El “four islands trip”, junto a la excursión a Koh Phi Phi en una pequeña embarcación long tail, es una de ese tipo de actividades que se ofrece hasta en la sopa en Koh Lanta y otros destinos playeros cercanos. Estando en esta tranquila isla descansando 15 días y trabajando en el blog, fueron para nosotros dos jornadas en las que escapar de las pantallas del portátil y sentir que seguíamos en Tailandia. ¿Turísticas? Mucho, decenas de barcos salen a diario a pasearnos por el mar de Andamán ofreciéndonos varios tipos de rutas con las que impresionarse con tremendos paisajes. Pero en abril, época en la que no entendemos por qué no había prácticamente nadie en Koh Lanta, uno puede hacer snorkel sin recibir constantemente aletazos y en Koh Phi Phi hasta se puede ver la arena de la playa. Hoy os vamos a contar nuestra experiencia en el “four islands trip”.
Como siempre ocurre en este tipo de excursiones, en la Four islands trip a uno van a recogerlo a su alojamiento, así que de buena mañana nos vinieron a buscar al Lantas Lodge. Si tienes suerte y eres el último irás directamente al puerto y si no, como nosotros, tendréis que ir a por todos los demás.
Four islands trip
Creo que eran las 10 de la mañana ya casi cuando llegamos al puerto de la isla y subimos a la pequeña barquita junto a otras tres parejas entre las que se encontraba nuestro viejo amigo Lars, viajero empedernido con el que después de un año volvimos a coincidir en Tailandia.
Cuando por fin empezamos a navegar entendí enseguida porque tanta gente termina visitando aquello, pues durante la hora entera que tardamos en llegar a la primera parada no pude quitar la vista del horizonte y de aquellas impactantes formaciones rocosas, enormes atolones de piedra tan característicos de la provincia de Krabi.
La primera parada, cerca de la isla de Koh Ma, fue para hacer snorkel, y a pesar del respeto que nos dio al principio, fue entrar al agua y desaparecer todos los miedos. El fondo estaba a unos 10 metros de profundidad y con las gafas y el tubo de buceo que nos prestaron y la claridad del agua, se podía ver a la perfección. Centenares de peces sargento daban a uno la bienvenida nada más entrar en el agua y cualquier pensamiento paranoico, cuya única base son demasiadas películas de miedo, desapareció enseguida (casi un año más tarde, y después de haber hecho el curso open water y snorkel en numerosas ocasiones, me río de lo que os estoy contando, pero sí, al principio me dio respeto tirarme al agua…)
Disfrutamos como niños aquellos ¿30 minutos?. La verdad es que no lo se pues perdí totalmente la noción del tiempo dentro del agua, pero no podíamos levantar la cabeza de ella, sobretodo cuando descubrimos que detrás de esos enormes estanques de peces de rayas amarillas se escondían otras muchas especies: peces loro, peces mariposa, calamares, etc…
Después del buen rato en el agua volvimos a subir al barco para acercarnos hasta otro punto en el que hacer snorkel, Koh Chueck. Pero el cansancio se empezaba a notar, y tanto aleteo previamente nos había chupado la energía, así que este chapuzón fue mucho más cortito.
En la tercera parada de la Four islands trip volvimos al agua de nuevo, pero en esta ocasión visitábamos la isla de Koh Mook, una enorme roca que escondía un tesoro, una pequeña playa de arena blanca y aguas cristalinas encerrada en un acantilado. O sea, la isla es como un donut y la playa esta en el agujero, y para llegar a ella hay que atravesar nadando la cueva esmeralda (emerald cave) o Morakot de unos 80 metros de largo.
A pesar de lo paradisíaco que pueda parecer, no es oro todo lo que reluce, y estos maravillosos lugares se llenan tanto de turistas que la entrada de la cueva parecía un termitero con sus correspondientes termitas entrando. Para más inri nos hacían entrar en fila para no perdernos, puesto que llega un momento en que se queda a oscuras, así que ya os podéis imaginar la estampa. Sí, así es…
A pesar de la aglomeración y de los gritos de algún que otro histérico la sensación en el interior es espectacular. A medida que fuimos llegando a la parte central fue desapareciendo poco a poco la luz para inmediatamente después empezar a verla en la otra dirección al final del túnel hasta que de repente te encuentras en la playa escondida.
Haciendo un ejercicio de imaginación pienso en como es aquello sin gente y poco tiene que envidiar a la famosa Maya beach de Dicaprio, pero seamos sinceros, la gente en según que sitios molesta (igual que nosotros a los demás) y aquello parecía más una discoteca de Ibiza en temporada alta que una playa paradisíaca… Una pena, porque a pesar de todo, aquello era precioso.
Por suerte la siguiente parada de la Four islands trip fue ya para comer en la espectacular isla de Koh Ngai, una de las más impresionantes que hemos visto en todos nuestros viajes y afortunadamente sin ningún gran edificio a la vista. El barquero, una persona humilde y de lo más agradable, todo sea dicho, bajó la comida a la playa y nos cogimos el plato de arroz, y de un chiringuito que había cerca nos pillamos un par de cervezas. Allí, sentados en la playa junto a Lars y Linda, su novia, disfrutamos del paraíso, el de verdad. No había casi gente, el mar estaba tranquilo y hacía un día estupendo, a ese momento poco más se le podía pedir.
Antes de una pequeña siesta en la arena, nos metimos en las cálidas aguas en las que, a pesar de andar metros y metros, nunca llegamos a una zona en la que nos cubriese. ¡Qué gozada! Sin duda esa fue la mejor parte de la excursión.
Poco después de las tres el barquero nos llamaba a todos para que volviésemos a subir a la barquita que nos llevaba de nuevo a Koh Lanta. Durante el trayecto de vuelta, y después de haber disfrutado de la escapadita a pesar de sus sombras, pensábamos si valdría o no la pena ir a Koh Phi Phi… Nuestro amigo Lars lo tenía claro: “you should go!!!”
Datos prácticos de Four islands trip:
- Precio: 1000 THB, con comida incluida, material de snorkeling y fruta en el barco incluido
- Podéis contratar la excursión desde cualquier agencia o desde vuestra guesthouse
- Os recogen y os dejan en vuestra guesthouse
- Duración: de 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde más o menos
Reflexión: La parte menos agradable de este tipo de excursiones es como siempre la masificación del turismo y las consecuencias que ello trae. A veces nos preguntamos ¿sería posible que todo el mundo disfrutara de los pequeños paraísos terrenales que nos ofrece este planeta sin que ello tuviese repercusiones? ¿Son inevitables las consecuencias, a veces catastróficas, de que algo se vuelva turístico y un reclamo? Nosotros creemos que con un poco de respeto por el entorno los daños al menos se pueden minimizar: no tocar el coral ni por supuesto demás especies, dejar todo en su sitio (no llevarse recuerdos, el mar no nos está regalando sus pertenencias) y por supuesto no dejar desechos (cuidadín con el plástico, es peor que el veneno). Muchos operadores son responsables y respetuosos, pero cuando la demanda es tan alta son muchos los que pueden ofrecer las excursiones. Si ves prácticas poco respetuosas hazlo saber, no todo el mundo tiene conciencia ecológica y puede que al final tu visita hasta haya servido para algo, aunque sea para concienciar a una persona.
¡Hola!
Me ha resultado muy útil tu blog, me gustaría saber, si es posible, en qué agencia contrataste tú la excursión :)
Muchas gracias