Para tratarse del palacio más importante de la ciudad de Marrakech hay que decir que el Palacio el-Badi no desprende ni un ápice de su anterior esplendor. Construido por Ahmed al-Mansur en el siglo XVI se llegó a denominar “el Incomparable” cuando entonces tenía fama de ser de los más bellos del mundo.
La entrada cuesta 10Dh, que pagas en una garita pequeñita y accedes a un pasillo enorme. Con el enorme calor que hace reflexionas al ver una alfombra llena de adornos y un trono en este mismo pasillo. ¿Qué será eso? ¿O quién se sentará allí, el rey? ¿O será una forma de adornar unas ruinas para disimular su decrépito estado?
La cuestión es que, sin poner en duda una época gloriosa anterior, la vista general que se tiene de este palacio es la de un patio grande con dos estanques y rodeado de una muralla de adobe, el resto es literatura de hace 4 siglos.
Esperando encontrar algo mejor nos damos un paseo a casi 50º de temperatura y con la cámara de vídeo enchufada grabando a izquierda y derecha, pensando que pronto encontraremos algo llamativo por lo que haya merecido la pena el esfuerzo, pero de momento no llegamos a encontrar nada.
Y después de algunos bostezos… por fin!!! Llegamos al lugar más interesante del Palacio el-Badi!!!! En un hueco que hay en el suelo vemos que hay una pequeña escalera de piedra, la seguimos y voilà!, unos túneles fresquitos donde protegerse del calor!!!!
En fin, que la verdad es que aunque el palacio esté en ruinas, el rato que pasamos carreras arriba y carreras abajo fue de lo más divertido. Hay veces que viajando visitas ruinas que vienen a ser lo mismo que éstas, pero disfrutando de una temperatura agradable y sin estar cansado las ves de otra forma. Aquí la verdad es que el tremendo calor hizo que lo que más valorásemos fuese esos pasadizos aunque pareciésemos niños haciéndonos fotos en ellos.
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