La crónica cósmica. Quizás me callaría algunas cosas que dije

DEPRISA, DEPRISA – Konark, Bahía de Bengala, India. Mi sino es la precipitación, pues siempre llego y me voy de los sitios con demasiada antelación. Mi vida habría sido distinta si hubiese aguardado cinco minutos más. Al menos era así el opinión de mis mujeres.

El dilema de mi precipitación viene al caso porque, tras escribir la crónica del la semana anterior despotricando contra el bullicio que provocaba en Konark la llegada de docenas de autocares venidos de toda la India para visitar el espectacular Templo del Sol, al despertar al día siguiente, que era el uno de febrero, me asombró el silencio y la tranquilidad que reinaban de nuevo recordándome los viejos tiempos, cuando este lugar parecía hallarse en el fin del mundo y el trasiego de visitantes era escaso.

La explicación era que había terminado la temporada turística, que sólo incluye diciembre y enero y atrae a los visitantes con las suaves temperaturas invernales de esta costa. Curiosamente, el invierno también acabó ese mismo día y las temperaturas ya empezaron a subir: dentro de pocas semanas Konark se habrá convertido en un caluroso horno.

INDIA AUTÉNTICA – La llegada del mundo “modelno” a Konark no es óbice para que siga siendo en muchos aspectos un lugar auténtico, camino de convertirse en insólito.

¿Acaso no puede considerarse así que yo beba la sabrosa y limpia agua del subsuelo y que me duche con ella sabiendo que no contiene cloro ni otros productos químicos? ¿O que podría dejar el grifo abierto continuamente con la seguridad de que no iba a terminarse?

Más ejemplos. La mayoría de gente sigue desplazándose en bicicleta. No hay encendedores, sólo cerillas, que ya no te estallan en las manos al encenderlas como ocurría antes y tenías que rasparlas sobre la caja hacia fuera para no chamuscarte; de todos modos sigue existiendo lo que denomino terrorismo laboral, pues en muchas ocasiones quien haya montado la cajita ha colocado arriba la parte inferior y, si no tienes cuidado al abrirla, las cerillas terminan esparcidas en el suelo.

Igual que en Nepal, los indios llaman “flims” a los films.

Me sirven el chai en tacitas de arcilla de un solo uso que no han sido horneadas y la lluvia las convertirá en barro; así que, tras terminar mi té, me limito a arrojarlas al campo.

Estas imágenes de Konark serán más completas si os digo que sus escasas calles están bordeadas de descampados por los que deambulan libremente las cabras, las vacas, los grandes toros y también las mamás jabalíes acompañadas de sus rayones.

El lechero recorre en su moto las cafeterías, que no pasan de ser unos diminutos chiringuitos de madera donde resulta inaudito que dispongan de utensilios como embudos, teteras o tan siquiera unas tijeras para rasgar las bolsas de leche.

Aunque hay muchos barrenderos que mantienen limpias las calles de Konark, la gente, como en el caso de la leche, arroja los envoltorios a cualquier lado y, tras el asfalto, se acumulan montones de plástico. Os recuerdo que se vende un sinfín de productos en envoltorios diminutos de un solo uso: champú, aceite para el pelo, tabaco de mascar e incluso botellines de refrescos de sólo 10 cl.

Lo que no he visto es a ningún bebé con chupete y muy pocos a los que lleven en un cochecito.

Los peregrinos acostumbran a ir descalzos y vestir “de domingo”, con elegantes saris y lunguis: es como un desfile de modelos de pueblos enteros que veo pasar mientras tomo chai en alguno de los chiringuitos.

PASO A PASO – Bangkok, Tailandia, 1987. Continúa de la crónica anterior. El holandés Ulmo y yo aprovechamos el último domingo que pasamos en la capital para patearnos el mayor mercado callejero de Asia, el llamado JJ Market.

Era un lugar exótico donde, aparte de sudar como cerdos (¡los cerdos no sudan!), comprobamos que los tailandeses tenían costumbres tan raras como la de desayunar con entrañas de serpientes destripadas en el mismo momento, o la de comer huevos a medio empollar o tomar un aperitivo de cucarachas a la brasa.

En aquel inmenso rastro se vendían toda clase de animales: desde pájaros a peces que eran insólitos para los occidentales, incluso algunos en peligro de extinción. Pero en cuanto a extravagancias, nada superaba a los pollitos teñidos de todos los colores imaginables.

En un puesto de libros y revistas de segunda mano adquirí un ejemplar de National Geographic en el que había un extenso artículo dedicado a mi tierra titulado: “Catalonia: Spain’s Country Within a Country”. En un tenderete dedicado a la numismática encontré, entre montones de monedas raras, una de la China, otra mejicana, y una tercera, dorada y enorme como las otras, en la que estaban escritos largos párrafos en arábigo: las adquirí pensando en Jari Guiri, el amigo santón de Omkareshwar que las coleccionaba.

Tres horas más tarde, con tan absurdas compras que añadir a mi equipaje, me dirigí al punto de encuentro con Ulmo para regresar cuanto antes al apartamento en que nos hospedábamos y meterme bajo la regeneradora ducha. Continuará.

MIRA LO QUE PIENSO

  • Al reflexionar acerca de mi vida con la profunda perspectiva que aporta la edad tardía, destacan con luz propia las estupideces que hice; pero pienso en ellas con mi habitual tolerancia y sin comerme el coco: la tolerancia, como el amor o el odio, empieza por uno mismo. En realidad, creo que volvería a hacerlo todo igual porque esos hechos marcaron el camino que me llevó a mi satisfactorio presente, en el que sigo haciendo estupideces, pero con más moderación. No obstante, quizás me callaría algunas cosas que dije y diría algunas que me callé.
  • Real como la vida misma: Dios los junta y ellos se separan.
  • La imagen y las mil palabras: tened en cuenta en las películas que algunas imágenes te dicen muchas cosas.

Y esto es todo por hoy, mis queridos papanatas. Bom Bom.

La crónica cósmica, de Nando Baba
La crónica cósmica, de Nando Baba
1400 918 Nando Baba

Nando Baba

Escritor y viajero. No te pierdas las crónicas cósmicas de Nando Baba.

Artículos por : Nando Baba
1 comentario
  • En confianza , tienes que cambiar de maria . por que a veces no entendemos lo que quieres decir. estas filosofando mucho últimamente , un abrazo.

Dejar una Respuesta

Start Typing

Preferencias de privacidad

Cuando visitas nuestro sitio web, éste puede almacenar información a través de tu navegador de servicios específicos, generalmente en forma de cookies. Aquí puedes cambiar tus preferencias de privacidad. Vale la pena señalar que el bloqueo de algunos tipos de cookies puede afectar tu experiencia en nuestro sitio web y los servicios que podemos ofrecer.

Por razones de rendimiento y seguridad usamos Cloudflare.
required





Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias mediante el análisis de tus hábitos de navegación. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración u obtener más información aquí