Singular por sus evidentes contrastes, Seúl es una ciudad que vive entre el futuro y la tradición, siempre a la última sin perder un ápice de sus costumbres.
Moderna, infinita, amable con el extranjero… así es la capital de Corea del Sur, formada por sus diez millones de habitantes y sus barrios tan distintos como complementarios: desde zonas tecnológicas y comerciales de vértigo hasta callejones silenciosos con casas hanok y templos centenarios.
Incluso para viajeros con experiencia en Asia, Seúl consigue sorprender. Quizás no tenga el magnetismo inmediato de otras ciudades vecinas, pero basta con empezar a recorrerla para quedar atrapado.
Es una ciudad para todos los públicos, con palacios, mercados, jardines secretos y montañas urbanas desde donde contemplar su skyline. Un lugar donde perderse entre contrastes, gastronomía y cultura sin aburrirse en semanas.
Aunque sus distancias sean grandes, el transporte público funciona de maravilla, especialmente el metro, y ni siquiera el idioma es una gran barrera. Con aplicaciones como Maps.me o Kakao Metro todo resulta más fácil de lo que parece.
Así que si estás pensando en viajar hasta aquí, la respuesta es sí: merece la pena. Y si puedes elegir, apunta primavera u otoño como las estaciones más agradables.
Pero si realmente quieres llevarte una imagen inolvidable, haz coincidir tu visita con el cherry blossom: los cerezos en flor teñirán de blanco y rosa tus recuerdos de Seúl.
En Seúl, las estaciones están muy marcadas, y elegir bien cuándo viajar puede cambiar por completo tu experiencia. Las dos mejores épocas son sin duda la primavera (abril y mayo) y el otoño (finales de septiembre y octubre).
En primavera los cerezos florecen por toda la ciudad, los parques se llenan de vida y el clima es suave y agradable, con temperaturas entre 12 °C y 22 °C. Es una temporada ideal para pasear, visitar templos y sentarse junto al río Han sin derretirse ni congelarse.
El otoño, por su parte, regala cielos despejados, aire fresco y paisajes teñidos de rojos, amarillos y ocres. Octubre es especialmente bonito para recorrer el Jardín Secreto de Changdeokgung o pasear por los parques del norte de la ciudad, como Bukhansan. Las temperaturas rondan los 10 °C a 20 °C y suele llover poco.
El verano (junio a agosto) es húmedo y caluroso, con máximas por encima de los 30 °C y lluvias frecuentes, especialmente en julio, que es temporada de monzones. Si viajas en estos meses, prepárate para sudar y lleva paraguas. A cambio, encontrarás festivales veraniegos, mercados nocturnos y mucha actividad al aire libre.
El invierno (diciembre a febrero) es seco y muy frío, con mínimas que pueden caer a -10 °C. Nieva ocasionalmente, y los templos bajo la nieve tienen un encanto especial, pero necesitarás buena ropa térmica. A su favor: pocos turistas y cielos despejados casi todos los días.
No hace falta que digamos lo importante que es viajar a Corea del Sur con un buen seguro. Fuimos los primeros en ofrecer el famoso IATI descuento del 5%, pero es que además ahora también dispones de esta rebaja en Heymondo.
En Corea del Sur prácticamente todos los hoteles y restaurantes disponen de wifi para el usuario.
Sin embargo, si necesitas estar siempre conectado, en el siguiente enlace te damos toda la información para comprar un SIM local una vez allí, o para contratar una eSIM Corea con datos ilimitados, desde casa y no tener que preocuparte de nada en el destino.
La mayoría de viajeros internacionales llegan a Seúl a través del Aeropuerto Internacional de Incheon (ICN), situado a unos 60 km del centro. Es moderno, eficiente y bien conectado con Europa, América y gran parte de Asia.
Actualmente hay vuelos directos desde Madrid y Barcelona a Seúl con Korean Air o Asiana Airlines, aunque no siempre a diario. Lo más habitual es hacer una escala en hubs como Estambul (Turkish Airlines), Doha (Qatar Airways), Dubái (Emirates), Frankfurt (Lufthansa) o París (Air France). El vuelo directo dura unas 11‑12 horas, y con escalas puedes tardar entre 15 y 20 horas, según la conexión.
Si ya estás viajando por Asia, llegar a Seúl es muy fácil. Desde ciudades como Tokio, Osaka, Bangkok, Taipéi, Singapur, Kuala Lumpur, Hanói o Manila, hay decenas de vuelos diarios, muchos operados por compañías low-cost como Jeju Air, T’way Air, Jin Air, AirAsia o Peach Aviation.
Además del aeropuerto principal (Incheon), muchos vuelos regionales llegan a Gimpo (GMP), más cerca del centro y muy práctico para desplazarte por Seúl en metro.
Desde Estados Unidos y Canadá, hay vuelos directos a Seúl desde ciudades como Los Ángeles, San Francisco, Nueva York, Dallas, Seattle, Toronto o Vancouver, operados por aerolíneas como Korean Air, Asiana, Delta, American Airlines o Air Canada.
Desde Latinoamérica, no hay vuelos directos, pero es posible llegar con una o dos escalas, habitualmente vía EE.UU., México, Brasil, Europa o algún hub asiático. La ruta más corta desde Sudamérica suele ser vía São Paulo o Ciudad de México conectando con Doha, Dubái o Estambul.
Una vez en Incheon, tienes varias opciones para llegar a Seúl:
Si llegas por Gimpo, puedes tomar la línea 5 o 9 del metro directamente hasta el centro en unos 30 minutos.
Seúl es una ciudad que no se deja conocer de un solo vistazo. Su esencia está repartida en templos, callejones tradicionales, modernos centros comerciales, parques urbanos y barrios que parecen pequeñas ciudades dentro de la gran capital.
Si quieres profundizar en todos estos lugares y muchos más, no te pierdas nuestra guía completa sobre qué ver en Seúl, con rutas, recomendaciones y mapas para organizar tu visita.
Para que te hagas una idea general y empieces a abrir camino, aquí va una pequeña píldora informativa:
Uno de los grandes atractivos de Seúl son sus palacios de la era Joseon. El más imponente es Gyeongbokgung, pero también puedes visitar Changdeokgung, con su Jardín Secreto, o el coqueto Deoksugung.
Todos ofrecen una mirada fascinante a la historia del país, con arquitectura tradicional, rituales como el cambio de guardia y una atmósfera que contrasta con la modernidad de la ciudad.
Los hanoks, casas tradicionales coreanas, aún sobreviven en pleno centro urbano. Bukchon es el barrio más famoso, con callejones empedrados y tejados de madera perfectamente conservados.
Ikseondong, más pequeño y alternativo, combina hanoks con tiendas de diseño y cafés modernos. Ambas zonas son perfectas para pasear, hacer fotos y descubrir otra cara de Seúl.
Cada barrio de Seúl tiene un carácter propio. En Insadong predomina el arte y la cultura tradicional. Myeongdong está repleto de tiendas, luces y comida callejera.
Hongdae vibra con su ambiente universitario, grafitis y cafés creativos. Gangnam representa el lujo y la modernidad. Recorrer estos distritos es una forma de conocer los muchos rostros de la ciudad.
Seúl tiene tanto que ofrecer que podrías pasarte días explorando sus barrios, templos y mercados sin repetir plan.
Pero si te apetece profundizar más en la historia del país, descubrir paisajes distintos o simplemente ver la ciudad desde otra perspectiva, estos tours y excursiones organizadas son una opción excelente.
Algunos te llevarán a lugares emblemáticos de la propia ciudad y otros te sacarán un poco del bullicio para mostrarte rincones únicos a los que es difícil llegar por cuenta propia.
Aquí te dejamos nuestras recomendaciones, con opciones para todos los gustos y estilos de viaje.
Ideal si es tu primer contacto con la ciudad. Visitarás Gyeongbokgung, asistirás al cambio de guardia, pasarás por la Casa Azul, el templo Jogyesa, el barrio de Insadong y el arroyo Cheonggyecheon.
Una opción flexible y personalizada. Puedes escoger qué barrios o monumentos visitar: palacios reales, Bukchon Hanok Village, Namsan Tower, templos o mercados como Gwangjang.
Una de las experiencias más impactantes que puedes vivir en Corea. Incluye el Tercer Túnel, el observatorio Dora y otros puntos clave de la frontera con Corea del Norte.
Recorre los principales puntos de la ciudad iluminada: avenidas, puentes y zonas como la Namsan Tower o el puente Banpo.
Disfruta de las vistas del skyline desde el agua y haz un picnic coreano en Hangang Park.
Aprende a preparar platos típicos como bibimbap, kimchi o tteokbokki en un ambiente local.
Una escapada de un día para ver la romántica Nami Island y una aldea francesa temática.
Naturaleza y cultura a tres horas de Seúl, con senderismo y visita al templo Naksansa.
Un plan tranquilo entre naturaleza y jardines con mucho encanto, sobre todo en primavera y otoño.
Descubre la Corea más tradicional: arquitectura hanok, leyendas, talleres y cultura rural.
Seúl es una ciudad extensa, pero con buen transporte público, así que elegir alojamiento puede ser fácil si sabes qué ambiente buscas.
Nosotros nos alojamos en el Hotel Ivory, en la zona de Jung-gu, muy cerca de Myeongdong. Es un barrio ideal para quienes visitan Seúl por primera vez, bien conectado por metro, con acceso rápido a muchos lugares turísticos y rodeado de tiendas, mercados y restaurantes.
A pesar del bullicio de las calles principales, es posible encontrar alojamientos tranquilos y con buena relación calidad-precio.
Te dejamos estos alojamientos por rango de precio (de más barato a más caro), para que elijas el que mejor se ajusta a tu bolsillo:
Comer en Seúl es una parte esencial del viaje. Tanto si eres amante del picante como si no, la gastronomía coreana sorprende por su variedad, su equilibrio entre lo tradicional y lo moderno, y la facilidad para encontrar buenos platos a casi cualquier precio.
Desde puestos callejeros en mercados hasta restaurantes especializados en un solo plato, aquí cada comida puede ser una pequeña aventura.
Si es tu primera vez en Corea, conviene probar clásicos como el bibimbap (arroz con verduras y huevo), el bulgogi (ternera marinada), el samgyeopsal (barbacoa de panceta de cerdo que se cocina en la mesa), y por supuesto, el kimchi. También puedes sumarte a la moda del tteokbokki picante en algún puesto callejero o probar el mandu (empanadillas).
Los mercados tradicionales como Gwangjang o Tongin son una gran opción para comer bien y barato. Si prefieres algo más alternativo o moderno, barrios como Hongdae o Ikseondong están repletos de cafeterías de diseño, restaurantes temáticos y fusión coreana con toques internacionales.
Comer vegetariano o vegano en Seúl puede ser un reto si no conoces el lugar, pero cada vez hay más opciones. Y para los más curiosos, hacer un tour gastronómico guiado o apuntarse a una clase de cocina tradicional es una forma estupenda de profundizar en la cultura coreana a través del paladar.
Aunque Seúl es una ciudad enorme, moverse por ella es sorprendentemente fácil. El metro es el gran aliado de cualquier viajero: rápido, puntual, limpio y con señalización en inglés. Con sus más de 20 líneas cubre prácticamente toda la ciudad y los principales puntos de interés turístico.
Basta con tener una T-money, una tarjeta recargable que puedes comprar en cualquier tienda de conveniencia y usar tanto en el metro como en autobuses y algunos taxis.
Los autobuses también funcionan muy bien, aunque requieren algo más de atención si no entiendes coreano. Aun así, aplicaciones como KakaoMap o Naver Map (más fiables que Google Maps en Corea) facilitan mucho las rutas y horarios.
Moverse a pie también es una buena opción si eliges bien la zona donde alojarte. Muchos de los lugares turísticos están relativamente cerca entre sí y pasear por los barrios tradicionales o por calles como Insadong o Ikseondong es parte del encanto del viaje.
Para trayectos puntuales o distancias largas, los taxis son una alternativa asequible, aunque puede haber barreras idiomáticas. En ese caso, conviene llevar el destino escrito en coreano o usar apps como Kakao T.
Te dejamos un mapa con todos los puntos de interés de los que te hemos hablado en esta guía. [Haz click en la imagen y te llevará a una nueva ventana de google maps]
