Una vez visitada la Reserva de Anja donde vimos un montón de lemures catta había que volver a Ambalavao, y para ello necesitábamos parar el primer taxi-brousse que fuese en esa dirección. 5 minutos sentados en la carretera fueron suficientes para coger uno de ellos. El camino de vuelta fue amenizado con la música del vehículo y una vez en Ambalavao pudimos grabar la llegada hasta el hotel.
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