Viajar y conocer mundo es una de nuestras principales premisas, pero nada valdría la pena si no conectas con la gente mezclándote con ellos y con su forma de vida. Todo esto lo puedes conseguir moviéndote por Bangali Tola Rd, la estrechita calle que nos sirvió de «campamento base» en nuestros 4 días por Varanasi. Si eres fotógrafo o te gusta la fotografía, pasear de noche por esta calle es una gozada para cualquiera. Cada noche es diferente a la anterior, y buscar los momentos es solo cuestión de paciencia.
Bangali Tola, de no más de 3 metros en algunos tramos, es un ir y venir de gente, de tiendas, de vacas, de monos, de perros, de motos, de monjes, de sadhus, de guiris (nosotros incluidos), de olores, de música, de ruidos… en definitiva, de sensaciones.
Si de veras te gusta la fotografía aquí tienes un montón de motivos para fotografiar; no podrás estar 1 minuto sin pulsar el disparador, porque todo te atrae, TODO. Si Varanasi en sí ya es un congestión de gente, la calle Bangali Tola podría denominarse el centro neurálgico. Pero claro, en todo lugar hay sitio para el descanso, y si no que se lo pregunten a estos «tres amigos» que, debajo de un pequeño y rudimentario escaparate de dulces, deciden pasar la noche.
Si tenemos en cuenta que estamos en una de las ciudades más visitadas de India para los lugareños y también para los extranjeros, cabe recordar que siempre encontraremos espacios dedicados a los guiris, como son restaurantes de deliciosa comida, guesthouse baratas pero cumplen perfectamente su cometido (para dormir y poco más…) y espacios «occidentalizados» como los cibercafés para conectarte con el mundo «exterior».
Bangali Tola Rd ha sabido adaptarse a los nuevos inquilinos, aunque para buscar la esencia real de lo que se vive en esta calle solo hay que centrarse en ella, esperar y captar las bonitas escenas que allí acontecen.
M'encanta, el gos i el bou de compres.