La crónica cósmica. Bajo la cúpula verde del bosque

MEDICINA NATURAL. Los sitios en que he vivido durante los últimos meses, Ban Vân en Vietnam, Luang Prabang en Laos, Mae Hong Son y Kanchanaburi en Tailandia, y la isla malaya de Kapas, rozaban la perfección por diferentes motivos; pero en ninguno de ellos me hallé bajo la cúpula verde del bosque como aquí, en Taman Negara, la jungla tropical más antigua de la Tierra (que cumplió “recientemente” los ciento treinta millones de años de edad), donde tengo la sensación de estar recargando las baterías de una manera especial mientras paseo entre sus árboles gigantescos. Cuando vine el año pasado, fue un amor a primera vista, y adiviné que regresaría muchas veces, como hice la semana anterior, tras partir de Pulau Kapas.

El viaje empezó (y continuó) de la mejor manera, primero en la barca de un colega que me llevó hasta Marang (normalmente cuesta el exagerado precio de veinte ringgits: cuatro euros), y después en el jeep del amigo chino, al que encontré por casualidad en el embarcadero y que, como yo, se dirigía a Kuala Terengganu. Al llegar a esa ciudad me puse en contacto con el amable taxista indio Mister Singh, que se había encargado de comprarme el billete del autocar que tomaría al día siguiente. Luego me instalé de nuevo en la Uncle Guest House, pensión en la que los tres recepcionistas que cubren el servicio las veinticuatro horas son unos dulces gais.

Igual que me sucedió al llegar de Tailandia un mes antes, me las había arreglado para hacer ese viaje cuando empezaban unas cortas vacaciones escolares, y el confortable autocar con el que realicé el recorrido de ocho horas hasta Jerantut (sólo ocho euros gracias a que la gasolina es muy barata) podría haberse llamado bas hijab (bas: bus), porque, a excepción de un servidor, todos los asientos estaban ocupados por chicas que iban a pasar unos días en sus casas. Al contrario que el año anterior, en el que a falta de otra alternativa me vi obligado a tomar un taxi para hacer los últimos sesenta y nueve kilómetros desde Jerantut a Kuala Tahan (pueblecito que sigue sin tener oficina de correos ni ATM), esta vez, en cuanto descendí del autocar, se me acercó un joven que, tras preguntarme adónde me dirigía, me alegró el día anunciándome que podría ir en un minibús que partiría inmediatamente.

MALASIA

  • La cuestión de la conservación en general sigue fallando, incluso en un país tan bien organizado como éste. Un ejemplo de ello es que la carísima instalación de placas solares que se encargaba de dar electricidad a Pulau Kapas se estropeó hace tiempo y el servicio funciona a base de unos ruidosos generadores que, afortunadamente, se hallan alejados de los resorts.
  • Una peculiaridad de Malasia que se desconoce en el resto del mundo es la segregación racial. Una segregación tan descarada que otorga unos derechos completamente distintos a los chinos y a los indios, a pesar de que lleven viviendo aquí desde hace muchas generaciones. A ellos no se les permite adquirir las mejores tierras (que sólo podrán alquilar a los malayos), ni ocupar ciertos cargos gubernamentales.
  • Un hombre fue condenado a cinco años de cárcel y a recibir un doloroso garrotazo “simbólico” por el simple hecho de haber dado positivo en un control policial en el que hallaron restos de metanfetamina en su sangre. Ayer arrestaron a un español en el aeropuerto indonesio de Yakarta porque llevaba un cargamento de esa droga en su equipaje, al que podrían imponerle la pena de muerte.
  • Siempre me sorprende que, en las autopistas malayas, los autocares vayan más deprisa que los automóviles; me parece absurdo como adelantan a unos deportivos europeos que podrían alcanzar fácilmente los doscientos kilómetros por hora.

FAUNÓPOLIS

  • En la crónica anterior mencioné que el número de tigres en el Nepal se había duplicado durante los últimos años. De ser eso cierto, podría deberse a que, al contrario que en otras regiones, los guardas forestales del Nepal están debidamente armados y pertrechados para luchar contra los cazadores furtivos; delincuentes que en el mundo matan diariamente tres rinocerontes y que, en los últimos diez años, han asesinado a más de mil guardas. De todos modos, no debemos olvidar que los gobiernos acostumbran a mentir descaradamente para ponerse medallas. Éste es el caso del gobierno indonesio, que acaba de afirmar que la población de orangutanes de Borneo había aumentado un diez por ciento, a pesar de que las organizaciones ecologistas internacionales hayan calculado que, entre los años 1999 y 2015, su número había disminuido en cien mil.
  • También en la última crónica os conté la historia de la pitón que se había tragado enterito a un indonesio; ahora añadiré a esa información que el récord de longitud de ese tipo de serpientes (no recuerdo si se trataba de una pitón, una boa o una anaconda) estaba en catorce metros de longitud, y que un ejemplar de ocho metros podía pesar más de doscientos cincuenta kilos.
  • Recuerdo que en las junglas de las Colinas Kumaon, de Ia India, un día me crucé con un hombre y una mujer que llevaban atados un bóxer y un golden retriever; perros a los que, como si quisiesen azuzarlos contra mí, excitaron tirando de sus correas. Entonces pensé en el título de aquella extraña película de Almodóvar La Mala Educación. Antes de permitir que la gente tenga perros (y niños…) deberían obligarles a cursar unas clases de psicología.
  • Aquí van unos cuantos recuerdos más de las Colinas Kumaon: los hermosos faisanes corredores, la familia de monos langures que estaban sentados alrededor de la tumba de mi amigo Fredy, el gorrión dorado que convivía con los comunes, la vieja perra agresiva que era la única que había sobrevivido a los leopardos, la ardilla parda que tenía la cola blanca, y el silencio que sólo rompía el canto de los pájaros.
  • ¿Habéis tocado alguna vez a un león? Yo sí, y le arranqué un mechón de pelo de la melena.

MIRA LO QUE PIENSO

  • Mi admirado y genial Gran Wyoming tiene un colaborador llamado Dani Mateo (me pregunto si será hijo de mi viejo amigo Salvador, pues hay entre ellos cierto parecido físico) que sólo me había caído simpático a medias hasta que se montó un discutido gag en el que se sonaba la nariz con la bandera española: “Esos trapos que venden los chinos”. Debido al poco cariño que siento hacia las banderas en general (exceptuando la blanca) y a cuánto admiro a los humoristas, lo encontré simplemente genial. ¡Chaval, eres un gran cómico! Como era de esperar, los idiotas patriotas (o patriotas idiotas) se han tirado de los pelos, olvidando que los reyes inteligentes (“¿Y eso qué es?”) tuvieron siempre a un bufón junto a ellos.
  • Cada vez me gusta más el periódico el diario.es, y no sólo por los temas que toca, o sea el qué, sino por cómo lo hace. Una de sus secciones más interesantes es “Perlas de la Información”, en la que muestra las falacias de otros rotativos (como podría suponerse, son los de derechas los más desvergonzados). Al ser yo un compulsivo lector de noticias, echo diariamente una mirada a la prensa del país en que me hallo (Borneo Post, Bangkok Post, Vietnam News, The Times of India, Kathmandu Post, Stateman), y sin duda sé más acerca de la actualidad que la gente de estos sitios con la que convivo.
  • Si puedo entender fácilmente el inglés que hablan en las películas británicas o norteamericanas, prefiero la versión original que la doblada en castellano, a pesar de estar muy lograda. Este caso se dio sobre todo con BoJack Horseman, serie de la que, tras ver un solo capítulo doblado, decidí que perdía gran parte de su gracia, y regresé a la versión original.
  • Cuando hacíamos nudismo en las playas de Jandía o Formentera, la poca gente que llevaba bañador parecía antinatural, y las mujeres en “topless”, cómicas. Este tipo de choque visual se da actualmente en la Isla de Kapas, donde las occidentales y en especial las españolas “visten” unos diminutos bikinis en plan tanga (con los que llevan las nalgas al aire y justo les tapan los pezones), pues comparten la playa con unas musulmanas que, por supuesto, van cubiertas desde el cuello hasta los tobillos.
  • La incredulidad nunca es premiada con la Revelación. – Quienes sí reciben un premio, el de la satisfacción, son las personas que se esfuerzan en hacer las cosas bien por gusto, y no por ambición económica (money, money, money…) o espiritual (si es que puede llamarse así a lo de ganarse un lugar en un supuesto Cielo), como ayudar a alguien sin ningún interés (por ejemplo el de echarle un polvo).
  • ¿Nos enamoraríamos y formaríamos una pareja si pudiésemos ver el futuro? Sócrates dijo: “Si tienes una buena esposa, serás feliz, y si no es así, serás filósofo”. ¡Ja!

Y esto es todo por hoy, mis queridos papanatas. Bom Bom.

La crónica cósmica, de Nando Baba
La crónica cósmica, de Nando Baba
1400 930 Nando Baba

Nando Baba

Escritor y viajero. No te pierdas las crónicas cósmicas de Nando Baba.

Artículos por : Nando Baba

Dejar una Respuesta

Start Typing

Preferencias de privacidad

Cuando visitas nuestro sitio web, éste puede almacenar información a través de tu navegador de servicios específicos, generalmente en forma de cookies. Aquí puedes cambiar tus preferencias de privacidad. Vale la pena señalar que el bloqueo de algunos tipos de cookies puede afectar tu experiencia en nuestro sitio web y los servicios que podemos ofrecer.

Por razones de rendimiento y seguridad usamos Cloudflare.
required





Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias mediante el análisis de tus hábitos de navegación. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración u obtener más información aquí