Qué ver en Marrakech, la visita a la ciudad roja

Es tanto lo que hay que ver en Marrakech, que muchos hacemos alguna escapada de pocos días aprovechando algún puente o alguna festividad para disfrutarla. Pasear por las estrechas callejuelas de la medina, relajarse en un hammam y terminar la jornada hipnotizado en la plaza Djemaa el-Fna, saboreando una buena cena típica, es un plan perfecto para un primer día en este destino.

Pese a que puede resultar algo intimidatoria la primera vez que la visitas y agotadora la insistencia de guías, vendedores y cazaturistas, es fácil recorrer Marrakech y descubrirla por tu cuenta. En caso de que prefieras que alguien te acompañe y te oriente, siempre existe la opción de un tour más personalizado o los típicos tours gratuitos que tan de moda están en algunas ciudades europeas. ¡Tu eliges!

A continuación enumeramos unas cuantas cosas que creemos imprescindibles para una primera visita a la ciudad roja.

Qué ver en Marrakech en 2 o 3 días

Djemaa el-Fna, puro espectáculo en Marrakech

Vendedores de dátiles que quieren que pruebes su género, artistas del arte de tatuar con henna, malabaristas, músicos, cuentacuentos, vendedores de dentaduras (sí, sí, has oído bien), de pócimas, de artesanía y un largo etcétera llenan de vida y color la peculiar y auténtica Djemaa el-Fna, en el corazón de la ciudad y un «obligado» que ver en Marrakech.

Empieza el espectáculo! Bienvenidos a la plaza Djemaa el-Fna
Empieza el espectáculo! Bienvenidos a la plaza Djemaa el-Fna

Da igual a la hora que vayas, pues desde que abren los puestos de zumo de naranja por la mañana, hasta la noche, cuando montan las mesas y empiezan a cocinar las cenas, a todas horas habrá entretenimiento.

Pero para espectáculo el de los gnawa, miembros de cofradías místicas musulmanas, maestros de la percusión que, con sus tambores, castañuelas y unos ritmos que hipnotizan, acaparan la atención de gran parte del público de la plaza.

Momento inolvidable
Momento inolvidable

El zoco

Si eres de los que les gusta el bullicio de los mercados y el regateo lo concibes más como una ceremonia que como un tormento, adéntrate en la Medina porque el el zoco de Marrakech es tu lugar.

Sus repletos escaparates serán el gancho, lo que te hipnotizará, y los vendedores serán los encargados de terminar de acaparar tu atención al grito de “pasa amigo, mirar es gratis” para que termines parando en sus tiendas. ¿Caerás en la tentación?

El zoco, otro lugar imprescindible que ver en Marrakech
El zoco, otro lugar imprescindible que ver en Marrakech

Si te pierdes por sus callejuelas encontrarás de todo: conjuntos de teteras y tacitas, ropa, babuchas, lámparas, frutos secos, especias, dátiles, bolsos, collares, pulseras…

Lámparas en una de las callejuelas
Lámparas en una de las callejuelas

Eso sí, puede resultar algo abrumador en tu primera visita, y no solo por los estímulos visuales y la cantidad de gente que puede haber a horas punta, si no por el constante atosigamiento al que te someterán los insistentes y expertos comerciantes. El zoco es un lugar que ver en Marrakech indispensable, así que ya sabes, cuenta hasta diez y… ¡disfruta!

Jardín Majorelle

Este colorido jardín botánico, creado en 1924 por Jacques Majorelle y más tarde adquirido por Yves Saint Lauren, quien se encargó de su restauración, es una visita más que obligada para cualquier amante de las plantas.

En el jardín Majorelle, además de refugio frente a las altas temperaturas, 300 especies de plantas de todo el mundo, llamando especialmente la atención la colección de cactus, las palmeras y el bambú.

El Jardín Majorelle
El Jardín Majorelle

Sienta bien relajarse en un lugar tan verde, aunque también predomine el azul con el que están decoradas las paredes de la casa.

Palacio el-Badi (Palais Badii) de Marrakech

Fue mandado construir por Ahmed al-Mansur en el siglo XVI, tras la victoria frente a los portugueses en la Batalla de los Tres Reyes y se llegó a conocer como “el Incomparable” cuando, entonces, tenía fama de ser de los más bellos del mundo.

Del Palacio el-Badi hoy solo quedan sus ruinas, jardines y naranjos, y aunque no sea un indispensable que ver en Marrakech todavía se intuye la grandiosidad de antaño, aunque no quede nada de turquesas u oro.

Los túneles Palacio el-Badi
Los túneles Palacio el-Badi

Una vez dentro hay que visitar también sus túneles subterráneos en los que, dicho sea de paso, uno podrá refugiarse del tremendo calor que puede llegar a hacer arriba en verano.

Palacio de la Bahía

Construido en 1860 con grandes pretensiones, el palacio de la bahía fue llevado al límite de la ornamentación por el gran visir Si Ahmed ben Musa.

Entre sus estancias posee 150 habitaciones, un harén y habitaciones para las concubinas que dan al patio de honor, una mezquita y unos jardines de varios miles de metros cuadrados de extensión.

Palacio de la Bahía
Palacio de la Bahía

Pese a que cuando falleció el visir en 1900 fue desvalijado por el propio sultán y sus esposas, su estructura quedó intacta pudiéndose apreciar todavía los preciosos mosaicos de las paredes y los techos, por los que ya vale la pena la visita.

Acércate al Mellah y no dudes en visitar el palacio de la Bahía, un clásico que ver en Marrakech.

Mezquita y alminar de Koutoubia

Muy cerca de la plaza Djemaa el-Fna de Marrakech se encuentra la mezquita de Koutoubia con su alminar, un minarete de alrededor de 70 metros de altura erigido en el siglo XII. Su nombre, alminar de Koutoubia, que curiosamente significa “la de los libreros” se debe a que fue construida cerca de donde estaban los puestos de libros.

Alminar de Koutoubia
Alminar de Koutoubia

Muralla de Marrakech

Esta gran muralla rodea la medina, separando el casco antiguo de la parte más moderna. Fue construida en adobe y arcilla roja en el siglo XII, protegiendo así las casas, el mercado y el campamento militar.

En realidad no hace falta buscarla pues con sus 19 kilómetros de extensión y sus varias puertas de entrada, en algún momento terminarás tropezando con ella. Y no es fácil ignorarla con sus 10 metros de altura y una anchura de dos metros.

El palmeral

¿Te imaginas un área de 140 km² con más de 100.000 palmeras y algunos árboles frutales? Pues así es el famoso Palmeral, situado en las afueras de Marrakech.

Sin embargo, pese a que es una buena opción cuando se quiere evitar el bullicio del centro, ten presente que en la misma zona hay hoteles de lujo y campos de golf, por no hablar de los quads que se alquilan para recorrer la extensión, así que puede que no sea tan idílico como uno lo imagina.

¿Vale la pena? Bueno, ten en cuenta que es uno de los más grandes del mundo con un sistema de irrigación peculiar cono​​cido como Khettara y, si no te da tiempo de visitar el desierto en este viaje, puede que esta escapada te quite un poco el gusanillo.

Tumbas Saadíes

Descubiertas en el año 1917 tras haber quedado escondidas después de perder el poder, en este mausoleos real descansan los restos de varios miembros de la Dinastía Saadí, entre ellos Ahmad al-Mansur, quién lo mandó construir.

Una vez en las tumbas Saadíes no hay que perderse la sala de los doce pilares. En sus alrededores hay unos jardines con unas 100 tumbas que corresponden a guerreros y sirvientes de la dinastía.

Tumbas Saadíes
Tumbas Saadíes

Una riad, y dormir en ella

En nuestra opinión y tras haber probado la experiencia, una de las mejores cosas que se puede hacer en Marrakech, y de las más románticas, es alojarse en una riad.

Estas casas típicas marroquíes se caracterizan por poseer un patio central rodeado por el resto de estancias y habitaciones.

La particularidad de estas viviendas es que, a pesar de que por fuera pueden parecer sobrias, en su interior están exquisitamente decoradas cuidando cada detalle, pues cada pared, puerta o rincón merecen ser fotografiados.

Nuestra riad en Marrakech
Nuestra riad en Marrakech

Suelen tener varias plantas y no hay nada como desayunar en su terraza empezando el día disfrutando de las vistas y el solecito, que a esas horas todavía se puede soportar.

No es quizás la opción más mochilera, pero hay que pensar que se trata de una experiencia, más que de un mero lugar en el que alojarse. Creemos firmemente que una riad es un must que ver en Marrakech. Os dejamos un enlace con un buen puñado de riads.

Extra: la comida de Marrakech

Y aparte de todo lo que hay para ver, no dejes pasar la oportunidad de probar los distintos platos de comida típica, pues es un placer para el paladar hacer una inmersión cultural a través del sentido del gusto.

Los sabores más auténticos de la gastronomía los vas a encontrar siempre en los restaurantes locales y si quieres dejarte llevar de la mano de alguien que te vaya sugiriendo platos, siempre puedes hacer un tour gastronómico (atención, porque hay opción para vegetearianos también).

Comida en Marrakech
Comida en Marrakech

Ahora ya solo falta que elijas la fecha y ¡a organizar la escapada!

1400 933 Toni

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