La crónica cósmica. No haber visto un poco de mundo es comparable a ser analfabeto

Entre las distintas razones por las que escribo estas crónicas está la de animaros a viajar al demostraros que podéis hacerlo por unos precios muy asequibles. Creo que el hecho de no haber visto un poco de mundo es comparable a ser analfabeto. Pienso lo mismo acerca de quienes no dedican diariamente un rato a la lectura o no alimentan su espiritualidad.

Sin embargo, en muchas de estas crónicas parece que yo intente todo lo contrario y os aconseje que os quedéis en casa porque os ametrallo con muchas noticias acerca de los peligros que podréis correr: un leopardo que se zampó a un niño que jugaba frente a su casa, la pitón que hizo lo mismo con un mujer que limpiaba los arrozales, los elefantes que aplanaron una aldea, o el rinoceronte que cercenó a un hombre con los letales colmillos que esos paquidermos esconden bajo los labios.

A pesar de que posteriormente me recrimine haber escrito ese tipo de noticias dignas de “El Caso”, debido a mi compulsiva sinceridad prefiero hacerlo así en plan mamá que os recomienda mirar a derecha e izquierda antes de cruzar la calle para que no corráis el riesgo de que os atropelle un autobús; porque ello no es óbice para que, al mismo tiempo, insista en que salgáis de vez en cuando de vuestras jaulas doradas y deis una vuelta por otras tierras, pues comprobareis que es mucho más excitante que el desnatado mundo virtual en que pasáis la mayor parte del tiempo.

Yo me corro de gusto con los riesgos y el miedo que me provocan, aunque a veces me aflojen la vejiga y moje los calzoncillos. ¡Qué apasionante resulta pasear por un bosque solitario en el que te puedas cruzar con un lindo gatito de trescientos kilos, pero en el que por lo general te encuentras sólo con unos preciosos ciervos que tratan de pasar desapercibidos permaneciendo inmóviles como estatuas, o con una veintena de grandes monos langur que te observan desde las ramas de un árbol centenario, o los pollitos blancos de un búho águila!

Cada vez que me hallé frente a un leopardo me jiñé de miedo, pero no cambiaría esas experiencias por nada del mundo. Recuerdo cuando el amigo nepalés Sanjuc me contó el pánico que pasó enfrentándose a un tigre con un simple palo, intentando proteger a los cinco turistas que guiaba por la jungla de Chitwán.

Ah, por cierto, en cuanto a las serpientes, tenéis que saber que el 99% no son venenosas. Caso contrario el de los seres humanos, que para ellas resultamos letales la mayoría de las veces porque las machacamos sistemáticamente por el simple hecho de que somos los animales más cobardes y violentos de la Tierra.

Aquí, en este tranquilo vecindario tailandés de Kanchanaburi, donde no ha dejado de aumentar el número de lagartos monitor del Río Kwai, hay una familia que tiene como animal doméstico una preciosa serpiente insectívora, de un destellante color negro, de un metro de largo y del grosor del dedo pulgar, a la que le encantan las caricias y juega con los críos; la única que no hace buenas migas con ella es la gata, que mantiene desconfiadamente las distancias como si fuese una pitón comedora de lindos gatitos.

Tras escribir la última crónica mencionando a las destructoras manadas de elefantes del Nepal, los amigos de Chitwán me mandaron un correo contándome que el elefante Ronaldo, famoso por sus fechorías, había machacado a un pobre tipo en uno de los senderos que yo acostumbro a recorrer cuando estoy en Sauraha. Para que no me quedaran dudas, incluían una desagradable foto del cadáver, que yo hubiese preferido no ver.

Al contrario que en otras partes del Nepal, por el momento en Sauraha no han sufrido inundaciones. En ese aspecto, los granjeros de Bangladesh, tras comprobar que las inundaciones no dejaban de aumentar durante los últimos años, ahora crían patos y ocas en vez de gallinas: supongo que no harán falta más comentarios. Cerraré esta sección insistiendo en que no os limitéis a sobrevivir, que viváis la vida real y no el sucedáneo virtual que os están vendiendo.

LA GUERRA DEL AGUA. Según un estudio de las Naciones Unidas, a partir del próximo año veintiuna ciudades indias se van a quedar sin agua subterránea, entre ellas Delhi, Bengaluru (Bangalore) y Chenai (Madrás); ésta, que sólo recibirá los monzones otoñales, ya se ha quedado seca ahora. El mismo estudio calcula que a partir del 2030, el 40% de la población india no dispondrá de agua potable.

A las espectaculares imágenes que veis en la tele de la rica y moderna Singapur, añadidles que desde el año 1927 esa ciudad ha estado importando el agua del Río Johor desde Malasia y no sobreviviría un solo día sin ella.

Tailandia tiene cuatro zonas que reciben los monzones en distintas estaciones. Mientras algunas sufren actualmente inundaciones y avalanchas, aquí en Kanchanaburi, en el centro del país, este año casi no ha llovido y, según los informes oficiales, las lluvias han sido las más pobres de los anteriores cuarenta años. En el nordeste, en el distrito de Nakhon Ratchasima, padecen la peor sequía de la última década.

Pero los males no terminan ahí, porque debido a las presas que los gobiernos de China y Laos han construido en el Río Mekong, el nivel de su cauce ha descendido tanto como para provocar otro tipo de sequía en las zonas tailandesas que riega. ¡Están matando al Mekong igual que hacen en la India con el Río Narmada! De seguir así, se calcula que el próximo año la fauna acuática habrá disminuido el 40%, y en el 2040 este descenso será del 80%.

Estuve leyendo Rescate en Madagascar, ensayo en el que el simpático autor Gerald Durrell, que fue un gran ecologista, explicaba: “Los habitantes de Madagascar son pobres e incultos y no adivinan que están desertizando la isla y en el futuro se morirán de hambre. Talan los bosques, matan a los animales (incluso los protegidos), en unos casos porque los consideran supersticiosamente maléficos, en otros porque atacan sus cultivos, y en la mayoría de los casos para comérselos”. Durrell escribió esto hace varias décadas, pero yo pienso que también serviría para definir lo que hacéis actualmente los seres humanos con la totalidad de la Tierra, aunque, en vez de pobres e incultos, yo diría que sois estúpidos y codiciosos.

LA TABERNA GALÁCTICA. Algunas veces mi antro predilecto es más “productivo” que otras; y así fue hace un par de noches a pesar de no estar abarrotado, pues con tan sólo entrar empecé a escuchar conversaciones que no tenían desperdicio. Un japonés de mediana edad le contaba a un laosiano: “Quien sirve el sake en el Japón está transmitiendo a los demás sus mejores deseos de prosperidad. Asimismo, después uno de los otros le servirá el sake a él con tal propósito”. El hombre de Laos le explicó algo que también estaba relacionado con la bebida: “Los jóvenes de mi país no tomarán cerveza si no se la ha servido una persona adulta”.

A espaldas de esos asiáticos había dos occidentales, y uno de ellos, que hablaba con acento australiano, le contaba al otro: “Me vendieron una copiadora que dejó de funcionar varios meses más tarde. Tal como sucede habitualmente, cuando intenté que la reparasen me dijeron que me saldría más barato comprar una nueva. Entonces recordé a un sobrino mío adolescente que era un genio nato con los ordenadores y demás aparatos electrónicos, y se la llevé asegurándole que si conseguía arreglarla le pagaría una noche de fiesta. A los tres días me llamó para explicarme que, tras desmontar la copiadora, había hallado un chip que estaba programado para que dejase de funcionar después de un número determinado de copias. Él puso el chip a cero y, aparte de que ahora la copiadora funciona de maravilla, me aseguró que repetiría la operación cada vez que se parase. ¡Ja, malditos chinos!”.

El otro occidental, dejando claro que se acababan de conocer, se presentó diciendo: “Gracias a que mis padres eran geólogos y viajaban continuamente, yo nací en Senegal, pero crecí en distintos países de África, y tengo tres nacionalidades: la italiana, la norteamericana y la israelita. Aunque ahora resido oficialmente en Inglaterra, últimamente he vivido mucho tiempo en un pueblo de Euskadi, en el que sus únicos tres habitantes cultivan la mejor maría del mundo”. Yo le dije que era de Barcelona, y él me contó: “La primera constitución que tuvo Francia tras la revolución que acabó con la monarquía borbónica fue la antigua Constitución Catalana que hubo en tu tierra hasta el año 1714”.

MIRA LO QUE PIENSO. Yo mantengo muy buena relación con mi dios, que es tolerante y bromista; y juntos no reímos de casi todo, especialmente de los que afirman hablar en Su nombre.

Y esto es todo por hoy, mis queridos papanatas. Bom Bom.

La crónica cósmica, de Nando Baba
La crónica cósmica, de Nando Baba
1400 933 Nando Baba

Nando Baba

Escritor y viajero. No te pierdas las crónicas cósmicas de Nando Baba.

Artículos por : Nando Baba
2 comentarios
  • Sawasdee kaa Nando,por donde andas,yo no llevo ni un mes en la teórica zona de confort,y ya me estoy ahogando,
    me parece que ya tengo el virus del viajero compulsivo y no hay vuelta atrás.
    ya tengo la reserva para noviembre ir a Filipinas,me muero por un combinado de Ron Tanduay(ahora sabrás quien soy).
    un placer conocerte,y ahora leer tus entradas,hasta la próxima company

    • ¡Ja, no he tenido claro quién eras hasta que has mencionado Filipinas y el Ron Tandua! Yo sigo en Kanchanaburi, pero dentro de tres días partiré hacia el sur, hacia…. Ale, un abrazo.

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