ISLAS CAMOTES

Tu mejor guía de viaje

Pacijan, Poro, Ponson y la pequeña Tulang. Cuatro nombres que puede que no te digan nada… hasta que pongas un pie en alguna de ellas. Más conocidas como islas Camotes, este pequeño archipiélago de Filipinas se encuentra entre Cebu y Leyte, en el mar de Camotes, y es uno de esos destinos que no suele aparecer en los primeros puestos de las listas, lo cual —todo sea dicho— juega muy a su favor.

ANTES DE IR

Islas Camotes: un remanso de paz escondido en Filipinas

La forma más habitual de llegar es desde el puerto de Danao, al norte de Cebú, desde donde salen los ferris que te plantan en las islas Camotes en unas dos horas.

Una travesía sencilla que, sin embargo, te lleva a un mundo mucho más tranquilo. Menos turistas, menos ruido, menos tráfico… y más tiempo para simplemente estar.

Bienvenidos a Islas Camotes
Bienvenidos a Islas Camotes

De primeras, puede parecer que aquí no hay mucho que hacer. Y sí, si buscas fiestas, centros comerciales o playas con colchonetas hinchables y música a todo volumen, este no es tu sitio.

Pero si lo que quieres es bajar el ritmo, desconectar y dejar que el tiempo fluya sin mirar el reloj, las islas Camotes te ofrecen exactamente eso. Un lugar donde el encanto no está en los “imperdibles”, sino en lo que descubres entre curva y curva.

Nosotros llegamos sin grandes expectativas, casi como quien va a pasar el fin de semana al pueblo, y eso hizo que la sorpresa fuera aún mayor. En este artículo te vamos a contar lo que vimos, lo que sentimos y lo que, quizás, también puedas encontrar tú si decides dejarte caer por aquí.

¿Cuándo ir a las islas Camotes?

El clima en las islas Camotes, como en buena parte de Filipinas, se divide en dos estaciones: la seca y la húmeda. Elegir el mejor momento para visitarlas dependerá de tus prioridades: tranquilidad absoluta o paisajes verdes y salvajes.

Temporada seca (de diciembre a mayo):
Es el mejor momento para disfrutar de las playas con cielo despejado, aguas turquesas y poco riesgo de lluvias. Especialmente entre enero y abril, cuando el clima es más estable. Ideal si quieres asegurarte de tener días soleados y practicar actividades al aire libre.

Temporada húmeda (de junio a noviembre):
Las lluvias pueden aparecer de forma intermitente, aunque rara vez duran todo el día. La isla está más verde, hay menos turistas y los precios suelen bajar. Si no te importa un poco de agua, también puede ser un buen momento para ir… pero lleva chubasquero.

Visado para viajar a Filipinas

Va a depender del tiempo que quieras estar en Filipinas. Si va a ser menor de un mes no hace falta; en el mismo aeropuerto te pondrán el sello en el pasaporte con el tiempo de estancia permitido (30 días).

Pero si vas a estar más tiempo es necesario que te saques el visado de Filipinas. En el link anterior tienes toda la información acerca de cómo sacarlo en España, pero además te dejamos cómo hacer la extensión del visado de Filipinas de forma rápida si tu intención es pasar una larga temporada.

Seguro de viaje

No hace falta que digamos lo importante que es viajar a Filipinas con un buen seguro. Fuimos los primeros en ofrecer el famoso IATI descuento del 5%, pero es que además también dispones de él en Heymondo.

En los links anteriores te hemos dejado información sobre las dos compañías, aunque puedes ir directamente al descuento desde los siguientes botones (en ambos casos verás el precio final reducido en su página web):

Tarjeta SIM para viajar a Filipinas

Hoy en día encontrar hoteles, guesthouse o restaurantes en Filipinas con wifi gratuito es la tónica habitual, aunque también hay quien desea (o necesita) disponer de conexión de manera continuada.

Para ello te contamos cómo conseguir una tarjeta eSIM Filipinas con internet y aprovechar sus precios económicos. Y ahora también con datos ilimitados.

¿Cómo llegar a Islas Camotes?

Llegar a las Camotes es más fácil de lo que parece, aunque hay que tener paciencia y algo de tiempo. La opción más habitual es tomar un ferry desde el puerto de Danao, una ciudad que se encuentra a unos 50 km al norte de Cebú.

El trayecto en bus o furgoneta desde la ciudad hasta el puerto puede llevar entre 1,5 y 2 horas, dependiendo del tráfico, que en las afueras de Cebú no suele ser precisamente ligero.

Una vez en Danao, salen ferris tipo ro‑ro (roll-on roll-off) o bangkas (lanchas), dependiendo de la compañía y del día. El destino más común es el puerto de Consuelo, en la isla de Pacijan, y el trayecto dura unas 2 horas aproximadamente.

Camino del ferry a Camotes
Camino del ferry a Camotes

Consejo: si viajas en temporada alta o en fin de semana, conviene comprar el billete con antelación o llegar al puerto con tiempo. Algunos ferris permiten hacerlo online, pero otros solo venden en taquilla. Y sí, a veces se agotan.

Desde el muelle de Consuelo, hay multicabs, triciclos y habal-habal (motos con conductor) que te llevan en unos 15 o 20 minutos hasta la Bahía de Santiago, la zona con más alojamientos y restaurantes. Las tarifas son razonables y puedes compartir el trayecto con otros viajeros o negociar si vas en grupo.

Vehículos hasta tu playa u hotel
Vehículos hasta tu playa u hotel

Tienes el completo artículo de Cómo ir a Camotes islands desde Cebú de forma fácil y barata donde te lo explicamos en detalle.


QUÉ VER / HACER

Las dos principales islas Camotes —Pacijan y Poro— están conectadas por una estrecha carretera que atraviesa un manglar, lo que facilita mucho el moverse entre ellas. Aunque también existen las menos visitadas Ponson y Tulang, la mayoría de visitantes se concentran en las dos primeras.

Bahía de Santiago, la joya de las islas Camotes

La Bahía de Santiago es, sin duda, la zona más popular y turística de las islas Camotes. Y aún así, incluso en temporada alta, puedes encontrarte prácticamente solo frente a una inmensa playa de arena blanca y aguas poco profundas que cambian con la marea como si tuvieran vida propia.

La Bahía de Santiago
La Bahía de Santiago

Aquí es donde nos alojamos y donde vivimos esa transformación mágica de la que hablábamos antes: una playa que por la tarde no llama especialmente la atención, pero que con la marea alta por la mañana se convierte en un auténtico paraíso.

La piscina, perdón, la playa
La piscina, perdón, la playa

El agua avanza hacia la orilla, cubriendo lentamente la llanura de arena y dejando una enorme extensión turquesa brillante bajo el sol. El efecto es tan hipnótico que no sabes si sacar la cámara o simplemente quedarte quieta mirándolo.

Quizá esa impresión tan potente vino de las bajas expectativas con las que llegamos. A Toni se le ocurrió venir casi de un día para otro, y yo, tras leer por ahí que “no valía mucho la pena”, acepté a regañadientes. Pero ya ves, fue justamente eso lo que hizo que la sorpresa fuera aún mayor.

A veces hay que dejarse llevar por la intuición, aunque no venga en forma de blog de viajes.

Espectacular la Bahía de Santiago
Espectacular la Bahía de Santiago

En esta playa también se concentran la mayoría de alojamientos y restaurantes, por lo que es un buen lugar para establecer base y moverse desde aquí. Pero créeme: contemplar esta bahía en marea alta ya justifica el viaje hasta Camotes.

Timubo Cave

La Timubo Cave es una piscina subterránea escondida bajo tierra, silenciosa, misteriosa… y con un agua tan clara que parecía irreal.

Se encuentra al norte de Pacijan y, al contrario de lo que uno podría imaginar, la entrada no está en una montaña ni en un acantilado, sino en un agujero en el suelo, como si la tierra se hubiese abierto discretamente para dar paso a otra dimensión.

Timubo cave, la piscina subterránea de islas Camotes
Timubo cave, la piscina subterránea de islas Camotes

A partir de ahí toca descender por unas escaleras húmedas y resbaladizas. La luz natural se va apagando poco a poco y solo unas cuantas bombillas van iluminando el camino entre estalactitas puntiagudas. ¡Cuidado con la cabeza!

Al llegar al fondo, después de mojarte los pies y pasar agachado por una especie de túnel rocoso, aparece la piscina. Y digo piscina porque, aunque sus paredes y suelo son de piedra, el agua es tan transparente que no puedes evitar pensar en zambullirte.

La piscina subterranea
La piscina subterranea

Los primeros metros están iluminados con luz artificial, pero el fondo queda en penumbra. Y sí, da respeto nadar hacia esa oscuridad…

Llegar hasta la cueva puede parecer complicado, pero con preguntar “Timubo?” a cualquier local, te sabrán indicar, aunque no hablen inglés. Todo el mundo conoce esta joyita.

Precio entrada: 20 pesos

Tulang Island

Desde la parte norte de Pacijan, si levantas la vista hacia el horizonte, verás una pequeña isla cubierta de palmeras que parece flotar sobre el mar. Esa es Tulang Island, una islita diminuta que se encuentra justo frente a la costa y que, aunque no llegamos a pisar, nos dejó con la curiosidad encendida.

Tulang Island
Tulang Island

Se puede llegar hasta allí negociando con algún pescador local que te lleve en barca desde Tulang Daku, el embarcadero más cercano.

Por lo que nos contaron, la playa de Tulang es virgen y muy tranquila, ideal para pasar unas horas sin ruido, sin tráfico y sin más compañía que el mar y las sombras de las palmeras. Algunos viajeros incluso se animan a acampar, ya que hay zona habilitada para ello.

Nosotros la contemplamos desde la orilla, en una de esas paradas improvisadas que haces solo para mirar. Y aunque no bajamos, hubo algo en esa imagen —tan simple y tan perfecta— que se nos quedó grabado.

Desde la playa
Desde la playa

Si tienes tiempo y ganas de explorar rincones menos conocidos, Tulang puede ser una escapada interesante dentro de la escapada.

Lago Danao

En el centro de la isla de Pacijan se esconde el Lago Danao, un lago interior rodeado de vegetación que, aunque no es precisamente el lago más espectacular del mundo, tiene su gracia.

Para los locales es una zona de paseo y ocio familiar, y para el visitante curioso… un lugar donde sudar la gota gorda mientras pedalea.

Lago Danao
Lago Danao

Sí, porque una de las actividades estrella aquí son los patinetes de pedales, esos barquitos de forma imposible que avanzan lentamente mientras tú haces ejercicio como si estuvieras en el gimnasio, pero bajo el sol tropical. Si te animas ya lo sabes, sudor garantizado.

Además de los patinetes, puedes simplemente pasear por los alrededores o sentarte a observar las aves que revolotean por la zona. No es una visita imprescindible, pero si tienes tiempo y te apetece algo tranquilo, puede ser un buen paréntesis entre playas y cuevas.

Los patinetes
Los patinetes

Precio entrada al lago: 5 pesos
Precio patinete de pedales: 50 pesos por persona (media hora)

Poro

El segundo día en las islas lo dedicamos a recorrer Poro, la isla vecina de Pacijan, conectada por esa carretera que atraviesa el manglar y que, por sí sola, ya es un pequeño paseo encantador. Pillamos la moto y nos lanzamos a explorar sin rumbo fijo.

Paseando por Poro
Paseando por Poro

En cuanto a atracciones, ninguna nos voló la cabeza. Lo cierto es que los supuestos “puntos de interés” no nos parecieron especialmente memorables, ni las vistas espectaculares ni los lugares particularmente llamativos. Pero… eso no quiere decir que no valiera la pena.

Una pequeña carretera entre casas
Una pequeña carretera entre casas

Porque Poro es de esos sitios en los que el encanto está en lo cotidiano. En los niños que te saludan a gritos cuando pasan en grupo al salir del colegio o en los paisajes de palmeras infinitas, las casas de madera y las gallinas que cruzan la carretera como si no tuvieran prisa por llegar.

Un pueblo en fiestas
Un pueblo en fiestas

El paseo en moto por Poro fue, simplemente, agradable. Y a veces eso es todo lo que necesitas: un lugar sin pretensiones, con gente amable y caminos tranquilos.

Busay Falls

Confesamos que las Busay Falls nos dejaron bastante fríos… literalmente y en sentido figurado. Fuimos en marzo, en plena época seca, y eso hizo que las cascadas se redujeran a poco más que un hilito de agua cayendo sobre una balsa. No había grandes saltos ni pozas profundas. Nada de postal.

Busay Falls
Busay Falls

Aun así, el entorno tenía su encanto. El camino hasta las cascadas atraviesa un precioso palmeral, de esos que parecen sacados de un catálogo tropical, y eso sí que nos gustó. Eso sí: ¡ojo con los cocos! No hay peor forma de acabar el día que con uno cayéndote en la cabeza.

El palmeral
El palmeral

La balsa, aunque pequeña, tenía agua cristalina y nos dimos un chapuzón. Y vaya si lo agradecimos. El agua estaba tan fría que te dejaba sin aliento al primer contacto. Pero con el calor que hacía, ese baño helado fue un respiro.

La pequeña charca
La pequeña charca

Aunque no fue el lugar más impresionante de Camotes, sí que nos dejó un par de fotos bonitas y las piernas bien fresquitas para seguir la ruta.

Bukilat Cave

La Bukilat Cave fue nuestra última parada “subterránea” en Camotes, aunque muy diferente a Timubo. Aquí no hay que bajar tanto ni pasar por túneles oscuros.

De hecho, en esta cueva la luz del sol entra a través de varios agujeros en el techo, creando un ambiente muy fotogénico, casi mágico, sin necesidad de bombillas.

Entrada a la Bukilat CAve
Entrada a la Bukilat CAve

Solo hay que descender un par de metros por unas escaleras de cemento, y ya estás dentro. La piscina natural que se forma en el interior es poco profunda (cuando fuimos nos llegaba apenas a la cintura), y el agua tiene ese tono azul verdoso que te hace querer meterte aunque solo sea un momento.

El interior de la cueva
El interior de la cueva

No es tan espectacular ni tan misteriosa como Timubo, pero tiene su encanto. Ideal para una parada corta y un baño curioso, sobre todo si te gustan los sitios con historia: se supone que durante la Segunda Guerra Mundial se usaba como refugio por los habitantes de la zona.


TOURS

A diferencia de otros destinos turísticos de Filipinas, en las islas Camotes no abundan los tours organizados a través de plataformas internacionales como Viator o GetYourGuide. No encontrarás excursiones empaquetadas ni actividades guiadas por internet con facilidad. Y quizás, en realidad, eso es parte de su encanto.

Aquí lo mejor es hacerlo a tu aire: alquilar una moto, seguir tu propio ritmo y dejarte llevar por la intuición. Con una scooter (unos 400 pesos al día) puedes recorrer la isla a tu manera, detenerte donde quieras, improvisar paradas y descubrir rincones que no salen en ningún mapa.

Eso no significa que no haya guías o conductores locales dispuestos a mostrarte la isla. En las zonas más turísticas, como la Bahía de Santiago, puedes encontrar triciclos o habal-habal (motos con conductor) que ofrecen pequeños recorridos por los principales puntos de interés. Es una opción cómoda si no te animas a conducir.

Pero si te apetece una experiencia más auténtica y flexible, lo mejor es lanzarte a explorar por tu cuenta. Porque en Camotes, más que un tour organizado, lo que importa es el camino que decides tomar tú mismo.


DORMIR

Dónde dormir en las islas Camotes

Nosotros nos alojamos en el Masamayor’s Beach House and Resort, en la Bahía de Santiago. Y la verdad… nos pareció caro para lo que ofrecía. La habitación doble con baño y desayuno nos costó 1500 pesos, pero era bastante sencilla (por no decir cutre) y no acabamos de verle la gracia.

Si tienes tienda de campaña, una opción más aventurera y económica es acampar directamente en la playa, que es amplia y tranquila, especialmente por la mañana temprano.

La mayoría de alojamientos se concentran en esta zona de la bahía, así que es buena idea quedarse por aquí si buscas tener todo a mano: restaurantes, alquiler de motos y acceso fácil a otras partes de la isla.

Con el auge del turismo en los últimos años (aunque aún lejos de otras zonas de Filipinas), han ido apareciendo más guesthouses, resorts y hostales, por lo que conviene echar un vistazo en Booking o Agoda y reservar con algo de antelación si viajas en fechas señaladas. Hay opciones más modernas y mejor cuidadas que la nuestra, y con precios similares.

Puedes también echar un vistazo a las recomendaciones que te detallamos:


CONSEJOS

Nuestra visita a las islas Camotes

Americano, this is amazing!!! Americano!! Americano!! This is amazing!!!
A poca distancia detrás de mí, un niño filipino, completamente exaltado y acompañado de un par de amigos tan hiperactivos como él, me hacía gestos y gritaba sin parar.

Estaba disfrutando de la playa de la Bahía de Santiago como solo los críos saben hacerlo: entregado en cuerpo y alma a ese baño en un lugar que parecía sacado de un sueño.

Opté por no corregirle —no soy americana— y me limité a devolverle una sonrisa y darle la razón. Sí, aquello era realmente espectacular.

Me encontraba en el agua, a unos 50 metros de la orilla, y aún así el nivel apenas me llegaba a la cintura. Desde allí, arrodillada y mirando al horizonte mientras la corriente me mecía suavemente, pensaba en lo efímero de aquel paisaje casi perfecto.

Porque esa estampa no duraba todo el día. La Bahía de Santiago sufría un cambio radical con la marea, y lo que por la tarde parecía una playa normalita, por la mañana se convertía en una obra de arte natural.

El día anterior, al llegar, nada nos había hecho presagiar que esa playa anodina se transformaría de forma tan radical. Era casi poético, como si ese lugar solo quisiera mostrar su mejor versión durante unas pocas horas, guardando su encanto del bullicio.

Solo por la mañana —temprano— uno podía disfrutar de esa enorme extensión de agua transparente en una playa casi vacía.

Atención: ¡No metas la aleta!

Explorar el fondo marino es una actividad fascinante y para muchos también inquietante. El simple hecho de ponernos unas gafas de buceo y mirar lo que hay debajo del agua nos descubre todo un mundo nuevo de colores y formas de vida desconocidas.

Snorkel en Apo Island (Filipinas)
Snorkel

Pero ese mundo se tiene que cuidar y respetar, así que si estás planificando un viaje en el que puede que incluyas la opción de hacer snorkel y no quieres que tu presencia tenga un impacto negativo en el ecosistema, quizás te interese lo que te cuento en el link anterior, lo que he aprendido que es un buceo responsable (con botella o sin ella).

Cómo moverse por Islas Camotes

La mejor forma de explorarlas es sobre dos ruedas. Por unos 400 pesos al día puedes alquilar una moto y perderte por sus caminos, detenerte donde te apetezca, saludar a los niños que gritan “hello!” al verte pasar y descubrir rincones sin nombre que no salen en las guías. No hay distancias grandes: en un par de horas puedes rodear cada isla con calma.

¿Y qué hay para ver en las islas Camotes? Pues no esperes monumentos ni rutas marcadas. Lo que hay aquí son playas tranquilas, cuevas sorprendentes, un lago interior, cascadas escondidas y muchos, muchos paisajes rurales. Un lugar para los que disfrutan más del camino que del destino, de las sorpresas que surgen sin buscarlas y del lujo de la sencillez.

Otros seguros de viaje

Eres conocedor de que existen otras compañías de seguros en el mercado y, puede que incluso suelas viajar con ellos, así que hemos conseguido un descuento con Chapka Seguros y también con Intermundial para que tengas un pequeño ahorro si los contratas desde aquí.

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Mapa

Te dejamos un mapa con todos los puntos de interés de los que te hemos hablado en esta guía. [Haz click en la imagen y te llevará a una nueva ventana de google maps]

Mapa Islas Camotes
Mapa Islas Camotes