Pekín es la ciudad por excelencia para visitar en China si quieres empaparte de historia y cultura. Y si bien la capital del imperio del dragón va mucho más allá, con sus barrios tradicionales hutongs frente a su modernidad, la mayoría de los viajeros van una primera vez por su cultura milenaria.

Algunos de los símbolos más impresionantes de todo el país están aquí, y eso sin contar la Gran Muralla, a la que es fácil acceder desde la ciudad. Hay santuarios impresionantes como el Templo del Cielo, lagos espectaculares como Houhai o el del propio Palacio de Verano, así como construcciones que quitan el hipo como la fastuosa torre del tambor.
Mucha gente se hace la misma pregunta. ¿Es Pekín la capital cultural de China? Existe cierto consenso internacional en decir que sí, aunque con matices, ya que Xi’an es la cuna de la civilización imperial y otras ciudades como Nanking también tienen gran importancia.
Sin embargo, lo más apabullante a nivel cultural en China lo encontrarás en Pekín, donde hay más de 700 años de historia de capital imperial. Y eso se nota en sus calles.

A nivel turístico, Pekín es igualmente la ciudad más visitada por quienes desean empaparse de la historia de China, mientras que aquellos que buscan modernidad se dirigen a Shanghái. Pero la capital administrativa cuenta con la que es la joya de la corona a nivel nacional, el palacio de la Ciudad Prohibida, junto a la plaza Tiananmén. Ambos son símbolos del pasado imperial y de la historia reciente.

Hay muchísimo por visitar y descubrir en el Pekín cultural, si bien desgraciadamente requiere de cierta planificación. La capital china es brutalmente visitada durante todo el año y las medidas de seguridad ponen todo un poco más difícil. Así que necesitarás prepararlo todo un poquito más que en otros viajes. Pero merece la pena.

En nuestra ruta cultural te recomendamos al menos dos días para disfrutar de los principales atractivos. Así puedes empezar con una jornada fuertemente cultural que vaya del pasado reciente al milenario, para luego dejar un segundo día de lugares tranquilos.

Una propuesta sería la siguiente para intentar ver el Pekín cultural en dos días:
De esta manera el primer día será más intenso y el segundo bastante relajado. ¿Podrías hacerlo todo en un día? Sí, pero sería demasiado atropellado y no verías nada en profundidad. Y eso sin contar que deberás dedicar más días a los barrios tradicionales y modernos.
El corazón político de China y el centro absoluto de Pekín es sin duda la plaza Tiananmén (天安门广场). Es más, se trata de uno de los espacios públicos más importantes y significativos del mundo. La capital del país se originó a través de su centro, y es precisamente aquí. Sin embargo, esta plaza es reciente.

Esta plaza representa a la nueva China que nació tras la unificación del país y la posterior revolución comunista. Está situada frente a la Ciudad Prohibida y sirve de gran puerta. Toda la plaza está rodeada de historia, como el monumento a los héroes, y es icónica por el enorme retrato de Mao Zedong.

Se puede entrar en el mausoleo y fugazmente ver donde descansan los restos mortales del padre de la China actual, donde dentro no podrás hacer fotos. La pena es que el proceso de acceso, que en el pasado fue muy sencillo, ahora tiene su intríngulis. Y eso que la entrada es gratuita.

No basta con llegar a la zona, lo que es difícil si no vas en metro para evitar el laberinto de policías y barreras. El problema es que necesitas reservar una entrada previamente. Y para que sea gratis necesitarás tener instalado el programa WeChat. Hay una opción de hacerlo por página web, pero casi nunca funciona.
El asunto de WeChat tiene complicación porque tu cuenta deberá ser verificada si es nueva, y para ello necesitarás que alguien en China escanee tu código QR para aceptarlo. Si lo has logrado, busca en el programa esto: 天安门广场预约参观. Ese es el acceso para solicitar tu entrada gratuita. Seleccionas la primera opción, te mandarán un mensaje y tendrás que dar los datos de tu pasaporte además de indicar el día y la hora a la que irás. Está todo en chino, pero puedes usar traductor.

Si todo sale bien, al llegar a la entrada del mausoleo simplemente muestras tu pasaporte y te dejarán pasar, nada más. ¿Te parece demasiado lío? Puedes optar por un tour en trip.com, que además de gestionar el acceso, pueden darte algún extra como una bebida. El trámite cuesta unos ocho euros.
Para muchos, el icono central de un viaje a China a nivel cultural. Porque la Ciudad Prohibida está considerada como el palacio más majestuosos de China y uno de los complejos imperiales mejor conservados del mundo. Ahí es nada.

Se trata de un enorme recinto amurallado situado junto a la plaza de Tiananmén construido hace más de 600 años, y que fue el hogar de 24 emperadores. Todo el recinto simbolizaba el poder celestial y solo unos pocos privilegiados podían acceder. Actualmente es un impresionante museo y patrimonio mundial de la UNESCO.

Te avisamos: por su importancia, no es fácil entrar en la Ciudad Prohibida si no has preparado bien tu visita. Primero de todo, ya no es posible ir a una taquilla y comprar un billete, había tantos problemas que se tuvo que obviar esta opción. Y hasta encontrar la puerta tiene su qué.

Lo primero será pues hacerte con una entrada, y lo mejor es que lo hagas con una antelación de una semana a ser posible. Lo bueno es que, en este caso, te servirá la página web oficial del Gobierno. Seleccionas el día y lo que deseas visitar, y tras pagar la entrada quedará registrada a tu nombre. El precio en temporada baja es de 40 yuanes, menos de cinco euros, y de 60 en los meses cálidos. ¿El problema? A veces el sistema falla con los números de teléfono internacionales.

Si tienes problemas, entonces lo más cómodo será comprar tu entrada a través de trip.com. Sale algo más cara, alrededor de dos euros por cargo de comisión de la agencia. Pero el proceso es brutalmente sencillo y sin fallos.

Todo esto siempre y cuando visites el palacio en días poco señalados. Si hay mucha demanda, solo te quedará optar a entrar a través de un tour, que podrás contratarlo también directamente en trip.com y además tendrás un guía competente en inglés. Tanto si vas por tu cuenta como con guía, lo normal es dedicarle tres horas a la visita.

Una última recomendación: la mayoría de los turistas entran desde Tiananmén por la única puerta de acceso, conocida como meridiana (mapa). Pero las colas para llegar por este acceso son enormes, merece mucho más la pena ir primero a la puerta este en el parque Zhongshan (mapa), lo que cuesta un extra de tres yuanes, menos de medio euro. Desde allí podrás salir por el portón del este, y aparecerás en el acceso meridiano tras evitar las colas.
Uno de los destinos más visitados e icónicos de toda China es un recinto que une jardines y templos, que fusiona la vida rutinaria de los residentes con el bullicio del turismo. Es tan grande y espectacular que tiene cabida para todo. Ese lugar es el Templo del Cielo.

Su belleza se entiende también por un fenómeno particular. Desde hace ya un tiempo, en China está de moda vestirse de época para posar frente a monumentos y luego capturar el momento para llevarlo a las redes sociales. Y en Pekín esto es muy evidente en el Templo del Cielo (天坛), con permiso del lago Houhai o la Torre del Tambor. Eso nos dice que este conjunto religioso es de los más fotogénicos y ancestrales del país.
Fuera del detalle de color, hay mucho por ver en el Templo del Cielo en Pekín, desde jardines hasta su simbología cósmica: lo circular representa el cielo, lo cuadrado la tierra, y la disposición de sus ejes refleja la unión entre ambos. Todo el complejo está rodeado por un amplio parque arbolado, ideal para pasear y observar a los pekineses practicando tai chi, cantando o practicando juegos tradicionales.

No es el único recinto de jardines con templos en China, pero sí uno de los más icónicos. Eso sí, ten en cuenta que es brutalmente famoso, y si no quieres sufrir la masificación de quienes se disfrazan para hacerse fotos, mejor que vayas a primera hora de la mañana, antes de las 9. Para ello, la mejor manera de llegar es con el metro, en la parada de Tiantandongmen, en la línea 5.

Entrarás por la puerta norte si vas en metro, y te recomendamos que en toda su extensión no te quedes únicamente en el palacio ceremonial y su salón principal, que es donde va todo el mundo. Suele ser más auténtico acceder por las plataformas y los pasillos antiguos, ya que casi nadie se detiene allí. También tienes bosques en los laterales.

Ya que estás en la zona, puedes visitar también la Puerta de Qianmen, y al lado te queda el Mercado de la Perla, un infame centro comercial para extranjeros donde comprar falsificaciones. Es una turistada que no merece la pena, pero justo al lado hay otro centro comercial sin nombre occidental: allí todo cuesta la mitad o menos y no hace falta regatear.
Mucha gente evita el Palacio de Verano (颐和园) porque está supuestamente alejado del centro de Pekín, pero en la actualidad el metro puede llevarte rápidamente, y además no solo es uno de los lugares donde mejor se entiende cómo vivían los emperadores fuera del protocolo rígido de la Ciudad Prohibida, sino que es un oasis natural.

Olvida los colapsos de la Ciudad Prohibida, aquí todo es más relajado. Colinas, lagos, templos esparcidos, senderos y jardines. Es una manera de esquivar el ajetreo de la capital sin abandonar su riqueza cultural. Ideal tras haber visitado previamente el centro de Tiananmén y todo lo que ofrece.

Para llegar al Palacio de Verano desde Pekín lo mejor es utilizar el metro de la línea 4. Te valen las estaciones de Beigongmen o Xiyuan, y desde el centro tardarás unos tres cuartos de hora. Eso sí, la entrada es necesario que la hayas adquirido previamente, cuesta menos de 20 euros si es la combinada con todos los jardines, y lo ideal es hacerlo en trip.com. Deberás llevar el pasaporte para identificarte.

Si quieres evitar las masificaciones, accede por la puerta de Beigongmen, al norte. El lunes hay mucha menos gente, pero también cierran las salas interiores.
Uno de los lugares más bellos de toda la ciudad de Pekín es la zona de la Torre del Tambor y el lago Houhai. Además ambos están muy cerca si sales desde la Ciudad Prohibida por la puerta del norte.

Para nosotros, la visita conjunta a ambos lugares es lo ideal, y es lo que los viajeros chinos disfrutan. Es más, los residentes de Pekín visitan a menudo toda esta zona. Y es que se combina la imagen de un monumento icónico de la ciudad con un barrio donde descansar y disfrutar de la vida al estilo chino. Toda la zona es muy fotogénica.

Empieza por la Torre del Tambor (鼓楼), conocida popularmente como Gulou, que está en el barrio de moda de hutongs, las viviendas tradicionales pekinesas. Toda la zona es de las más bellas de la capital y pasear por ella es una gozada.

Se trata de uno de los monumentos más característicos de la ciudad, y desde allí puedes acceder a Houhai (后海), uno de los lagos del conjunto de Shichahai y un rincón perfecto para ver una cara más relajada y local de Pekín.

Siempre que hace buen día y no hay polución, a los pekineses les encanta pasear por esta zona, llena de casas tradicionales, puentecitos, sauces llorones y casas tradicionales.

Quizás visitar la zona de Gulou, con su Torre del Tambor y el lago Houhai, sea el plan ideal para finalizar al atardecer un día por el Pekín más cultural. Eso sin contar todo lo que la ciudad puede ofrecerte fuera de los templos, los palacios y las torres. Pero esa ya es otra historia.