Después de levantarnos a las 5:30 de la mañana para seguir con el trayecto por el Tsiribihina desayunamos a la orilla del río. Un hora más tarde partíamos rumbo a una cascada natural llamada Anosiampela que quedaba a mitad de camino. Por el trayecto, de más de 6 horas, pudimos ver unos pescadores que cogían sus presas con pequeñas redes. Unas de estas capturas nos serviría de comida unas horas después. En la cascada pudimos zambullirnos en las transparentes aguas y quitarnos de encima el sofocante calor de Madagascar.
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