Por levantarnos tarde no tuvimos ocasión de subir en el taxi-brousse que te lleva a la Reserva de Anja, con lo cual teníamos que esperar a que el próximo estuviese lleno para salir en busca del lemur catta. No podíamos estar toda la mañana esperando, así que una de las opciones era pagar las 20 plazas (20000 ariarys) y partir en unos minutos. Finalmente, preguntando, conseguimos una furgoneta que nos llevó por la mitad del precio.
Una vez en la Reserva de Anja contratamos un guía para empezar la excursión por este lugar plagado de lemures catta.
holaa…esta genial la verdad…que envidiaaa…que vistas..q todo.jajaj
a ver la visita ee q la kiero ver