Hay muchísimo por disfrutar y por ver en Xi’an (sí, esa es la forma correcta). La antigua capital imperial china, la cuna de su civilización según algunos, nos regala una mirada a un pasado perdido cargado de historia que fascina y es acogedora. Sin embargo, la mayoría de turistas vienen aquí por una atracción que, para el que escribe, es olvidable.
Sí, me refiero al ejército de terracota, la colección de miles de guerreros tallados en arcilla. Y no es majadería, tienen una explicación mis palabras.
Pero no sufras ni dejes de leer si simplemente querías saber cómo llegar a los guerreros de terracota en el mausoleo imperial de Xian, más adelante te cuento en detalle qué debes hacer para ir a tu aire y no perderte nada.
Pero permíteme que primero insista en por qué yo no me desviaría para visitar esta muestra arquitectónica.
Y sé que más de uno se llevará las manos a la cabeza ante semejante afirmación. Al fin y al cabo la colección de los guerreros de terracota está considerada como uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo pasado, y algunos historiadores la citan oficiosamente la octava maravilla del mundo.
Entonces, ¿cómo es posible que el que escribe diga que no merece la pena visitarla?
Básicamente porque el volumen de turistas es atroz en el mausoleo de Qin Shi Huang, el primer emperador de una China unificada y en cuyo lugar de eterno descanso se encuentran los soldados de arcilla.
Además el valor histórico de las piezas es tan sumamente elevado, que jamás podrás disfrutar de su presencia desde cerca.
Si has visitado el Louvre en París y te deprimiste al no poder admirar la Gioconda debido a todos los turistas interesados en demostrar en sus redes sociales que la han visto y la han fotografiado, pues la experiencia es peor con los soldados de Xian. Con la diferencia de que en el fastuoso museo francés puedes disfrutar de una infinidad de cuadros gloriosos sin las hordas turísticas. En el mausoleo chino la alternativa es comprar souvenirs.
La belleza arquitectónica de los guerreros de terracota está fuera de toda discusión. Las más de 8.000 piezas talladas hace más de dos milenios están en un magnífico estado de conservación y quien pueda verlas de cerca es sin duda un privilegiado. Pero, como turista, tú lo tendrás infinitamente más difícil.
Tendrás que batallar con las colas, las aglomeraciones y los gritos alocados de los turistas mezclándose con las advertencias constantes por megafonía de los agentes de seguridad.
Desde unas terrazas podrás ver a mucha distancia a los guerreros de Xian, y seguramente necesites del zoom en tu cámara para apreciar algo. Eso, si no hay delante tuyo hordas de turistas tratando de sacar fotos solo porque han de decir que han estado allí.
El premio de consolación será cuando visites las fosas menores -hay una central y dos más pequeñas- y puedas ver tras cristales algunas piezas seleccionadas. No es lo mismo, pero es algo, sobre todo si te dejan los intensos visitantes que se apelotonan ahí.
Vale, es cierto que hay maneras de evitar a las manadas turísticas y puedes planear tu visita de una manera algo menos dolorosa. Pero al fin y al cabo lo verás todo desde lejos o acristalado, y es normal. Hay que entender que dichas obras han de protegerse, sobre todo cuando miles de personas pasan por ahí a diario. Solo que uno sale de ahí pensando que había visto mejor a los guerreros de terracota en Xian en documentales y libros.
Tras haber visitado el museo de los guerreros de terracota he llegado a la conclusión de que hubiera sido mejor no hacerlo. El flujo de turistas hace que aquellos realmente interesados en la colección no puedan disfrutarlos de una manera menos masificada. Pero eso no lo sabía hasta hoy.
Sin embargo, no puedo decirle a nadie que deje de ir por ello. Es más, quizás tú disfrutes verdaderamente de la visita.
Al fin y al cabo, los españoles tenemos una relación especial con los soldados de arcilla de Xian ya que en Barcelona y Madrid hemos disfrutado de su presencia en actos puntuales.
Fueron muy elogiados por ejemplo en el Fórum de las Culturas en 2002, donde se podían presenciar con menos dificultades. Eran otros tiempos.
Si me permites una recomendación, lo que sí te diría es que, si decides viajar a Xian, no planifiques únicamente la visita al mausoleo y sigas tu ruta sin pasar por la ciudad. Aprovecha para disfrutar de lo muchísimo que tiene la urbe por ofrecer, merece la pena zambullirse en su historia.
Para evitar las masificaciones y no padecer al tener que compartir espacio con muchísima gente, es clave que elijas bien tu momento para ir al mausoleo de Qin Shi Huang. El momento del año, la hora del día o incluso la temperatura influyen.
Ten en cuenta que China aún no tiene un flujo de turistas internacionales tan grande, así que acomoda el viaje a las expectativas que tengas del turismo local, que es quien masivamente visita este recinto.
La mayoría de turistas locales chinos -y algunos internacionales- prefieren ir en viajes organizados, con autobuses dedicados y todo incluido. No te lo recomendamos para nada. Y sí, podría argumentarse que así dispones de un guía especializado, pero que sea bueno o no eso es una lotería.
Si necesitas a alguien que te guíe a nivel cultural, histórico y artístico, hay audioguías disponibles en el museo por unos cuatro euros con varios idiomas.
Y si quieres algo mucho más cercano, dentro del complejo, tras haber usado tu entrada, hay guías certificados en inglés a precios razonables.
Además, el coste de un viaje organizado puede ser de hasta tres veces o más lo que te valdría yendo a tu aire e incluyendo audioguía. Lo primero, eso sí, es comprar tu entrada anticipadamente para evitar llegar al complejo y que haya cola o se hayan agotado.
Adquiere tu entrada en trip.com, portal autorizado por las autoridades de Xian y que además ofrece entradas al mismo precio que en taquilla o en la difícil web oficial. Aquí tienes el enlace directo para adquirir tu pase al mausoleo de Qin Shi Huang. El precio es de 120 yuanes chinos.
La entrada es digital y va ligada a tu pasaporte, no has de llevar ningún recibo para poder acceder al complejo, solo tu pasaporte, eso sí es primordial.
Planifica dos horas de viaje para llegar al museo de los guerreros de Xian si vas en transporte público desde el centro de la ciudad. Y en caso de que prefieras ir en taxi, usa la aplicación china Didi -la tienes en Alipay- para llamar a un coche. El trayecto por carretera es de menos de una hora, y suele costar algo más de diez euros.
Si vas en transporte público, has de dirigirte a la estación de Beidajie (北大街), en la línea 1. Si estás en el centro, dentro de la muralla, puedes llegar paseando desde la torre del tambor o la de la campana, o usar la línea 2 para hacer transbordo.
Desde la estación de Beidajie has de ir en dirección a Fangzhicheng (纺织城), y llegar a la estación terminal del mismo nombre. Son nueve paradas y el trayecto cuesta solo cuatro yuanes.
Al llegar a Fangzhicheng, dirígete a la salida A y nada más la cruces ve a la avenida, camina a la derecha unos 50 metros y fíjate en la primera parada de autobús: será la tuya y pone 306. Espera al autobús de dicho número y súbete en él. Te cobrarán cinco yuanes en efectivo, ten dinero preparado. No vale pagar con Alipay.
Tras algo menos de una hora, llegarás al aparcamiento del mausoleo. Avanza por el estacionamiento hacia la entrada principal y pasa de largo las taquillas. Tendrás que hacer cola y sellar dos veces tu pasaporte antes de llegar al mausoleo de Qin Shi Huang.
Desde el acceso, puedes hacer cola para tomar un carrito eléctrico que se paga aparte, o caminar un kilómetro y medio. Al final llegarás a la primera fosa, seguida de las dos siguientes.
Tras acabar tu visita a los guerreros de terracota en Xian tendrás que sortear tiendas de souvenirs y comida de cuestionable calidad. A menos que quieras depender de alguna franquicia conocida, mejor obvia esa zona y dirígete a la salida. Suerte con la visita.