoy no se dispone de vacunas o fármacos específicos contra estos virus y bueno, tampoco se ve al mundo presumiendo de que lo estén intentando. Por lo que el tratamiento se centra simplemente en aliviar los síntomas con analgésicos, antipiréticos (para disminuir la fiebre) y descansar.  Como en estos casos de infecciones víricas, la mejor vacuna es nuestro buen estado de salud y la protección, evitando las picaduras de mosquito.

Este es el Mercado Nocturno de Melaka en un sábado de pandemia, totalmente vacío de turistas.

La industrialización del mundo junto con la reducción de los espacios silvestres aumenta la posibilidad de que nuevos virus afecten a las personas. Muchas de las enfermedades que más nos ha costado combatir han surgido de los bosques y la vida silvestre que llega a las poblaciones humanas, como pasó con la peste y pasa con la malaria.

El 2020 nos está avisando

Las enfermedades emergentes han aumentado en el último siglo, es una obviedad que es debido a la creciente invasión humana en el hábitat natural, especialmente en los puntos críticos como en las regiones tropicales. Nos hemos adentrado tanto y hemos destrozando tantos hábitats que hay especies que están empezando a adentrarse en la nuestra, y si no dejamos esas barreras naturales, como animales y bosques, muchos virus y microorganismos pueden elegirnos como hospedador al ser la especie más abundante.

De lo que poco se habla en occidente -de momento- es que estos países tropicales están siendo afectados por otros virus pero todo apunta que con la ayuda del cambio climático, en un futuro empezarán abrir los informativos de allí.

Si no queremos tener enemigos que no vemos, cambiemos de hábitos

Debemos dejar espacio para que la naturaleza realice sus funciones dejando que nos proteja de enfermedades como estas. Por eso no deberíamos seguir demorando la puesta en marcha de soluciones que nos hagan cambiar nuestros hábitos para vivir al menos un poquito más en armonía con este Planeta.

Cuando se rompe la normalidad ecológica las consecuencias pueden ser insospechables, ya que difícilmente podremos prevenir lo que puede llegar. Por eso la mayoría de las epidemias son el resultado de cómo los humanos tratamos a la naturaleza.  

La protección de nuestro medio más natural debería ser ya una prioridad en la que se basará nuestra vida rutinaria. Y nuestros hábitos deberían encontrar un equilibrio con la Tierra para que no nos vuelva a considerar más, como su pandemia.

Tal vez el 2020 no sea un año tan virulento y tan malo como se le quiere acuñar, tal vez nos está advirtiendo de que si no cambiamos nuestro modo de vida más pandemias vendrán.

1400 933 María Marcos

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