Sin duda alguna, Pamukkale es siempre una buena opción en un viaje a Turquía, un destino que recomendamos incluir en el itinerario, aunque sea solo para pasar un día. La ciudad de Pamukkale se encuentra en la provincia de Denizli, al suroeste del país, y hasta aquí se puede llegar mediante varios medios de transporte, pero en eso nos centraremos al final del artículo.
Empezaremos contando que, aunque al final nos fuimos sabiendo que habíamos hecho bien en ir, la primera impresión fue bastante negativa. Al llegar en temporada baja, Pamukkale parecía un pueblo fantasma pues además, muchísimas de las visitas que reciben para ver los travertinos y la Hierápolis, no pernoctan en el pueblo, de ahí que estuviera tan vacío.
La ventaja de ir a los lugares cuando menos gente hay es, por supuesto, que vas a sufrir menos la aglomeraciones y a la hora de buscar sitios para comer o cenar, va a haber mucho más sitio. Además, siempre se agradece la tranquilidad a la hora de dormir.
Pero, vayamos a lo importante, ¿qué hay en Pamukkale que lo hace tan famoso y que lo recomiende tanta gente? Las ruinas de una ciudad y unas formaciones geológicas cuanto menos muy peculiares llamadas travertinos.
¿Qué ver en Pamukkale?
Los travertinos y las ruinas de Hierápolis
El complejo que forman los travertinos y las ruinas de Hierápolis fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988. Ambos se visitan de forma combinada con un ticket que vale 110 liras turcas y para acceder hay tres entradas distintas cuya única diferencia es la dirección en la que hagas la visita.
En la Puerta Sur o»Güney Kapısı», que queda cerca del Museo arqueológico, hay un aparcamiento y el centro de visitantes, pero la mayoría de autobuses turísticos paran en la Puerta Norte, desde donde se accede primero a la Necrópolis.
Si te alojas en el pueblo, nuestra recomendación es que lo hagas desde el tercer acceso, que es el que entra por los travertinos. La ventaja de esta última opción (al menos así fue cuando fuimos nosotros en Noviembre) es que si vas temprano recorrerás los travertinos tranquilamente y sin aglomeraciones, pues como hemos dicho, las grandes multitudes suelen empezar por el norte.
Eso sí, cuando llegues a la parte alta de los travertinos o a la piscina, los encontrarás a todos.
Travertinos
Los travertinos son unas curiosas piscinas de calcio de varios niveles que se formaron al desplazarse una falla en el valle del río Menderes. En invierno sus aguas están muy muy frías, percepción que se incrementa por la sensación gélida del blanco que predomina, y ten en cuenta que vas a tener que descalzarte para meterte en ellos.
Más arriba, cerca de la necrópolis, hay más travertinos, pero cuando nosotros fuimos estaban vacíos. Se encuentran secos porque hace tiempo se utilizaron sus aguas para llenar las piscinas de algunos hoteles y según algunas fuentes, los llenan y vacían de forma artificial para mantenerlos en buen estado. Aunque esta información nunca nos terminó de quedar muy clara.
Hierápolis
Tras atravesar los travertinos llegas a la Hierápolis, la ciudad fundad por el rey de pergamo Eumenes II en el 180 a. C. Muchos años más tarde pasaría a ser una ciudad romana, momento de gran popularidad por sus aguas termales. Quedan muchas ruinas a día de hoy, algunas de ellas en bastante buen estado.
Se pueden visitar en la direcición que tu escojas, hay señales y carteles informativos cada ciertos tramos y entre otros edificios podrás visitar:
Museo
Una vez arriba tropezarás rápidamente con el museo, en el que podrás ver algunos artículos que se encontraron en las excavaciones, como por ejemplo sarcófagos.
Piscina de cleopatra
Para sumergirte en las aguas termales de la piscina de Cleopatra tienes que pagar una entrada aparte. Puede resultar impresionante nadar entre columnas de mármol y bastante agradable meterte en el agua a más de 30 grados, sobre todo si es un día fresco, pues te ayudará a entrar en calor.
Sin embargo, algo menos grato es hacerlo a hora punta y tener que compartir la piscina con decenas de turistas. Como siempre, no es oro todo lo que reluce, y menos en los lugares muy turísticos…
Teatro romano
No dudes en subir hasta la parte más alta para visitar el teatro romano, impresionante y muy bien conservado en comparación al resto de la ciudad. Aprovecha y comprueba la acústica del lugar. Nosotros alucinamos con lo bien que nos podíamos escuchar el uno al otro estando cada uno casi a una punta.
Inmenso teatro romano
Necrópolis
Si te diriges a la necrópolis encontrarás la tumba de Flavius Zeuxis además de otras miles de diferentes tamaños. Como ya he mencionado, al empezar la visita desde los travertinos, al llegar a la necrópolis nos curzamos con apenas un par de parejas.
Si no viajas con guía y dispones de todo el tiempo del mundo tu visita se puede alargar todo lo que quieras pues, además de las ruinas que hemos nombrado, podemos observar el Arco de Domiciano, el templo de Apolo o el Plutonium, conocido como las mismísimas puertas del infierno por los gases tóxicos que emanaba.
Pequeños consejos para visitar el complejo
- Lleva calzado cómodo para caminar por las ruinas pero tambióen algo donde guardarlo si piensas entrar en los travertinos, lugar en el que te tendrás que descalzar.
- Los travertinos son un lugar en el que refleja mucho el sol debido a su color, unas buenas gafas de sol te harán el paseo más grato.
- Lleva agua contigo agua y protégete del sol con una gorra o proteccón solar.
- Si te gusta visitar ruinas, el paseo se puede alargar todo lo que tu quieras, puedes llevar algo para picar (recuerda que estarás andando todo el rato), pero si se te olvida, tranquilo, arriba cerca del museo hay un quiosco.
Volar en globo sobre Pamukkale
Imagino que si estás en Turquía de viaje y quieres volar en globo, seguramente lo harás en la Capadocia. Sin embargo, queremos que sepas que aquí también puedes realizar esta actividad de forma más económica, que por nosotros no quede, avisado estás. Más info sobre Paseo en globo por Pamukkale.
Laodicea
A 6 km de Denizli y 10 de Pamukkale se encuentran las ruinas de una antigua ciudad seléucida, fundada por el rey Antíoco II en honor a su esposa Laodice. Incluso si solamente pasas un día en Pamukkale, puedes aprovechar la tarde para acercarte hasta Laodicea, entre cuyos restos se encuentran templos, casas, teatros o el acueducto.
Afrodisias
Seguimos con más ruinas, por si todavía tienes tiempo y ganas de seguir con ellas, esta vez de una antigua ciudad griega. Afrodisias, Patrimonio de la Humanidad y considerada como uno de los lugares más importantes del país con restos arqueológicos, debe su nombre a Afrodita, la diosa griega del amor.
Fue construida cerca de una cantera de mármol, motivo por el que adquirió mucha fama artística, pero fueron varios los terremotos y los daños consecuentes que ha sufrido la ciudad, y Afrodisias nunca llegó a recuperarse del sufrido en el siglo VII.
Dedícale a la zona unas 2 o 3 horas, pues una vez allí podrás visitar el museo, el templo de Afrodita, el estadio, el ágora, sarcófagos, el santuario Sebasteion o las termas de Adriano.
Cómo llegar a Pamukkale
En autobús: Hasta Denizli, ciudad que se encuentra a unos 17 km de Pamukkale, se puede llegar en autobús desde muchos destinos de Turquía, entre ellos Estambul. . Una vez allí podrás desplazarte en minibús para llegar a Pamukkale.
En avión: Denizli dispone también de aeropuerto, Denizli Çardak (DNZ), aunque hay que tener en cuenta que se situa a casi 70 km de Pamukkale. Eso sí, en el aeropuerto encontrarás transporte para realizar ese trayecto.
Otros medios de transporte: más cómodo pero más caro sería ir en tu propio coche si has decidido alquilar uno para visitar el país, o también en vehículo privado, por ejemplo si estás recorriendo Turquía con alguna agencia o con un grupo de gente.
Localización
Recuerda
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