200 kilómetros al nordeste de Mandalay se encuentra Hsipaw, una apacible localidad del estado shan mucho más tranquila de lo que pueda parecer a priori por su tamaño y hasta la que nos desplazamos los primeros días de nuestro viaje por Myanmar para empezar a conocer el país.
Hsipaw
Desde Mandalay se puede llegar hasta la ciudad citada en coche particular, tren o autobús, que es como lo hicimos nosotros. Cinco horas y media dentro de un autobús mucho más moderno de lo que esperábamos pero con el aire y la música a tope, y no precisamente el tipo de canciones que a uno le apetece escuchar (era tan sumamente alto el nivel de la radio que la escuchaba incluso con los auriculares puestos, evitando que pudiera escuchar mi propio mp3).
A mitad de camino hicimos una parada de unos 20 minutos en Pyin U Lin, antigua estación de montaña inglesa en la que finalmente decidimos no bajar y ya de noche llegamos a nuestro destino. El hotel que elegimos en esta ocasión fue Lily the Home.
Hsipaw no es muy grande y todo lo que tiene para ver está a tiro de piedra, pudiéndose visitar en bici o simplemente dando un paseo sin necesidad de contratar moto-taxis. El día siguiente a nuestra llegada decidimos alquilar una bicicleta y empezar a pedalear cuando el sol no fuese tan fuerte, así que primero aprovechamos para ir a comer a un restaurante local que al final se convirtió en uno de los pocos de Myanmar en los que realmente disfruté con su comida. A pesar de que cada plato tenía tanto aceite como ya nos estábamos acostumbrando a ver, todo estaba bueno.
Tras la comida, y con un simple mapa hecho a mano que nos habían facilitado en el hostal, empezamos la excursión y nos pusimos a pedalear por una de las calles principales hasta llegar a las afueras. El mapa resultaba un poco confuso en ocasiones, pero bastaba con preguntar a alguien, aunque fuese señalar en el folio si no entendía inglés, y con gestos nos iban indicando el camino. Vimos un gran tamarindo, nos perdimos por algunos caminos que nos llevaron a pequeños templos y finalmente llegamos a una zona con varias pagodas medio escondidas entre la maleza, Little Bagan. Aunque a decir verdad, de la manera en la que estaban camufladas entre los árboles bien podría haberse llamado perfectamente Little Angkor; a mí al menos me recordó a los templos de Angkor de Camboya, que eran los que conocían en aquel momento.
Volvimos al pueblo y salimos en dirección contraria hacia la “Sunset hill” o “Colina de los 5 budas” y nada más cruzar el río dimos con ella. Intentamos subir con la bicicleta, pero pocos metros después nos dimos cuenta de que la inclinación de la carretera era tal que nos iba a resultar imposible, así que tuvimos que bajar de la bici y subir andando y empujándola consiguiendo llegar arriba completamente empapados en sudor.
Una vez en la cima visitamos la Thein Daun Pagoda y enseguida nos sentamos con las vistas de Hsipaw frente a nosotros. En un rato aquello se había llenado de gente como si de un teatro se tratase, cuyo espectáculo a ofrecer era uno de los atardeceres más bonitos que vimos en Myanmar.
El día siguiente teníamos previsto marchar hacia Kalaw, pero un festival por la zona de Inle había colapsado los medios de transporte y nos quedamos sin sitio en el autobús, así que sin tener nada planeado salimos a ver con que más nos sorprendía Hsipaw.
Andando por los pequeños caminos de las afueras llegamos a lo que se suponía que era una fábrica de noodles, pero aparte de un montón de restos de mazorcas y un par de personas haciendo una pasta en una caseta bastante cochambrosa no vimos nada más.
También vimos algún monasterio y el palacio shan, pero no llegamos a entrar dentro de la residencia donde ahora vive el sobrino del último príncipe shan del área con su mujer. La verdad es que nos pareció un poco sosa y decidimos hacernos los “longuis” y desaparecer antes de que nos hiciese pasar.
Mas tarde decidimos volver otra vez a Mr. Food, un local en el que servían cerveza fresca de tirador y allí nos quedamos hasta la hora de cenar, no sin antes pasar por delante de la famosa estación de bomberos de la ciudad. Con coches “de época” bien pintados de un reluciente rojo que llamaba mucho la atención. Y también nos pareció sorprendente ver a los bomberos haciendo unos ejercicios que más parecían una clase de instrucción militar o algo por el estilo.
De vuelta a nuestro hostal pudimos pasear por las oscuras calles de la ciudad iluminadas por pocas farolas y por los pequeños y destartalados puestos de comida callejera que encuentras casi en cada esquina y que le confieren tanta personalidad.
Hsipaw es un sitio perfecto para hacer pequeños trekking de uno o dos días y visitar poblados palaung, sin embargo nosotros íbamos con la idea de hacer el de Kalaw al lago Inle y prescindimos de hacerlo aquí. No obstante más tarde conocimos a gente que sí lo había hecho y recomendaba la actividad.
Sea como sea Hsipaw es un destino perfecto para salirse un pelín de la ruta principal, empezar a conocer Myanmar y pasar uno o dos días relajadamente sin aglomeraciones de turistas.
Datos prácticos de Hsipaw:
- El bus desde Mandalay a Hsipaw vale 7.000 kyats por persona y podéis pillar los tickets desde vuestro hotel o guesthouse en Mandalay. La compañía es Duhtawady Express y salen buses en ambos sentidos a las 6.00h y a las 14:30h
- Nosotros recomendamos el Lily Home hostal porque nos pareció bastante aceptable para su calidad/precio aunque dispone de más alojamiento. Tranquilos que al llegar a Hsipaw os abordarán a la salida del bus con ofertas de alojamiento
Hola! Nos gusta mucho vuestro blog y nos sirve de mucha ayuda, este año nos vamos a Birmania y estamos mirando cómo ir de Hsipaw a Kalaw, ¿hicisteis ese recorrido? ¿Hay autobuses? Gracias de antemano!