Aunque no se haya visto nunca un baobab en directo, al escuchar su nombre, la mayoría sabrá situarlos: en África. Respuesta correcta. Luego vendrá a nuestra mente la imagen de un árbol enorme, gigante, y para ser más concretos lo situaremos en Madagascar, una isla mágica dejada caer entre dos mundos lejanos, el africano y el oriental.
La avenida de los baobabs
Introducción
Si estás en esa isla o planeando una visita, recuerda incluir en la lista la Avenida de los baobabs, una parte del camino que une las poblaciones de Morondava y Belo-sur-Tsiribihina. Allí se encuentra la mayor concentración de la especie más grande de Baobabs del mundo: los Adansonia grandidieri. Esta especie de Baobab es endémica de Madagascar, lo que quiere decir que no la encontraremos en ningún otro lugar del mundo.
Cuenta la leyenda…
La cultura e identidad africana es en parte fruto de sus relatos, y uno de ellos nos cuenta la historia de los baobabs, a los que los lugareños también llaman Renala, “madre del bosque”. Son unos árboles majestuosos y hermosos y, según cuenta la leyenda, eran los más presumidos del bosque. Para que no los dejaran de admirar, no dejaban de crecer y crecer, sobresaliendo por encima del resto de los árboles. Los dioses (¿o el demonio?), como cura de humildad, decidieron darles la vuelta dejando sus raíces al aire.
Curiosa y mágica explicación de por qué esa extraña forma que tienen sobretodo durante la época en la que los baobabs pierden su hoja.
¿Cómo visitar la avenida de los baobabs?
Ya comentamos en nuestra guía de viaje que es posible viajar a Madagascar por tu cuenta como hicimos nosotros. Si ya estás en la zona y decides salir desde Morondava, puedes llegar en bicicleta o taxi-brousse en dirección a Belo-sur-Tsiribihina o puedes hacerlo más comodamente contratando un tour al atardecer por la Avenida de los Baobabs. Calcula que hay menos de 20 kilómetros así que en coche es una media hora.
Eso sí, si vas en bici recuerda que es una carretera de tierra roja, es posible que termines muy camuflado con el ambiente… Si vienes en sentido contrario, desde Tsiribihina, que es como nosotros llegamos, la aventura incluye cruzar el río Manía en ferry.
Después del viaje llegarás a la tan fotografiada y popular avenida de los baobabs, unos 260 metros por los que estarás constantemente vigilado por unos veinticinco baobabs de unos treinta metros de altura.
Allí donde antaño hubo un frondoso bosque en el que nacieron estos árboles hace más de 800 años, hoy resisten y se abren paso unos cuantos baobabs en la llanura, entre arrozales y prado.
Visítalos si puedes al amanecer o al atardecer, los colores y los contraluces son simplemente espectaculares…
Y dando un paseo terminarás tropezando con un pequeño lago que te permitirá jugar con los reflejos en tus fotos.
Esperamos que con todas estas imágenes que te hemos estado mostrando te haya entrado muchas ganas de ir a ver la avenida.
Y recuerda que, aunque era el árbol odiado por el Principito porque hacía peligrar su asteroide, los baobabs son árboles muy especiales de donde se extrae aceite y frutos, cuyas propiedades les hacen estar hoy en esa exclusiva lista de los superalimentos.
Localización
Recuerda
- Darle un ojo al artículo sobre el visado de Madagascar para conocer los requisitos de entrada al país
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