Fundado por frailes agustinos en 1572, y ubicada en la provincia de Batangas a tan solo dos horas de Manila, el pequeño pueblo de Taal, conocido como Taal heritage town, se ha convertido en un buen lugar donde realizar una escapada de fin de semana y desconectar de la caótica y ruidosa capital de Filipinas.
Taal heritage town
Introducción
La visita a Taal es una experiencia que te lleva a un pueblo colonial español de principios del XVII al siglo XX en Filipinas. Este pueblo tiene suficientes vestigios del rico patrimonio cultural de un pasado ilustre que se ha conservado a pesar de las presiones de la modernización que ha superado a otras ciudades del país.
La magnífica Basílica de San Martín de Tours y las numerosas casas de la época española en toda la ciudad, por ejemplo, son marcadores de la riqueza de su grandeza histórica.
Taal también ocupa un lugar de prestigio en la historia de Filipinas con muchos de sus importantes habitantes que contribuyen al éxito de la revolución contra España.
Basílica de San Martín de Tours
Uno de los edificios estrella es Taal sin duda es la Basílica de San Martín de Tours. Esta gran iglesia que data del siglo XVI es todo un reclamos para turistas y peregrinos, entre otras cosas por ser la más grande de Asia.
No es raro toparse con alguna que otra boda, pues parece ser que se ha transformado en algo habitual. Se puede subir a la zona de arriba de la iglesia para disfrutar de las vistas de la ciudad, pero justamente cuando fuimos nosotros no abrían dicha zona hasta más tarde. Luego se nos olvidó volver y no pudimos comprobarlo.
San Lorenzo Ruiz steps
Siguiendo la ruta bajamos por la calle Gliceria Marella rumbo a Santuario de Nuestra Señora de Caysasay, pero antes llegamos a los pasos de San Lorenzo Ruiz, un conjunto de 145 escalones que conducen a la zona baja de Taal.
Esta zona es muy tranquila, sin apenas ruido al no pasar vehículos, y las vistas son espectaculares pues desde la zona de arriba se contempla todo un verde paisaje salpicado por casitas.
Siguiendo por estos escalones hacia abajo encontraremos otro lugar de visita que os mostramos en el siguiente apartado.
Pozo de Santa Lucía
Antes de llegar al final de los escalones de San Lorenzo Ruiz nos topamos con unas chicas jóvenes que se ofrecieron a llevarnos al pozo de Santa Lucía por un caminito entre plataneros a mano derecha del camino.
Construido en 1600, este pozo sigue siendo un destino turístico en Taal. Es conocido como el “Milagroso Pozo de Santa Lucía”, donde se creía que las imágenes de Nuestra Señora de Caysasay se aparecían. Desde entonces, muchos han creído y testificado que el agua de estos pozos tiene curación milagrosa y poderes terapéuticos.
Junto al pozo hay un pequeño altar donde poner un par de velas en honor a Santa Lucía y que te ofrecerán las chicas que te han llevado hasta allí. Solo valen 20 pesos y sirven “como pago” por sus servicios.
Santuario de Nuestra Señora de Caysasay
En la pequeña iglesia de Nuestra Señora de Caysasay, en la zona baja de Taal, se encuentra una imagen de la Virgen que representa la Inmaculada Concepción, la cual se cree que es uno de las más antiguos del país.
Según cuenta la leyenda, la imagen de la Virgen fue atrapada en la red de pesca de un hombre religioso llamado Juan Maningkad en 1603, en el río Pansipit, y fue trasladada a la iglesia. Mientras estaba en la iglesia, la imagen aparecía y desaparecía misteriosamente hasta que un día desapareció por completo.
Varios días después, a siete kilómetros de distancia de la “Vieja Taal”, dos mujeres, mientras recogían leña, se detuvieron a beber agua del pozo y fueron sorprendidas por el reflejo de la imagen en el agua. Mirando hacia arriba, se econtraron con la imagen en una rama de árbol con velas encendidas en cada lado, custodiadas por las aves “Casaycasay”(martín pescador).
Una capilla provisional fue erigida en 1611 cerca del lugar donde se encontró la imagen y, a partir de entonces, la imagen fue llamada la Virgen de Caysasay.
Paseando por las calles de Taal
Siguiendo la carretera para volver hacia el centro del pueblo se llega hasta río Pansipit, lo que nos permite recrearnos con las vistas que ofrece la zona al otro lado del río. Todo ello mientras vas cruzándote con jeepneys y triciclos y saludando a algunos de sus simpáticos habitantes.
Casas Ancestrales
Siguiendo por las calles de la ciudad descubriremos que están marcadas por hileras de casas ancestrales centenarias, con estructuras de dos pisos, que por lo general están hechas de piedra en la planta baja y madera en el nivel superior.
Son las famosas casas ancestrales de Taal, y otro de los principales motivos para venir aquí de visita. Estas casas tienen grandes escaleras y conjuntos de muebles elegantes, con un marcado diseño español de la época.
Es un buen lugar para transportarte en el tiempo. Algunas de ellas eran casas de personajes históricos como Felipe Agoncillo, el primer diplomático filipino; Marcela Mariño-Agoncillo, la fabricante de la bandera de Filipinas; Galicano Apacible, un patriota filipino y propagandista; y Gliceria Marella de Villavicencio, la madrina de la Revolución Filipina.
Justo en la planta baja de una de ellas paramos a tomar una cerveza. El lugar se llama Tampuhan Café, y forma parte de la Casita, una de estas casas ancestrales.
Una vez terminada la cerveza puedes subir a visitar la casa por tu cuenta, de forma gratuita.
Galleria Taal
Siguiendo la ruta hacia la parte alta del pueblo llegaremos a la Galleria Taal, un museo fotográfico donde poder ver la colección de cámaras de Mr. Manny Barrion, con el que estuvimos un rato charlando después de la visita.
La antigua casa que sirve de museo, con horario de visitas de 8:00h de la mañana a 17:00h de la tarde y que cobra una entrada de 100 pesos, alberga una bonita colección de cámaras bastante antiguas y bien conservadas, desde enormes cámaras de placas hasta actuales cámaras digitales, así como fotografías antiguas del pueblo de Taal o de ciudades como Manila.
Mercado nocturno de Taal
Una vez terminada la visita se puede ir a comer a cualquier restaurante (más abajo hablamos del que más nos gustó a nosotros) y después merece la pena darse un paseo por el mercado de Taal.
Es un pequeño recinto donde los comerciantes vendes tanto productos textiles, como rosarios o casi cualquier cosa. Está justo en el centro del pueblo, muy cerquita de la Basílica.
Por si os entra hambre, como a nosotros la segunda noche, podéis comprar carne, verduras (solo unas pocas) y pescado por muy poco dinero en los puestos de comida callejeros que hay en el mismo mercado. Lo hacen casi todo a la brasa y podemos dar fe de que está bastante bueno.
Comer en Taal
Si queréis un restaurante para cenar (o comer) os recomendamos Feliza restaurant, un bonito local ubicado en una casa antigua, donde la elaborada comida es bastante buena y a unos precios no demasiado caros.
Es bueno recordar que hay opción para vegetarianos, y no dejéis de probar el típico postre hecho con arroz dulce glutinoso acompañado de 3 salsas… ¡está para chuparse los dedos!
Dormir en Taal
Taal no es un lugar que ofrezca alojamiento barato, así que no hay más remedio que aflojar la cartera. Nosotros nos quedamos en Casa Conchita y no fue mala elección, ubicada cerca de todo y bastante cómoda.
Cómo llegar a Taal desde Manila
Para venir hasta Taal tenemos a la compañía de autobús JAM Liner que hace esa ruta. Para ello tendremos que ir a una de las dos terminales de bus desde donde opera en Manila:
Una vez en la terminal tenéis que buscar el autobús con destino LEMERY, y decirle al conductor que os deje en Taal. El autobús no es todo lo cómodo que quisiera uno, pero tiene aire acondicionado y el trayecto lo haces en menos de tres horas. Los precios y horarios son:
- Si sales desde Buendia
- El precio del billete son 178 pesos
- Los autobuses salen desde las 4:00h de la madrugada hasta las 20:00h de la tarde
- Si sales desde Cubao
- El precio del billete son 186 pesos
- Los autobuses salen desde las 4:15h de la madrugada hasta las 19:15h de la tarde.
Para volver a Manila solo tendréis que pillar un triciclo, por unos 50 pesos, y que os deje en el cruce donde para el autobús de vuelta a la capital de Filipinas. El conductor del triciclo ya sabe donde es, así que no os preocupéis por ello.
Una vez veamos que llega el autobús de JAM Liner solo hay que levantar los brazo y hacerle parar.
Localización
Recuerda
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