Si te estás preguntando qué ver en Altea, has llegado al lugar adecuado porque, además de dos enamorados del sudeste asiático, lo somos también de la Costa Blanca y te vamos a mostrar lo que no te puedes perder de este destino. Sin duda, se trata de uno de los pueblos con uno de los cascos antiguos más bonitos y cuidados de la zona (que ya es decir), en la que, además, podrás disfrutar de un ratito de playa.
Qué ver en Altea
Introducción
Esta localidad se encuentra situada en la Marina Baja, así que tendrás que desplazarte hasta la provincia de Alicante si quieres descubrir las maravillas de Altea que, aunque pequeña, no te dejará indiferente.
Casco antiguo
Es probable que si estás planeando tu visita, estés leyéndonos porque estás haciendo un listado de cosas que ver en Altea. Vamos a intentar ayudarte, así que toma buena nota.
Diría que lo más remarcable de este pueblo costero es, no su playa, como alguien podría pensar de un destino del litoral, sino su casco antiguo, al que puedes entrar, entre otros accesos, atravesando el Portal Vell o Puerta de Valencia.
Siguiendo un patrón que se repite en tantos pueblitos de la Costa Blanca, esta parte de Altea es un entramado de estrechas callejuelas de piedra que suben y bajan hasta terminar en alguna plaza o algún mirador.
Las casas, evidentemente encaladas y engalanadas con plantas, como cabe esperar, se intercalan con los escaparates de las bohemias tiendas, siempre decorados con sus artículos en venta: vestidos hippies, bolsos de rafia, pulseras…
Lugares imprescindibles a los que asomarse son el Mirador del Portal Vell, el Mirador Blanco o el Mirador de los Cronistas, sencillos balcones pero con vistas inmejorables del mar Mediterráneo.
Hasta el último mirador nombrado se llega atravesando la plaza de la Iglesia. Este está, normalmente, llena de gente que descansa y repone líquidos en las decenas de mesitas de los bares y, en la que también se encuentra la Iglesia de cúpulas de tejas azules Nuestra Señora del Consuelo.
Las heladerías y los restaurantes son también una constante en sus empinadas calles. En estos podrás degustar tanto la gastronomía local como algún que otro plato internacional, como nuestro favorito, el indio The crown, con una pequeña terraza que mira al mar y a las azoteas de Altea.
Puertos y paseo marítimo
Sin embargo, si vienes en pleno verano (o no), probablemente te apetezca más acercarte al mar y nada mejor que acompañar un rato de playa con un paseo por el puerto o el paseo marítimo. No abandones la zona sin al menos asomarte a algún restaurante y dejarte tentar con algún arroz, porque además de disfrutar con las cosas que ver en Altea, también lo harás con la gastronomía local.
Playas que ver en Altea
La mala noticia para los amantes de la arena es que en las playas que encontramos en Altea, en los 6 km de extensión de su costa suelen ser de roca, bolos, cantos rodados o grava, la buena, que el agua se ve de lo más clarita gracias a ello.
Empezando por el norte encontramos la playa de Barreta-Mascarat (por la que pasa el meridiano 000º00’00’’ de Greenwich) y la Playa de la Solsida (muy virgen y frecuentada por nudistas). En la playa de l’Olla tendrás vistas a la islita del mismo nombre y al Peñón de Ifach y pasando la Cala de Soio tropezarás con la playa del Cap Negret.
Al sur de la desembocadura del río Algar le siguen las Playas de l’Espigó y de la Roda (cerca del casco urbano y con más infraestructuras). Y finalizando la ruta de playas hacia el sur del club náutico, encontraremos la Playa Cap Blanc, i la de l’Albir, ya en Alfàs del Pi.
Finalmente, si vienes de lejos para pasar algunos días por la zona, no te pierdas otros destinos como Jávea, Calpe con el Penyal d’Ifach, Moraira o Denia. Y si quieres visitar pueblitos aunque no tengan playa, en el artículo la Marina sin playa tienes algunas sugerencias.
Recuerda
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