Muy cerca de Tokio se encuentra uno de los lugares más mágicos de todo Japón. Hablamos de Nikko, un enclave que combina algunos de los templos más hermosos del país con unos bosques de belleza salvaje y espectacular, como solo pueden verse en esta parte del mundo.
Historia, cultura, arquitectura y naturaleza se unen en este destino idílico, que todo viajero de paso por Japón debería conocer. No en vano un viejo eslogan turístico nipón viene a decir que no deberías usar la palabra «magnífico» hasta que no hayas visto las maravillas de Nikko. ¡Y razón no le falta, porque los paisajes aquí son realmente impresionantes!
A continuación te contamos todos los secretos de Nikko, uno de los destinos turísticos favoritos de los japoneses.
Nikko está situada en la Prefectura de Tochigi, a unos 150 km al Norte de Tokio. Está muy bien comunicada con la capital, y gracias al tren es posible incluso ir y venir en el mismo día. Eso contribuye a hacer de Nikko un destino bastante popular dentro de Japón. Pero es que, más allá de sus buenas comunicaciones, Nikko tiene mucho que ofrecer al viajero.
Por ejemplo, algunos de los templos más espectaculares que encontrarás en todo Japón. En el corazón de los bosques Nikko, rodeado de árboles centenarios, se alza el mausoleo de los shogunes de la dinastía Tokugawa.
Los Tokugawa gobernaron los designios de Japón entre los siglos XVII y XIX, en plena era de los samuráis. Y eligieron para construir sus tumbas este entorno privilegiado, de belleza natural exuberante, que está a tiro de piedra de Edo, la ciudad que hoy es Tokio, donde tenían su castillo.
Gracias a eso, los boques de Nikko quedaron sembrados de templos profusamente decorados. Pero es que, con templos o sin ellos, esos bosques son también tremendamente hermosos. Especialmente en otoño. Muchos de esos paisajes típicamente japoneses que aparecen en las postales son, en realidad, vistas de Nikko.
Sin ir más lejos, la famosa estampa de los Tres Monos (ya sabes: uno tapándose los ojos, otro los oídos, y otro la boca), es uno de los símbolos de Nikko. Los puedes encontrar decorando el friso de uno de los templos. ¡No te puedes ir de aquí sin sacarles una foto!
Como tampoco deberías irte de Nikko sin explorar alguna de sus idílicas rutas de senderismo, ver sus preciosas cascadas y lagos, o relajarte en uno de los baños termales onsen que abundan por la zona. Ya lo ves, Nikko es un destino que combina lo mejor de Japón: templos magníficos, samuráis de tiempos pasados, paisajes pintorescos y una naturaleza exuberante.
Nikko no deja de ser una zona de montaña, y por tanto es importante tener en cuenta las condiciones meteorológicas. Ten en cuenta que aquí, por regla general, siempre vas a tener siempre varios grados menos de temperatura que en Tokio.
El otoño es la estación por excelencia para visitar Nikko. También es la que tiene mayor afluencia de visitantes. Y no es para menos, ya que los bosques de Nikko lucen arrebatadoramente bellos con el follaje otoñal, y nadie quiere perdérselos. Además, las temperaturas son ideales, con máximas de 20 grados y mínimas de 10.
Primavera y verano son, probablemente, una mejor época para disfrutar del lugar sin tantas aglomeraciones. Las temperaturas primaverales son igualmente suaves (entre 15 y 20 grados de máxima). Pero, ¡ojo! No te confíes y lleva siempre algo de ropa de abrigo, ya que el tiempo puede cambiar súbitamente, sobre todo en primavera.
En verano el calor tampoco será excesivo, gracias a la altitud y los bosques que tiñen de verde toda la zona. Rara vez sube el termómetro de los 30 grados. Eso sí, ten en cuenta que, en Nikko, los meses más lluviosos son los de verano, lo cual deja los caminos embarrados y resbaladizos.
El invierno es seguramente más barato y más tranquilo pero, si no te gusta el frío, es una época a evitar. Las temperaturas oscilan entre máximas de 4 grados y mínimas de –5. Y tampoco es nada raro que nieve. La nieve confiere a los templos una belleza singular, pero también hace más peligrosos caminar por el bosque. Mejor ándate con ojo.
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Nikko es un lugar relativamente apartado, pero desde Tokio es fácil llegar hasta allí. Lo más práctico es ir en tren, ya que hay varias líneas que conectan con la metrópoli. Hay muchas combinaciones posibles, pero la más sencilla es esta que te contamos a continuación.
Desde Tokio, los trenes de la Línea Tobu te llevarán hasta la estación de Tobu Nikko en unas 2 horas. Lo más habitual es partir de la estación de tren de Tobu Asakusa, a la que se puede acceder directamente desde la estación de metro de Asakusa.
Hay uno o dos trenes expresos hacia Nikko cada hora, y dependiendo de la combinación que te toque (a veces estas varían según el día), es posible que debas hacer transbordo en la estación de Shimo-Imaichi. El viaje lleva 2 horas y cuesta entre 2,850 y 3,540 yens (17 – 22 euros).
Ten en cuenta que Tobu Railway ofrece algunos pases interesantes con descuentos, tanto para el tren de Tokio a Nikko como para los autobuses locales de Nikko, lo cual es muy útil para moverse luego por la zona. Puedes contratar este pase fácil y rápidamente desde los links que te dejamos aquí abajo.
Hay otras combinaciones de trenes disponibles, pero son más caras y farragosas. Lo mejor y más rápido es la línea Tobu desde Asakusa. La opción del autobús también existe, pero resulta algo complicada si no sabes japonés. Además, se trata básicamente de unirte a un tour organizado, lo cual tiene sus inconvenientes. No es lo más recomendable.
Nikko es un lugar ideal para visitar en una escapada rápida desde Tokio. Si lo planificas bien, puedes incluso ir y venir en el mismo día. Pero lo suyo es hacer un par de noches (oferta hotelera no te va a faltar) y dedicar unos días a explorar tranquilamente los alrededores. Que merecen mucho la pena.
Además, Nikko es uno de esos sitios donde, más allá del interés intrínseco del lugar, lo que mola es observar a la gente. Al ser un destino turístico muy popular dentro de Japón, Nikko siempre está a rebosar de visitantes, la mayoría locales. Y eso es lo interesante. Aquí vas a poder experimentar de primera mano el tipo de turismo que les gusta a los japoneses.
Pasear por los templos, visitar las tiendas de recuerdos, disfrutar de los dulces locales, relajarse en un baño termal al terminar la jornada… Seguro que te hasta te topas con algún grupo de colegiales, con sus uniformes, que visitan el lugar en un viaje organizado de la escuela.
Pero la estrella de la función, aquí en Nikko, son sus magníficos templos. Que, combinados con el extraordinario entorno natural en el que se enmarcan, dan como resultado unas vistas que quitan el hipo. En pocos sitios de Japón encontrarás unos paisajes más fotogénicos. ¡Un paraíso para los amantes de la fotografía!
Porque, después de los templos, el otro gran protagonista de Nikko es la naturaleza. Bosques maravillosos, montañas sagradas, cascadas de cuento de hadas, lagos de postal… Nikko es una verdadera preciosidad.
Se entiende por qué los shogunes Tokugawa eligieron este lugar para su sueño eterno. Es un enclave idílico. Sus vistas de postal concentran toda la belleza de los clásicos paisajes del País del Sol Naciente.
Para que no te pierdas entre tanta maravilla, a continuación te desglosamos una a una las principales atracciones de Nikko, para que puedas planificar tu visita.
Estos tres macacos son el símbolo de Nikko por excelencia, y una de las imágenes más icónicas de Japón y de Asia Oriental en general. Se trata de una curiosa talla de madera del siglo XVII que corona el friso de uno de los templos del mausoleo Toshogu.
Los monetes tienen hasta sus propios nombres, que vienen a ser una especie juego de palabras en japonés: se llaman Mizaru, Kikazaru e Iwazaru. O sea, «Mono que no ve», «Mono que no oye» y «Mono que no dice».
¿Y qué es eso que los tres micos no quieren ver, oír ni decir? Pues se supone que tratan de no ver el Mal, no escuchar el Mal y no decir el Mal. Y están ahí para que los visitantes del lugar sigan su ejemplo, y así acaben siendo mejores personas.
Según la tradición, la gracia es buscar por ti mismo el templo en concreto donde se encuentran los Tres Monos Sabios. Que tiene su cosa, entre tantos bajorrelieves como tienen los templos de Nikko. Pero, si das con ellos, se dice que tendrás bendiciones y buena suerte.
Así que, para no spoilearte la experiencia, no te vamos a decir dónde están exactamente. Mejor que abras bien los ojos y busques por ti mismo. Pero tranquilo, son fáciles de detectar; ¡solo tienes que fijarte en el lugar donde haya más gente sacando fotos!
Este puente de madera lacada en rojo es otro de los símbolos de Nikko, y hace un poco las veces de puerta de entrada al lugar. Lo encontrarás a medio camino entre la estación de tren y el Toshogu, el mausoleo de los shogunes Tokugawa.
Se trata de uno de los puentes más famosos (y hermosos) de Japón, uno de esos puntos clave que no debes perderte al visitar Nikko. El puente actual data del siglo XVII, y hasta hace unas décadas estaba prohibido cruzarlo. Hoy, en cambio, puedes atravesarlo a cambio de 300 yens (1,5 euros).
Lo cruces o no, más allá de este puente (cuyo nombre significa, precisamente, «Puente Divino»), encontrarás el complejo de templos, la parte más sagrada de Nikko.
Los bosques de Nikko están sembrados de templos budistas y santuarios sintoístas, que conforman el mausoleo de los shogunes de la dinastía Tokugawa, los grandes señores que gobernaron Japón durante casi tres siglos.
Los templos están profusamente decorados con bajorrelieves de todo tipo. Son una verdadera explosión de color y barroquismo, algo poco habitual en la tradicionalmente sobria arquitectura japonesa. ¡Tienen tantos detalles que a veces no sabes ni dónde fijar la mirada!
Este complejo de templos se divide en tres grandes áreas: el mausoleo Toshogu, el templo Rinnoji, y el santuario Futarasan.
Las tres pueden visitarse en un mismo día, ya que se encuentran esparcidos por el mismo lugar: en la falda de la montaña, rodeadas de bosques de ensueño. El horario de apertura de los templos es de 9 a 17:00h (algunos cierran a las 16:00h), y están abiertos todos los días del año.
Desde la estación de Tobu Nikko es muy fácil llegar. Solo tienes que seguir el camino y, en unos 30 minutos de paseo, llegarás a la entrada del complejo. También puedes hacer el trayecto en bus, lo que te tomará unos 10 minutos a cambio de 350 yens (unos 2 euros).
Lo único malo es que cada parte del complejo requiere comprar una entrada por separado, así que lo mejor es planificar la visita antes de ir, para concentrarte en los rincones que más te interese visitar.
A continuación te hablamos en detalle de cada uno de los templos, para que puedas hacerte tu propia lista de preferencias.
Si solo puedes visitar un lugar en Nikko, tiene que ser este. No puedes perderte los templos del Toshogu, los más espectaculares (e importantes) de todo el complejo.
El Toshogu es el mausoleo dedicado a Tokugawa Ieyasu, el fundador de la dinastía de shogunes Tokugawa. Ieyasu es, probablemente, el samurái más grande de todos los tiempos. Fue él quien acabó con las guerras civiles y terminó de unificar el país, allá por los siglos XVI y XVII, y sus descendientes gobernarían Japón hasta 1868. Ya lo ves, para los amantes de la historia japonesa, es un lugar de visita obligada.
Pero, aunque no te interesen mucho los antiguos samuráis, el Toshogu es igualmente una visita ineludible. Los templos son una auténtica maravilla.
Aquí encontrarás la famosa Puerta Yomeimon, otro de los símbolos de Nikko, de la cual se dice que puede uno pasarse el día entero pasmado frente a ella, admirándola hasta que se ponga el sol. También pagodas de cinco pisos, numerosos templos y sub-templos (todos ellos ricamente ornamentados), tallas y esculturas de lo más curioso, e incluso un museo dedicado a los shogunes Tokugawa.
Y no olvides que es en uno de los templos el Toshogu donde se esconden los Tres Monos Sabios. ¡Luego no digas que no te damos pistas para encontrarlos!
Para terminar, en un apartado rincón en lo profundo del bosque, está la tumba del propio Ieyasu, a la que se accede tras subir un buen número de escalones. La tumba en sí es más bien sobria, pero el camino que lleva hasta ella merece la pena.
Existen varias réplicas (a mucha menor escala) del Toshogu en otros lugares de Japón, como el Parque Ueno de Tokio, o también en Shizuoka. Pero el original, este de Nikko, es de largo el más espectacular de todos.
La entrada al mausoleo cuesta 1600 yens (10 euros) y si quieres visitar el museo deberás abonar otros 1000 yens (6 euros).
Este segundo mausoleo, con sus respectivos templos, está dedicado a Iemitsu, nieto de Ieyasu y tercer shogun de la dinastía Tokugawa. En realidad fue él quien levantó los templos de Nikko, en memoria de su abuelo, así que el tipo bien se merece un recordatorio.
Los templos del mausoleo Taiyuin están junto a los del Toshogu, y son bastante parecidos. Ricamente decorados, con mucho pan de oro y mucha policromía. Un espectáculo para la vista.
El mausoleo es parte del templo Rinnoji, la segunda gran área de templos de Nikko. Los portones de acceso son, probablemente, sus puntos más famosos: la Puerta Niomon, que da paso al Taiyuin; y la Puerta Nitenmon, ricamente decorada y custodiada además por dos guardianes celestiales.
La entrada al Taiyuin cuesta 550 yens (3 euros); o 900 yens (5,5 euros) si quieres visitar también alguno de los sub-templos.
Muy cerca del mausoleo Toshogu se alza la tercera gran área de templos de Nikko, Futarasan. Esta vez se trata de un santuario sintoísta, dedicado a los dioses de las montañas de Nikko. Futarasan es mucho más antiguo que los mausoleos vecinos, ya que su fundación data del s. VIII.
Los edificios aquí no son tan espectaculares como en Toshogu, pero no por ello el santuario no deja de tener su interés. Además, la entrada es gratuita, ¡y eso siempre suma!
No te equivoques, Nikko tiene mucho más que ofrecer además de sus templos. En realidad, los mausoleos forman parte de un área natural mucho más grande, el Parque Nacional de Nikko.
Este parque contiene hermosas montañas, bosques que parecen sacados de una película del Estudio Ghibli, cascadas, lagos, aguas termales… Hasta monos salvajes, de esos que cuando se cansan de saltar de rama en rama se ponen a remojo en esas mismas aguas termales.
Los japoneses laman a esta zona Oku Nikko, o sea, el Nikko Profundo, ya que se encuentra más allá del complejo de templos, alejada de la estación de tren, en el corazón de las montañas.
Las montañas de Nikko son bonitas todo el año, pero en otoño, cuando los árboles se tiñen de rojos y ocres, el espectáculo es inolvidable. Entre finales de octubre y principios de noviembre es cuando las hojas están en su punto.
Algunos de los puntos más interesantes de este Nikko Profundo son el lago Chuzenji, la catarata Kegon, la carretera montañosa de Irohazaka (con su colección de curvas en ese que quitan el hipo), o la meseta de Akechidaira, con su pintoresco funicular.
También cabe mencionar los humedales de Senjohagara, con sus preciosas rutas de paseo, la cascada Ryuzu, y las aguas termales de Yumoto Onsen, un lugar ideal para hacer noche, relajarse y descansar de tanto templo y tanto bosque.
Si, después de visitar las tumbas de los antiguos shogunes, te sobra algo de tiempo y tienes ganas de sentirte como un samurái, el parque temático de Edo Wonderland es tu lugar.
A unos 10 km de Nikko, este parque temático está ambientado como si fuera una ciudad japonesa de la era Edo (siglos XVII – XIX), o sea, en plena era de los samuráis. El sitio es bastante friki, de acuerdo, pero es divertido. Si te gustan la historia y la cultura japonesas, y eres fan de las películas de samuráis, te lo pasarás en grande. Y es que, de vez en cuando, tampoco está mal hacer alguna turistada.
Si te apetece, puedes comprar tus entradas en este link.
Dirígete a Nikko con un chófer privado en esta excursión de un día desde Tokio para descubrir el santuario de Toshogu, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, saborear un auténtico almuerzo (por cuenta propia) y ver las cataratas de Kegon.
En Oku Nikko, el Nikko Profundo, tienes a tu disposición una estupenda selección de rutas de senderismo para disfrutar a tu aire de la naturaleza. Pero, si caminar por el bosque no es lo tuyo, no te preocupes; también puedes visitar muchos de estos lugares echando mano de la red de buses locales.
Claro que lo mejor es disfrutar de la naturaleza y de los templos, todo a la vez, sin tener que preocuparte de andar comprando billetes de bus para ir de un sitio a otro.
Con este pase , que incluye transporte en tren local (no expreso) desde Tokio, y acceso ilimitado a la red de Tobu Bus del centro de Nikko, puedes hacerlo todo fácil y cómodamente.
La oferta hotelera en Nikko es bastante amplia, hay alojamientos para todos los gustos. Nosotros te recomendamos los siguientes, dependiendo de cuánto quieras rascarte el bolsillo:
Por la zona de los templos, lo mejor es moverse andando, para disfrutar del paisaje y la naturaleza. Pero, para ir más allá, hasta las montañas de Oku Nikko, lo suyo es echar mano de la red de buses locales. O moverte en coche, si dispones de él.
Como te hemos dicho más arriba, Tobu Railway dispone de algunos pases interesantes, como el Nikko World Heritage Area Pass, una tarjeta turística que ofrece transporte ilimitado durante dos días. Y también tienes el Nikko All Area Pass, que viene a ser lo mismo, pero para cuatro días.
Así podrás visitar los lagos, cascadas y humedales de Oku Nikko sin mayor dificultad. Eso sí, ten en cuenta que el Parque Nacional abarca una superficie bastante extensa, así que necesitarás varios días si quieres verlo todo. La zona de templos, en cambio, se puede cubrir en un solo día.
Ya que Nikko es parte de la prefectura de Tochigi, es un excelente lugar para degustar gyozas, las empanadillas de carne típicas de la cocina japonesa. En realidad, las gyoza son una especialidad de la ciudad de Utsunomiya, la capital de Tochigi, pero en Nikko también las hacen bien ricas. Lo mejor es acompañarlas de una buena cerveza… O de unas cuantas, como prefieras.
Otra de las especialidades de Nikko es la yuba, un derivado del tofu que a los japoneses les encanta. Es un condimento esencial para cualquier tipo de caldo o sopa que se te ocurra, desde la celebérrima sopa de miso al caldo de los fideos soba.
Para rematar, Nikko también es un buen lugar para los amantes de la carne de vacuno, pues la ternera el lugar (denominación de origen Tochigi Wagyu) es una variedad bastante apreciada, aun sin llegar a las cotas de excelencia de la ternera de Kobe o la de Matsuzaka.
Y no nos olvidemos de las fresas, otro producto típico de la prefectura de Tochigi. Muchos viajes organizados a Nikko incluyen una sesión de recolección de fresas en alguna granja de la zona, para que luego te lleves a casa todas las que hayas podido pillar.
Como ya hemos apuntado más arriba, una de las cosas que más mola de Nikko es que es un destino turístico muy japonés. A los nipones les encanta visitar Nikko, lo cual hace que las atracciones turísticas estén, mayormente, pensadas y enfocadas para el público local.
¿Y qué es lo que más les gusta hacer a los japoneses cuando viajan, tras una dura jornada pateándose los templos y los caminos de montaña? Pues darse un buen baño en agua caliente, para olvidarse del cansancio. Cuanto más caliente, mejor.
O sea, el paraíso para un japonés es ponerse a remojo en un onsen, los célebres baños termales del País del Sol Naciente.
Y, en Nikko, onsen hay unos cuantos, puesto que es una región especialmente rica en aguas termales. Ya que estás de visita por la zona, sería una pena no probar esta delicia típicamente japonesa. Ya sabes, allá donde fueres, haz lo que vieres…
Muchos hoteles de Nikko, tanto los de estilo tradicional (llamados ryokan) como los más modernos y, digamos, «occidentales», ofrecen a sus huéspedes la posibilidad de disfrutar de los baños termales.
Pero también existen establecimientos de onsen a los que puedes acudir y, a cambio de un módico precio (entre 5 y 12 euros, por lo general), ponerte al baño maría un par de horas. Es verdaderamente relajante, y muy recomendable después de un día de largas caminatas. Quien lo prueba, repite. Damos fe de ello.
El pueblo de Yumoto Onsen, en Oku Nikko, es un lugar ideal para probar. ¡Atrévete!
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Te dejamos un mapa con todos los puntos de interés de los que te hemos hablado en esta guía. [Haz click en la imagen y te llevará a una nueva ventana de google maps]