¿Vale la pena recorrer medio mundo para visitar Corea del sur? Quizás alguien que no sepa muy bien qué ofrece este país al viajero se pregunte si no sería mejor elegir un destino más cercano y con más cosas que ver, ahorrándose así unas cuantas horas de avión. Cuando uno tiene que hacer un viaje tan largo, muchas veces termina decantándose por el país vecino Japón, mucho más popular. Y quizás por eso la mayoría de turismo en Corea del sur es local o asiático y los extranjeros de países más lejanos no sean tan fáciles de encontrar, algo que nos llamó la atención.
En realidad, incluso nosotros, tan asiduos y amantes de Asia, hemos tardado unos cuantos años de viajes a este continente en plantearnos tal visita. Una lástima, ya que Corea de Sur, conocida por encontrarse en la vanguardia tecnológica, cuida sus tradiciones tan bien representadas en los pueblos folclóricos de hanoks, algunos de ellos muy bien conservados.
Además, por su localización y geografía tiene la suerte de ser un país que tiene de todo, sus kilómetros y kilómetros de costa con sus playas, islas y pueblos pesqueros, un centro rebosante de parques nacionales y ciudades a las que dedicar semanas.
No todos los destinos consiguen que uno se sienta tan bien acogido con su orden, amabilidad y buena educación de gente a la que le cuesta poco sonreír y que siempre tiene un gesto bonito con una familia o niño pequeño.
La respuesta a la primera pregunta del texto, como estarás deduciendo, es sí, y a continuación te mostramos una pequeña porción de lo que podrás ver en Corea del Sur.
Destinos que ver en Corea del Sur
Seúl
En la capital se aprecia de forma especial la perfecta amalgama entre lo moderno y lo tradicional. Prueba de ello es el contraste entre los edificios altos y modernos, con las centenares de personas ataviadas con el traje tradicional Hanbok visitando los palacios reales de nombres impronunciables de la dinastía Joseon: Changdeokgung, Gyeongbokgung, Deoksugung, Changgyeonggung o Deoksugung.
Lo primero que se puede hacer cuando el sol todavía no aprieta, es subir por la ladera del monte Naksan hasta el barrio de los murales Ihwa Mural Village y desde allí andar hasta la muralla Seoul City Wall para luego desviarse con la intención de llegar al ajetreado Kwangjang Market y pedir unos mandu de kimchi para almorzar.
El barrio Bukchon Hanok Village, será el primero de muchos otros barrios tradicionales (¡de verdad, muchos!) que puedes ver en otras ciudades de Corea del sur, aunque para poder disfrutarlo será mejor madrugar antes de que llegue el aluvión de turistas. Sin embargo, el que realmente da vidilla al viajero es el Ikseondong Hanok Village, con sus decenas de restaurantes, cafeterías y negocios varios en los que gastarse el presupuesto.
De entre las varias excursiones que se pueden hacer a sus alrededores, sin duda alguna, la más peculiar es la visita a la zona desmilitarizada, con una extensión de 200 km de ancho en la frontera entre las dos Coreas.
Veggies viajeros, si os da cosa pedir cualquier cosa para comer por las sorpresas fruto del desconocimiento de los primeros días, pero no os queréis perder los sabores de la gastronomía coreana, anotad este restaurante: Vegan Kitchen.
Si te apetece ir de la mano de un guía, dale un vistazo al tour de Seúl al completo con entradas, y si dispones de tiempo no te pierdas una clase de cocina coreana.
Suwon
Se puede dedicar uno de los días de la estancia en Seúl a visitar Suwon, aunque una jornada completa pernoctando allí, no se antojará larga. Famosa por las fortaleza Hwaseong, sus más de 5 km de muralla se pueden recorrer entre turistas, locales paseando a sus mascotas y cerezos que lucen sus mejores galas cuando llega abril.
Si te organizas un poco y tienes tiempo de ver más cosas, puedes visitar el palacio Hwaseong Haenggung o el templo budista Paldal-sa. Y si eres de los que visita mercados allá donde va, anota Paldalmun y Jidong.
Dispone de la excursión a la fortaleza de Hwaseong si te encuentras en Seúl y no quieres pernoctar en esta ciudad.
Jeonju
Se trata de uno de los platos fuertes de cualquier viaje a Corea del sur, sobre todo gracias a su peculiar y bien conservado barrio de Hanoks. En Jeonju, muchos viajeros optan por vivir la experiencia de alojarse en una de estas casas típicas, pues el barrio que hemos mencionado tiene una amplia oferta, algo que no sorprende teniendo en cuenta que en la Jeonju Hanok Maeul hay unos 800 hanoks.
Eso sí, mentalízate de dormir en el suelo en un modesto y enjuto colchón y no esperes grandes lujos que no sean otra cosa que un bonito jardín que compartir con otros huéspedes.
Jeonju Hanok Village es lo suficientemente grande como para pasar medio día o toda la jornada si uno se entretiene recorriendo sus limpias calles, visitando sus tiendas de souvenirs o deleitándose con la comida tradicional coreana en sus restaurantes.
Las mejores vistas las tendrás desde la colina en la que está el pabellón Omok-dae, aunque el barrio de murales también ofrece panorámicas decentes.
Y entre los edificios más emblemáticos encontrarás el santuario Gyeonggijeon, la antigua escuela confuciana Jeonju Hyanggyo, la puerta Pungnammun o la Catedral de Jeondong.
Gyeonju
Y poco o nada tiene que envidiarle Gyenonju a la anterior ciudad, pues su parque de los túmulos, una peculiar forma que tenían de enterrar a sus reyes y nobles la dinastía Silla, aporta toda la personalidad que necesita una ciudad para convertirse en destino turístico de primera.
Cómo no, aquí también puedes visitar un barrio de Hanoks, más modesto, es verdad, aunque impoluto, y además puedes complementar la visita con la del puente Woljeonggyo y Cheomseongdae, el observatorio astronómico más antiguo de Asia. Aunque si no te importa desplazarte fuera de la ciudad, quizás te sorprenda más la visita a la aldea tradicional Yandong.
El palacio Donggung y su estanque Wolji, aunque no sean espectaculares, merecen la visita si te apetece un pequeño baño de naturaleza.
Dispones de una excursión a Gyeongju saliendo desde Busan, por si te animas a hacerlo desde allí.
Andong
¿Te has convertido a estas alturas en un fan de los barrios tradicionales? Seguro que sí. En ese caso, anota Andong en tu lista de cosas que ver en Corea, porque desde esta discreta ciudad, cuna del confucionismo, podrás visitar dos lugares muy especiales.
El primero y más cercano es la Andong Folk Village, localizada en un precioso enclave, a lado del río Nakdonggang, cuyas vistas desde el puente Woryeonggyo solo pueden mejorarse cuando el paisaje se tiñe de rosa gracias a la floración de los cerezos, en primavera.
Otro de los puntos a favor de Andong es que se encuentra relativamente cerca de la Hahoe Folk Village, el segundo lugar que queremos mencionar, un bucólico pueblo Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2010.
Danyang
Quizás el nombre Danyang no te suene ni lo hayas visto en muchos itinerarios de viaje a Corea del Sur, pero es posible que te suene la palabreja templestaying. En efecto, significa “quedarse en un templo”, pasar un día en uno, pernoctar en él.
Esto es lo que se puede hacer en Ginsa, sede de la Orden Cheontae Budista Coreana, situada en las montañas So-baek a escasos kilómetros de Danyang.
Sin embargo, si este te parece un plan demasiado estrambótico o simplemente no va contigo, también puedes visitarlo sin más o quedarte a comer, pues hay autobuses que van desde Danyang y la entrada es completamente gratuita (y la comida también).
No es el destino más bonito del país, pero otras cosas que se pueden hacer en esta ciudad a orillas del río son visitar las cuevas de “Gosu” y “Ondal”, el mercado, el túnel de rosas o hacer excursiones y caminatas por los alrededores.
Busan
Busan, con su rico patrimonio cultural, se nos quedó en el tintero, igual que la isla Jeju. Pero eran dos destinos que teníamos anotados y que queremos dejar aquí puestos para recordarnos la próxima vez que vayamos, que nos estarán esperando.
Situada al sudeste de la península, Busan es una ciudad costera, la segunda más grande del país, que goza del privilegio de tener playas, acantilados y un sinfín de cosas que ver y visitar.
¿Cuáles? Mercados como el Gukje o el Jagalchi Market, templos (Beomeosa Temple), observatorios como el BUSAN X the SKY y otros miradores como la Torre de Busan. Dos cosas que apuntamos desde ya, pasear por el barrio Gamcheon Cultural Village del que tanto hablan los viajeros y en un barco por la bahía de Busan. Habrá que volver…
Isla Jeju
Y dejamos la isla de Jeju para el final por su localización más al sur, no por menos importante. Se trata de un destino muy popular entre los coreanos que, además de ser la isla más grande del país, tiene de todo y con muy buenas infraestructuras para acceder a ello.
Esta maravilla natural es perfecta para pasar los últimos días de cualquier itinerario entre playas de aguas claras, acantilados, cascadas, paisajes volcánicos con sus cráteres, cuevas, Parques Nacionales y, cómo no, alguna aldea tradicional como la Seongeup. Y si aun así todo esto te sabe a poco, todavía puedes saltar a pequeñas islas vecinas como Udo o Biyangdo.
Como puedes ver, Corea del Sur es un destino con gran variedad y para todos los gustos. ¿se encuentra entre los lugares que quieres visitar?
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