CON MOCHILA

Entre hélices y selfies: la doble amenaza que ahoga a las ballenas.

La muerte de Sweet Girl, la ballena jorobada que capturó la atención del mundo de las redes sociales con la belleza de su ojo que parecía una auténtica galaxia, mostró las amenazas diarias con la que estas y otras especies marinas tienen que lidiar.

Esta ballena era conocida, por ser bastante juguetona con los turistas que acudían a hacer snorkel. Esto hizo que las imágenes de las heridas (y sus llantos de dolor) trás la colisión el 8 de octubre del 2024, se volvieran también virales. Lo que desencadenó un torbellino de emociones y reflexiones. La presión social aumentó durante las primeras semanas para que se tomaran medidas que redujeran la velocidad de los barcos en las rutas de migración de ballenas. Aunque ahora como suele ocurrir: la historia se empezó a disipar en el olvido.

Bebé ballena jorobada juega cerca de la superficie.
Bebé ballena jorobada juega cerca de la superficie.

Creo necesario hacer saber que historias como esta también están ocurriendo en las costas españolas aunque no tengan eco mediático, por lo que son muchos los que aún lo desconocen. Ballenas que pasaron de ser números a tener nombres, ya que cada año repiten la misma ruta pasando a ser familiarmente identificadas por los Biólogos Marinos y Conservacionistas de la zona. 

No son aisladas las ocasiones en las que de repente de manera trágica desaparecen delante de ellos, convirtiéndose en experiencias difíciles de olvidar para los presentes. Por fortuna -o no- las imágenes no alcanzan tanta viralidad como la historia de Sweet Girl.

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Del asombro al acoso: ballenas atrapadas entre el tráfico marítimo y la moda de la foto perfecta.

Se estima que miles de ballenas mueren cada año, especialmente en áreas donde el tráfico marítimo coincide con el turismo de avistamiento. La normalización de prácticas de acoso a cetáceos, ya sea durante actividades turísticas o por la negligencia de grandes cargueros que cruzan sus rutas migratorias sin moderar su velocidad, representa un grave problema ético y ambiental. Por ello me he animado a reflexionar sobre este tema, antes de que vuelva a quedar en el olvido.

La Ballena de los Ojos de Galaxia: Reflexiones sobre Protección

La ballena tenía nombre -Sweet Girl- y le gustaba posar delante de la cámara para las redes sociales, en libertad. Rachel Moore-fotógrafa submarina- estuvo con ella apenas cuatro días antes de su muerte. Ella capturó la conexión de la galaxia en su ojo marino. La imagen parece mostrar el universo entero con todo detalle, lo que nos conmocionó a aquellos que vimos la foto en las redes. 

Pero a su vez se destapó, como la supervivencia de estos seres tan poco comprendidos, frecuentemente es amenazada por colisiones con embarcaciones. En este caso, la colisión fue de frente por un ferry en una de las zonas de migración de ballenas. Al parecer, el ferry viajaba a 30 nudos donde la velocidad estaba limitada a 5 nudos. 

Según la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.), las colisiones de barcos con ballenas son un problema significativo
Según la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.), las colisiones de barcos con ballenas son un problema significativo

Las imágenes son desgarradoras, te confieso que no he podido acabar de ver el vídeo. Lo grabaron unos buzos, y muestran a la joven ballena jorobada destrozada por el choque. Se ve su mandíbula colgando mientras se llena todo de sangre, transmitiendo sufrimiento. Los que compartieron momentos con ella, dicen que no se merecía ese final «después de toda la amabilidad que mostró a los humanos.» Quizá fue eso, confiar demasiado en una especie tan «diversa» como la humana, donde siempre existe la posibilidad de que alguno falle, ya que no todos tenemos la misma sensibilidad hacia el mundo.

Ecos desde el Océano: La lección NO aprendida 

Eventos tan impactantes como estos, exponen los peligros de la falta de regulaciones. Y creo que podríamos preguntarnos cómo hemos de proteger a las especies marinas, porque la indiferencia y la falta de cooperación internacional están permitiendo que animales tan emblemáticos continúen siendo víctimas de colisiones y ahora también, de acoso turístico.

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Debemos observar con distancia y respeto, para no interferir en su naturaleza. Foto de María Marcos.

Las ballenas migratorias frecuentemente atraviesan rutas de tráfico marítimo pesado y las colisiones pueden ser fatales, especialmente en áreas con alta densidad de tráfico comercial. Debido al tamaño de los barcos, gran parte de la fuerza del impacto es absorbida por lo que muchas colisiones pasan inadvertidas. A veces son registradas cuando llegan a puerto y se ven restos del animal en la proa. Pero en la mayoría de las ocasiones el cuerpo del cetáceo se pierde en el mar, por lo que seguramente el número de este tipo de incidentes sea mucho mayor que el registrado.

Muchas veces la muerte de un animal emblemático, reconocido socialmente, tiene el poder de generar una reacción que exija acción. Cuando estos animales mueren de forma tan visible, se despierta «momentáneamente» la empatía y la presión social. Y es que hay que entender que estos animales llevan millones de años en el planeta y su conservación es un recordatorio de nuestra obligación de proteger su existencia, ya que es un privilegio que debemos cuidar.

Llamada a la acción para re-pensar cómo interactuamos con la naturaleza

Las ballenas son especies escasas y desempeñan un papel esencial en la salud de los océanos. No sé si sabes que ayudan en la regulación del CO₂, ya que sus restos fertilizan el fitoplancton, que absorbe grandes cantidades de carbono. 

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Ballena Azul, foto tomada por María Marcos en Sri Lanka.

¿De verdad al ser humano le urge tanto la vida como para no tener un mínimo de voluntad de obedecer los límites de velocidad en el mar? La limitación de velocidad es una forma sencilla de evitar estas colisiones. En las zonas de mayor riesgo, se debería al menos reducir el número de trayectos creando rutas alternativas para minimizar las colisiones y aplicar tecnologías que detecten de manera efectiva la presencia de cetáceos. Todo esto siempre basándose en estudios que cubran las necesidades reales. Opciones existen, el problema es la falta de intención y de colaboración internacional para abordar este desafío; la protección de las rutas migratorias. Pero bueno, no voy a ser yo la que diga como dirigir el mundo marino en este Planeta.

Entender sus hábitos

Hay que saber que las ballenas que se encuentran alimentándose o descansando, pasan más tiempo cerca de la superficie y pueden no ser detectadas por las embarcaciones. Muchos expertos afirman que los animales jóvenes o enfermos, así como las madres recientemente paridas o lactando o individuos congregados en áreas de alimentación o reproducción, son más susceptibles a sufrir colisiones.

Se sabe también, por múltiples estudios científicos, que las ballenas cuando se encuentran en áreas de alimentación son particularmente vulnerables, ya que su alimento -pequeños peces y el krill- se encuentra en la superficie o cerca de ella. Nosotros simplemente, deberíamos poner distancia, ya que su nivel de respuesta disminuye porque están concentradas en su alimentación.

Familia de ballenas tranquilamente durmiendo en la superficie.
Familia de ballenas tranquilamente durmiendo en la superficie.

Además, también es bien sabido que las ballenas permanecen largos y frecuentes períodos flotando mientras duermen y a nosotros no nos gustaría que viniesen a hacerse fotos mientras dormimos.

A todo esto, debido a que se suelen tratar de poblaciones pequeñas, cada colisión fatal tiene un impacto directamente significativo a nivel poblacional. Hay que entender su escasez. Hay muchas en peligro, endémicas o geográficamente aisladas, así que estos incidentes suponen una grave amenaza para su conservación.

Impacto fatal: Colisiones y conservación de cetáceos en España

España es un paso migratorio crucial para muchas especies de mamíferos marinos. Las aguas alrededor de las Islas Canarias, las islas Baleares y el Estrecho de Gibraltar son conocidas por ser rutas migratorias importantes para ellos. De hecho, las colisiones con cetáceos han aumentado considerablemente en las dos últimas décadas, aunque no sea noticia.

Travesías de encuentros mortales

Este tráfico no solo amenaza la vida de estas ballenas, sino que también interfiere con su comportamiento migratorio y su reproducción. Es verdad que existen regulaciones para su protección, como leyes que establecen medidas para minimizar el impacto, pero… seamos sinceros, su implementación es insuficiente y las sanciones por infracciones son débiles. Así que los desafíos se van haciendo más serios a medida que pasan los años, ya que hay un aumento del tráfico marítimo y ahora tambíen, el turismo de avistamiento. 

El alto tráfico que atraviesa el Estrecho de Gibraltar está tras la muerte de Julio. Un cachalote que había sido observado regularmente – incluido en el catálogo como el individuo PM-GIB-88,- Julio para los Biólogos Marinos. Curiosamente, en Julio 2024 a pocas millas náuticas de Tarifa, se le encontró gravemente herido. El cachalote estaba con las vísceras completamente fueraaún vivo– por colisión con uno de los ferries rápidos que transitan por el Estrecho desde el puerto de Tarifa hacia la ciudad de Tánger. 

Este verano se dice que se evitó dos colisiones más de buques-cachalotes porque los tripulantes (¿con sensibilidad?) evitaron embestir a los gigantes marinos. Aún así, a veces quedan mal heridos y les cuesta cicatrizar. Las expertas me cuentan que al menos cinco cachalotes han muerto en el Estrecho de Gibraltar en los últimos 10 años, una cantidad significativa para el escaso número de individuos de esta población. 

Estos animales migran desde Septiembre hasta principios del verano para alimentarse. En esta región, principalmente los machos, se concentran antes de dirigirse hacia las Islas Baleares donde se reproducen. Así que no es un problema aislado de un único barco y tampoco son desconocidos los estudios que informan de la importancia de al menos, proteger estas rutas.

Rutas peligrosas

En las Islas Baleares también podemos contar con varios registros, pero por mencionar uno reciente, el caso de un joven cachalote que fue encontrado sin vida cerca de la costa norte de la Tramuntana y se determinó que la causa también fue una colisión con un barco, esto ocurrió en el 2023. Es increíble que haya un desconocimiento generalizado y sean muchos los que desconocen que en las aguas de enfrente de sus costas transitan especies tan increíbles como la segunda especie más grande del mundo -el rorcual común- y el cachalote, y que con frecuencia el tráfico marino las está liquidando en silencio. 

Y por último comentar el archipiélago que me vió nacer, mis queridas Islas Canarias que están consideradas como un “hotspot”, o “punto caliente” de biodiversidad de cetáceos a nivel mundial. Se ven casi el 30% de las especies existentes en el mundo, ¡Una pasada! Así que obviamente, el avistamiento es una de las actividades turísticas más populares. Pero un alto porcentaje de los avistamientos de cetáceos se producen en zonas de alta navegación, lo que incrementa el riesgo de encuentros mortales. 

La colisión de embarcaciones de gran envergadura con grandes cetáceos se ha convertido en los últimos años en una de las principales causas de mortalidad para algunas especies y poblaciones de mamíferos marinos.
La colisión de embarcaciones de gran envergadura con grandes cetáceos se ha convertido en los últimos años en una de las principales causas de mortalidad para algunas especies y poblaciones de mamíferos marinos.

De hecho se dice que «mueren más cachalotes de los que nacen.» Paradójicamente, lejos de reducirse el flujo de tráfico que conecta las islas o crear rutas alternativas, se ha ido aumentado sin ningún tipo de análisis previo, lo que evidencia la escasa concienciación de los encargados de esta «gobernanza». 

La falta de compromiso ambiental, las políticas inconscientes alejadas de la sostenibilidad, incapaces de priorizar las necesidades ecológicas abundan en todos los países, no es exclusivo de España. En el afán de seguir gestionando negligentemente el mundo, se permite tomar las decisiones sin considerar el impacto sobre los ecosistemas porque no se incluyen expertos en conservación.  Esa permisividad de prácticas que impactan negativamente nos está dejándo sin tiempo para corregir los errores derivados de las gestiones deficientes.

Admirar sin molestar

En muchas partes del mundo, el turismo ha aumentado la visibilidad de especies en peligro generando conciencia e incluso fondos para la conservación. Esto es genial, ya que en la mayoría de los casos sí es necesario, pero al mismo tiempo este auge también ha creado un entorno en el que las ballenas y otros animales marinos son frecuentemente acosados.  

Actualmente, nadar con ballenas se ha convertido en una actividad cada vez más popular, pero muchas veces se realiza sin respetar las normativas establecidas ni el bienestar animal. 
Actualmente, nadar con ballenas se ha convertido en una actividad cada vez más popular, pero muchas veces se realiza sin respetar las normativas establecidas ni el bienestar animal. 

Hacer snorkel con ballenas está de moda, y en algunos sitios se está infringiendo normativas para satisfacer a sus clientes. En muchos países y reservas marinas, está estrictamente prohibido nadar con ballenas, ya que esta actividad puede alterar su comportamiento, generar estrés e incluso poner en riesgo tanto a las personas como a los animales.

Entre la falta de responsabilidad de algunos operadores turísticos -con su incesante aumento en el número de embarcaciones alrededor de estos momentos tan esenciales para ellas- y la falta de culplimiento de la regularización, hace que los problemas empiecen también a viralizarse. Aunque el mundo ha creado áreas marinas protegidas que limitan ciertas actividades, la presión del turismo y la falta de vigilancia efectiva, permiten que sea común ignorar las normativas. Son ya bastantes años los que la comunidad científica y defensores de la conservación marina, llevan avisandolo.

Puedo afirmar que, en la inmensa mayoría de los sitios que he visitado y envuelve actividades de avistamiento de cetáceos, la necesidad de educar es urgente: tanto a los guías de los operadores turísticos, como a cada uno de los turistas que nos acompañaban. Debemos asimilar nuestra responsabilidad a la hora de no seguir perpetuando este tipo de turismo insostenible. Y los guías deben estar propiamente formados y la profesionalidad en el sector debería ser una obligación en todo el globo marino.

Bryde's whale durante el estudio científico en Malaysia.
Bryde’s whale durante el estudio científico en Malaysia.

El objetivo de las actividades que implican interacción con especies tan impresionantes, debe ser respetar y aprender no sólo de ellas sino de su hogar, su hábitat, su medio. Observando su comportamiento sin molestarlas y sentirse profundamente afortunados de presenciarlas. Perseguirlas, como suele ser habitual en estos lugares, sólo agota la energía que necesitan para aparearse o alimentar a sus crías o simplemente hacer sus vidas.

Aunque parezca lógico que la observación de animales ha de hacerse manteniendo una distancia segura, evitando comportamientos que puedan perturbar su hábitat natural, sigue habiendo gente que aún no lo sabe y por lo tanto se convierten en turistas irresponsables por desconocimiento. Todos nosotros tenemos un impacto cuando somos turistas, y la falta de información en esta Era, no es excusa. 

Lo que Sweet Girl nos dejó antes de marchar

Este mundo en el que la falta de una responsabilidad internacional efectiva, se refleja en la ausencia de la conservación y el cumplimiento de sus regulaciones. Se perpetúa un problema que podría evitarse con medidas concretas. Proteger estas especies no es solo una cuestión de conservación, sino de respeto hacia el equilibrio de los ecosistemas marinos. Lo sé, a veces me paso de utópica, el tiempo me hizo entender que las perturbaciones humanas innecesarias siempre estarán ahí, parece ser que viene en los «genes» de nuestra civilización. Aún así seguire reflexionando sobre estos temas para que no se nos olvide que no vivimos solos.

En un momento en que la belleza de la naturaleza es más visible que nunca gracias a las redes sociales ¿podremos aprender a respetar a quienes coexisten en el mundo con nosotros? Parece que este es otro gran desafío humano, garantizar un futuro donde los ojos de las ballenas sigan brillando como galaxias en el océano.

La ruta natural, por María Marcos
La Ruta Natural, por María Marcos
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María Marcos

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