La ciudad de Yokohama es una pequeña gran joya oculta dentro de Japón. Buena parte de quienes visitan Japón pasan por Yokohama en el tren bala, camino a Kioto desde Tokio, pero pocos se paran en ella. Y no saben lo que se pierden, porque Yokohama es una urbe moderna, vibrante y cosmopolita, con mucho que ofrecer.
Se trata de la segunda ciudad más grande del país, solo por detrás de Tokio. Sí, como lo oyes: más populosa que urbes como Osaka o Nagoya. Y, aun así, y a pesar de estar tan cerca de Tokio, no es un destino muy conocido por los turistas extranjeros.
Bien comunicada y a tiro de piedra de un montón de lugares interesantes, Yokohama es un destino ideal para una visita rápida desde Tokio. Pero, además, también es una opción a tener en cuenta como base de operaciones para explorar toda la zona de Kanto.
A continuación te contamos todos los secretos de Yokohama, una ciudad increíble que merece la pena conocer a fondo.
Yokohama es la capital de la Prefectura de Kanagawa, y está realmente cerca de Tokio. Apenas 50 km las separan. Las comunicaciones entre ambas ciudades son fluidas, y existen numerosas combinaciones de trenes que te llevarán entre ambas en menos de media hora.
Situada a orillas de la bahía de Tokio, se trata de una ciudad portuaria, abierta al mar, lo cual influye su carácter de manera profunda. Yokohama tiene el puerto de mercancías más grande del país, y uno de los principales del océano Pacífico. El continuo trajín de personas y mercancías ha acabado por dejar huella en el día a día de la ciudad.
Y es que Yokohama es uno de los lugares más cosmopolitas de todo Japón. No en vano fue uno de los primeros puertos en abrirse al comercio internacional, allá por mediados del siglo XIX, cuando Japón empezó a asomarse al mundo al terminar la era de los samuráis.
Gracias a eso, Yokohama hoy en día puede presumir de tener el barrio chino (o Chinatown) más grande de Japón: el famoso Chukagai, un pedazo de Asia Oriental en mitad de la bahía de Tokio.
Y, por cierto, fue precisamente aquí, en Yokohama, donde (por influencia de la comunidad china) nació el ramen, uno de los platos más populares de la gastronomía japonesa.
Además de estas influencias asiáticas, en Yokohama también se aprecia un marcado estilo occidental. Sus calles, siempre limpias, amplias y bien organizadas, recuerdan a las avenidas de las grandes urbes europeas. Por no hablar de ciertos barrios llenos de edificios de tipo colonial y arquitectura de estilo art déco, vestigios de la época en la que las embajadas extranjeras se asentaban en el recién estrenado puerto de Yokohama.
Por tanto, podemos decir que Yokohama es muchas ciudades en una. Está la parte asiática, bulliciosa y colorida. La zona europea, sobria y elegante. El puerto, con su paseo marítimo y sus barcos cruzando la bahía. Y la zona de Minato Mirai, con sus rascacielos futuristas, más impresionantes aún que los de la vecina Tokio.
Y, en todos estos lugares, un denominador común: brisa marina, ambientes agradables, calles que invitan a pasear por ellas, y, sobre todo, una oferta gastronómica tan variada como seductora.
A la hora de la verdad, Yokohama es tal vez una ciudad más interesante para vivir en ella que para visitarla. Pero, sin duda, merece la pena conocerla.
Yokohama es una ciudad costera, con todo lo que ello significa: temperaturas suaves, mucho sol en verano, y no demasiado frío en invierno. En general, las condiciones climatológicas son muy parecidas a las de su vecina Tokio.
Siempre es buen momento para visitar Yokohama, pero a continuación te explicamos qué puedes esperar del clima en cada una de las cuatro estaciones que experimenta la ciudad.
Primavera (marzo a mayo): Las temperaturas aumentan poco a poco, con máximas entre 15ºC y 25ºC. Entre marzo y abril es la época de floración de los cerezos, lo cual atrae a montones de turistas (en su mayoría japoneses) a disfrutar de las vistas.
Verano (junio a agosto): Esta tal vez sea la peor época para visitar Yokohama, ya que las temperaturas pasan ampliamente de los 30ºC, y el grado de humedad ambiental es considerable.
Los golpes de calor y las insolaciones son un peligro a tener en cuenta, sobre todo en la zona del puerto, abierta al mar.
También es común que en estos meses se formen tifones, tormentas tropicales con fuertes vientos y tremendos aguaceros, pero que se disipan en un par de días.
Otoño (septiembre a noviembre): Las temperaturas en otoño empiezan a descender, casi como en primavera, oscilando entre los 15ºC y los 25ºC. El clima es ideal, y proliferan las terrazas y beer gardens en la zona del puerto.
Invierno (diciembre a febrero): Los inviernos son más bien suaves, con temperaturas entre 5ºC y 10ºC. Al ser una ciudad costera, el termómetro rara vez baja hasta los 0ºC.
Eso sí, la proximidad del mar es una espada de doble filo: en días de viento fuerte, con la humedad, la sensación térmica puede ser un poco desagradable.
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Yokohama es una de las grandes urbes de Japón, y por tanto está muy bien comunicada. Es sencillísimo llegar a ella desde Tokio… y desde casi cualquier punto del país.
Lo mejor, como de costumbre en Japón, es el tren. Hay montones de combinaciones posibles, ya que son muchas las líneas de tren local que conectan Yokohama con Tokio, pero las conexiones más habituales son desde Shibuya y desde Shinjuku (ambos barrios céntricos de la capital).
Desde Shibuya, la Línea Toyoko te deja en Yokohama en unos 25 minutos, por 310 yens (1,8 euros). Eso sí, procura tomar un tren expreso, que hace menos paradas y es sensiblemente más rápido.
Además de la estación de Yokohama, la Línea Toyoko también para en las estaciones de Minato Mirai y Motomachi-Chukagai, que son los otros dos principales puntos neurálgicos de la ciudad.
Desde Shinjuku, la Línea Shonan-Shinjuku de JR te lleva hasta la estación de Yokohama en 30 minutos, por 580 yens (3,5 euros). Este trayecto tiene la ventaja de que, al tratarse de un tren de Japan Railways (JR), puedes aprovechar el Japan Rail Pass, si es que lo tienes, claro.
La Línea Shonan-Shinjuku pasa también por otras estaciones importantes de Tokio, como Shibuya e Ikebukuro.
Además de estas dos, hay muchas otras combinaciones de trenes posibles entre Tokio y Yokohama, y todas con un precio y tiempo de trayecto similares. Incluso el tren bala (el famoso Shinkansen) conecta ambas ciudades (¡y en menos de 15 minutos!), pero el precio del billete no sale muy a cuenta.
Lo mismo puede decirse del coche o el autobús: para una distancia como esta, de apenas 50 km, en teoría te lo puedes plantear. Pero el tren es mucho más rápido, sencillo y económico.
Cabe destacar que Yokohama también está bien conectada (por medio de buses) con los aeropuertos de Haneda y Narita, lo cual siempre es de agradecer.
Como ya te hemos dicho, Yokohama es una ciudad ideal para visitar en una escapada rápida desde Tokio. Es muy sencillo ir y venir en el mismo día, el viaje en tren es de menos de media hora.
Pero, pensando un poco más allá, Yokohama también es una opción interesante para hacer de ella tu base de operaciones, si no te convence la idea de alojarte en el caótico Tokio. La oferta hotelera de Yokohama es excelente, los precios son razonables, y la ciudad está muy bien comunicada con todas partes.
Desde allí, en 25 minutos te puedes plantar en el centro de Tokio sin problemas. También acceder al aeropuerto de Haneda o Narita con la misma comodidad que desde Tokio, o lanzarte a explorar la zona de la bahía, la cercana Kamakura, o los aledaños del monte Fuji.
Pero, sin duda, lo mejor de Yokohama está en la propia ciudad.
A pesar de ser una gran metrópolis, con todas las comodidades y servicios, aquí el ritmo de vida es diferente. Más relajado, menos agobiante que en la vecina Tokio. Yokohama tiene calles amplias y agradables, hermosos paseos marítimos, vistas de postal y montones de rincones con encanto que invitan a sacarse una foto en ellos.
Sin olvidarnos de los mil y un cafés y restaurantes que te esperan en cualquier esquina. Gracias a su pasado cosmopolita como ciudad portuaria, Yokohama es un pequeño paraíso gastronómico.
Aquí podrás probar la mejor cocina china, asiática, italiana o francesa de todo Japón. Además de tener una oferta envidiable de comida local, claro. Yokohama es la cuna del ramen, y eso se nota. ¡Por suerte para todos los que amamos los fideos!
Rascacielos futuristas, caserones art déco, jardines versallescos, callejuelas jalonadas de neones y farolillos chinos… En Yokohama conviven con elegancia muchos estilos y ambientes diferentes.
La ciudad tiene multitud de capas, cada una con un sabor distinto y peculiar, que invitan al viajero a descubrirlas una a una.
Aquí te damos todas las claves para que descubras las muchas Yokohamas que laten en el corazón de esta metrópolis portuaria, tan diversa y fascinante.
El Barrio Chino de Yokohama, el famoso Chukagai, es sin duda la gran atracción del lugar. Esta Chinatown, la más grande de todo Japón, es básicamente un pedazo de Asia Oriental trasplantado tal cual en mitad de la ciudad.
Carteles de neón, restaurantes, tiendecitas, herbolarios, puestos de comida callejera… Pasear por el laberinto de callejuelas del Chukagai de Yokohama es como hacerlo por un barrio cualquiera de Pekín o Shanghái. Igual de auténtico y bullanguero, pero con la ventaja de estar bastante más aseado. Que esto no deja de ser Japón.
Aquí la estrella es la comida china, en todas sus acepciones. En los callejones del Chukagai te vas a encontrar especialidades de China continental, Hong Kong, Taiwan, Singapur… y hasta de lugares del Sudeste asiático, como Vietnam y Tailandia.
Es buena idea evitar los fines de semana, que es cuando más aglomeración de visitantes hay. Los sábados y domingos, las calles del Chukagai se cierran al tráfico y miles de gourmets ávidos de probar delicias chinas inundan la zona peatonal. El ambiente que se respira es vibrante y divertido, pero tanta gente puede llegar a agobiar.
Pero lo más popular aquí, lo que genera las colas más largas, no es la comida. ¡Son los puestos de quiromancia y adivinación! Hay montones de locales de este tipo, y están siempre de bote en bote. Se ve que las adivinas chinas son certeras… o que sus vaticinios tienen final feliz, vaya usted a saber.
Y, como no solo de pan (o de noodles) vive el hombre, en esta Chinatown de Yokohama también puedes visitar un par de templos de estilo chino, profusamente decorados, que son dignos de ver. Están en pleno corazón del barrio, no tienen pérdida.
Además, junto a uno de ellos te toparás con un coqueto parquecito, con su pequeña pérgola que imita a una pagoda. ¡El lugar ideal para sentarse a comer tranquilamente los dumplings que te acabas de comprar en el tenderete de al lado!
Otra de las maravillas de Yokohama es su delicioso paseo marítimo, un recorrido de 5 km que va desde las inmediaciones del observatorio de la torre Marine Tower (no lejos de la entrada a la Chinatown), hasta el distrito de rascacielos de Minato Mirai.
La parte central de este paseo marítimo la ocupa el Parque Yamashita, una zona verde llena de bancos, fuentes y, lo más importante, estupendas vistas de la bahía. Es un lugar excelente para desconectar del mundo, sentarse un rato y, simplemente, disfrutar con la brisa marina y el ir y venir de los barcos.
Además, este también es un sitio estupendo para observar a los japoneses en su salsa. Sobre todo los fines de semana, cuando el parque se llena de parejas jóvenes, familias con niños, y artistas callejeros pululando por entre las mesas de las terracitas de los cafés que hay junto a los muelles.
Los barcos que se pueden ver amarrados por los muelles son otro de los atractivos del paseo. Algunos son cruceros que están de paso por la ciudad, y otros son verdaderos colosos vintage tipo Queen Mary, como es el caso del imponente Hikawa Maru.
Se trata de un transatlántico de época que permanece amarrado todo el año, y que se puede visitar (abre de 10:00 a 16:30h, la entrada son 300 yens).
Pero, si lo que te apetece es surcar las aguas de la bahía tú mismo, también puedes hacerlo. En varios muelles a lo largo del paseo marítimo encontrarás billetes para el ferry Sea Bass, un crucero a bordo de yates de diseño futurista. El viaje dura unos 30 minutos, y cuesta 1000 yens (6 euros)
A medida que te acercas a la zona de Minato Mirai (el distrito de los rascacielos), el paisaje se va asemejando a la bahía de Hong Kong, con edificios coloniales flanqueando el paseo.
El estadio del Yokohama Marinos, uno de los clubes de fútbol más populares de Japón, queda cerca, así que los domingos y días de partido se pueden oír los cánticos de la afición.
Las Red Brick Warehouses (Aka-renga en japonés) son antiguos almacenes portuarios de estilo colonial, construidos con ladrillo rojo. Hoy en día están restauradas, y sirven de espacio multiusos para todo tipo de eventos, exposiciones y conciertos al aire libre.
Además, el interior de los almacenes alberga cafés, food courts, boutiques y pequeñas galerías de arte. Y, como están pegando a los muelles, también tienen terracitas con mesas para disfrutar de la brisa marina mientras te tomas una buena cerveza, que es lo mejor que tiene este sitio.
En realidad, las Red Brick Warehouses tienen un tufillo un poco pijo, a medio camino entre lo hipster y la pura y simple trampa para turistas. Pero el entorno en el que se encuentran, junto a los muelles y rodeadas de jardines, es indudablemente hermoso.
Y, si tienes la suerte de pasar por aquí en primavera u otoño, que es cuando se organizan los beer gardens en sus terrazas con vistas al mar, has triunfado. ¡No se nos ocurre mejor manera de para rematar un día en Yokohama!
Como nota curiosa, junto a los almacenes hay también dos museos muy frikis: el museo de la Guardia Costera y los barcos espía de Corea del Norte (JCG Museum Yokohama); y el Cup Noodles Museum (museo de los fideos instantáneos). Café para muy cafeteros…
Minato Mirai es, sin duda, la imagen más reconocible de Yokohama, la postal por excelencia. Sus rascacielos reflejados en las aguas de la bahía, su gigantesca noria, su ambiente futurista…
No en vano el nombre oficial del distrito, Minato Mirai 21, alude precisamente a eso: en japonés vendrá a traducirse como “el Puerto del Futuro del Siglo 21“.
Algunos de los edificios más altos e impresionantes de todo Japón se encuentran aquí, reunidos en este imponente skyline junto al mar, que recuerda un poco al distrito de Marina Bay en Singapur. Entre ellos destaca por derecho propio la Landmark Tower, que hasta hace no mucho era el edificio más alto del país.
A ojos de los japoneses, Minato Mirai es el lugar perfecto para una cita romántica, así que los sábados y domingos el lugar se llena de parejas y grupos de jóvenes haciéndose selfies.
También ayuda que por los alrededores haya un buen número de centros comerciales, parques de atracciones y zonas de ocio de todo tipo.
Entre semana, se respira más bien un aire a distrito de negocios, ya que en sus edificios y hoteles de lujo se suelen celebrar congresos internacionales y conferencias.
Lo que no cambia, sea el día que sea, son las impresionantes vistas que ofrece. Sobre todo al caer la noche, cuando las moles de hormigón se iluminan y sus reflejos se proyectan sobre las aguas, ofreciendo un espectáculo visual inolvidable.
El carácter europeo y cosmopolita de Yokohama se aprecia por toda la ciudad, pero donde es más notorio es, seguramente, en el barrio de Motomachi.
Esta es la zona residencial de la ciudad, y donde antaño se ubicaban, allá por el siglo XIX, las embajadas y delegaciones de los países occidentales que empezaban a interesase en Japón.
En Motomachi encontrarás calles rectas, amplias, coquetas; con distritos comerciales plagados de tiendas, cafés y restaurantes. Es tal vez la parte más acogedora de la ciudad, y donde apetece quedarse a pasar la noche.
Sobre las colinas que bordean el distrito de Motomachi se alza Yamate, el antiguo barrio residencial europeo. De hecho, a día de hoy sigue siendo una zona habitada mayormente por extranjeros.
Cuando Japón abrió sus puertas al comercio internacional, a mediados del siglo XIX, los comerciantes occidentales se instalaron principalmente en esta zona, y aún hoy pueden verse las mansiones donde vivían. Además de escuelas, iglesias y parques de estilo colonial.
Mención especial para el cercano Harbor View Park, un bonito parque con vistas al puerto y jardines de estilo casi versallesco, en el solar de la antigua embajada francesa. En días despejados, puede verse hasta la vecina bahía de Tokio.
Poco concurrido y con sombra abundante, es ideal para relajarse un rato durante el caluroso verano. Lo único malo: que hay que subir muchos escalones para llegar.
Gracias a su localización estratégica, junto al puerto y rodeada de verdes colinas, Yokohama es una ciudad con paisajes impresionantes. Algunas de las estampas más bellas de todo Japón se pueden encontrar aquí; el sitio es un verdadero paraíso para los amantes de la fotografía.
No es de extrañar que toda Yokohama esté llena de observatorios, para poder disfrutar de las vistas desde las alturas. Porque, créenos, son realmente estupendas: tienes mar, tienes montaña (en días despejados, incluso puede verse el monte Fuji) y tienes el mejor skyline de Japón. ¡No se puede pedir más!
Los observatorios más famosos son la Marine Tower (frente al Parque Yamashita), el rascacielos Ladmark Tower (en Minato Mirai), y el Yokohama Sky Walk (zona del puerto).
Pero también cabe mencionar la noria Cosmo Clock 21 (en Minato Mirai), uno de los símbolos de Yokohama y que ofrece unas vistas increíbles de la bahía.
Pero no te confundas; por muy internacional que sea, Yokohama sigue siendo una ciudad japonesa. Muy japonesa. Y, como tal, tiene montones de rincones típicamente nipones de los que disfrutar.
Jardines Sankeien
Uno de ellos es el Sankeien, en la parte Sur de la ciudad, un precioso jardín de estilo clásico japonés que no tiene nada que envidiar a los más bellos rincones de Kioto. Abre de 9:00 a 16:30h todos los días de la semana, y la entrada cuesta 900 yens (unos 5 euros).
Museo del Ramen
Otro lugar muy japonés (y también un poco friki, para qué nos vamos a engañar) es el Museo del Ramen. Ya que el ramen como tal nació en Yokohama, a los lugareños les gusta alardear de ello. Y con razón.
Más que un museo al uso, se trata de una selección de distintos estilos de ramen de todo el país, que se pueden degustar en varios restaurantes que hay dentro del complejo.
El museo está algo lejos del centro de la ciudad, en la zona de Shin Yokohama (la estación donde para el Shinkansen), y abre de 11:00 a 21:00h, todos los días del año. La entada cuesta 450 yens, pero el ramen que quieras comerte una vez allí va aparte.
Como ves, Yokohama es un lugar ideal para sumergirse en el vibrante bullicio de una gran ciudad, pero también para relajarse tranquilamente en un idílico parque junto al mar, o para marcarse un tour gastronómico disfrutando de los sabores de media Asia Oriental.
Si no dispones de mucho tiempo y no quieres perderte nada, esta excursión es una buena manera de aprovechar al máximo tu estancia en Yokohama.
En ella visitarás los rascacielos de Minato Mirai desde dentro, subiendo al observatorio de la Landmark Tower para poder ver Yokohama entera desde las alturas.
También recorrerás las Red Brick Warehouses y el Parque Yamashita, con su paseo marítimo, para rematar la jornada en el famoso Barrio Chino.
Todos los clásicos básicos de Yokohama, en un solo día, de manera fácil y cómoda.
La oferta hotelera en Yokohama es excelente, hasta el punto de que puede ser una buena alternativa a la propia Tokio a la hora de buscar alojamiento.
A fin de cuentas, ambas ciudades están muy cerca la una de la otra, y mucha gente opta por hacer noche en Yokohama para luego visitar Tokio al día siguiente.
En cualquier caso, en Yokohama hay alojamientos para todos los gustos. Nosotros te recomendamos los siguientes, dependiendo de cuánto quieras rascarte el bolsillo:
Yokohama es una ciudad moderna y con una planificación urbana excelente, lo cual quiere decir que es extremadamente sencillo moverse en ella. Y, además, muy agradable, porque la ciudad te invita a pasear, con sus amplias avenidas de anchas aceras y sus encantadores paseos marítimos.
La mejor manera de disfrutar de Yokohama, sin duda, es caminar por sus calles. Pero, como no deja de ser una urbe muy grande, para acceder a ciertos barrios tampoco viene mal echar mano del transporte público.
Por suerte, Yokohama está muy bien cubierta en este sentido, Dispone de varias líneas de trenes locales y una red de metro (con dos líneas) que te llevarán a todas partes en muy poco tiempo.
Pero, si no te apetece caminar, para moverte por la zona más turística tienes a tu disposición el Akaikutsu Loop Bus, una línea de bus circular que conecta prácticamente todos los puntos de interés del centro de la ciudad. Hay buses cada 30 minutos, y el billete cuesta 220 yens (1,3 euros).
Por último, ya que Yokohama es una ciudad portuaria, también puedes subirte a un barco y recorrer la bahía.
El ferry Sea Bass hace el trayecto desde cerca de la estación de Yokohama hasta la entrada del Parque Yamashita, haciendo varias paradas por el camino. Zarpa cada 30 minutos, y el viaje completo, que lleva unos 40 minutos, cuesta 1000 yens (6 euros).
Ya hemos dicho que la gastronomía es uno de los puntos fuertes de Yokohama. Sea comida china, asiática, italiana, francesa o nipona, una cosa es segura: ¡de aquí no te vas a ir con hambre!
La especialidad por excelencia de Yokohama es el ramen, el archifamoso tazón de fideos nadando en sopa humeante. Encontrarás cientos de ramen-ya (restaurantes de ramen) por toda la ciudad, de todos los estilos.
Pero, ya que estas en Yokohama, lo suyo es probar la variante local, el famoso ramen estilo “iekei”. Se trata de un ramen con un caldo muy sabroso, mezcla de tonkotsu (huesos de cerdo), torigara (huesos de pollo), salsa de soja y grasa de pollo. Esta combinación le da un sabor único y cremoso, que es el orgullo culinario de Yokohama.
Otra de las apuestas seguras para comer bien en Yokohama es su Barrio Chino, el célebre Chukagai. Aquí vas a encontrar, literalmente, cientos de locales ofreciendo todas las variedades imaginables de comida china, desde especialidades de Taiwan o Hong Kong, hasta las de la propia Cina continental. Una maravilla.
Claro que, al ser un sitio tan turístico y popular, conviene andarse con ojo. Hay mucha trampa para turistas, y no pocos restaurantes tratan de darte gato por liebre.
Pero, más allá de las dos avenidas principales, callejeando un poco es fácil encontrar restaurantes más interesantes, de esos que están hechos por y para chinos, donde disfrutar de un sabor igualito que el del mismo Pekín.
Para que no te pierdas entre tanta oferta, nosotros recomendamos estos tres sitios, por ser especialmente auténticos.
Café Giang; un coqueto café que sirve deliciosos cafés, tés y chocolates con crema de huevo, al estilo vietnamita. ¡Igualito que en Hanoi!
Saiyuki; un pequeño restaurante especializado en dim sum al estilo de Hong Kong, con sabor genuino y precios razonables. ¡Sus tartaletas de huevo están para morirse!
ToKi; local dedicado a la siempre picante cocina de Sichuan, con mención especial a sus maravillosos fideos cortados a machete.
Y, si no te convence la comida china, no te preocupes. El pasado cosmopolita de Yokohama, siempre llena de viajeros y comerciantes extranjeros, hace que la oferta de restaurantes de cocina occidental (especialmente italiana y francesa) sea estupenda, sobre todo en la zona de Yamate y Motomachi. ¡Tienes de sobra para elegir!
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Te dejamos un mapa con todos los puntos de interés de los que te hemos hablado en esta guía. [Haz click en la imagen y te llevará a una nueva ventana de google maps]