Aunque no figure entre los templos más famosos de Chiang Mai, el Wat Lok Molee —también escrito Wat Lok Moli— es uno de los recintos más antiguos de la ciudad y, para muchos viajeros, un auténtico tesoro escondido.

Nosotros lo descubrimos casi por casualidad, al parar a poner gasolina camino de otro templo, y fue una de las visitas que más nos sorprendió en todo el casco antiguo.
El templo se encuentra junto al canal que rodea la Old City de Chiang Mai, a unos 400 metros de Chang Phuak Gate, por lo que es muy fácil incluirlo en una ruta a pie o en moto por los templos del centro histórico.
A diferencia de otros templos más turísticos, aquí suele haber más calma, lo que permite disfrutar de sus detalles arquitectónicos sin prisas.
Aunque su origen exacto sigue sin estar completamente documentado, se sabe que el Wat Lok Molee data del siglo XIV, y que fue un importante centro religioso en época del Reino de Lanna.

Entre sus hitos más importantes:
El acceso al templo está custodiado por dos grandes elefantes de piedra, uno de los elementos más fotografiados del recinto. Desde aquí se asciende al viharn por unas escaleras decoradas con nagas en ambos extremos, un símbolo de protección espiritual muy presente en la arquitectura lanna.
Dentro del templo, el ambiente es recogido, con un interior ricamente ornamentado: techos pintados, columnas lacadas, murales y estatuas de Buda. No suele haber grandes grupos de turistas, por lo que es ideal para sentarse unos minutos y simplemente observar.


El interior del templo está lleno de ornamentaciones, como el techo, las columnas o paredes. Al no ser muy visitado por los turistas pudimos contemplarlo con total tranquilidad.
En nuestra visita había un grupo de creyentes ataviados con túnicas blancas (aunque no eran monjas) que se alegraron con nuestra presencia y nos animaron a hacer fotos del interior. Luego nos contaron que estaban en un templo que hay al lado, de reciente construcción, donde pasamos más tarde a hacer algunas fotos.



La joya del Wat Lok Molee es, sin duda, su gran chedi de ladrillo, considerado uno de los más antiguos y altos de Chiang Mai en su época. Ha sido restaurado en varias ocasiones, pero mantiene ese aire antiguo y solemne tan característico de los templos lanna.
A su alrededor encontrarás figuras de Buda, ofrendas y banderolas tradicionales. La vegetación que lo rodea le da un toque místico, perfecto para los amantes de la fotografía.
También cabe decir que contiene las cenizas de varios reyes de la dinastía de Mengrai, que gobernaron el reino de Lanna desde el final del siglo XIII hasta 1558, cuando los birmanos invadieron el reino. La vegetación que hay junto al chedi le confiere un aspecto todavía más místico.



Justo al lado del Wat Lok Molee se encuentra un segundo templo, más reciente, cuya arquitectura sorprende por su nivel de detalle. Aunque no siempre aparece identificado en los mapas, es comúnmente conocido por los locales como parte del complejo del Wat Lok Molee, y suele albergar actividades comunitarias.
Su fachada tallada y sus estatuas —muchas de ellas representando divinidades protectoras— valen totalmente la pena.





Es realmente un templo impresionante y precioso. Cuando nosotros estuvimos allí por casualidad pudimos asisitir a una ceremonia. Unos de los monjes, super amable, nos enseño y explicó como estaban tallando un buda de jade.
Es un país maravilloso!!!