El Mercado de Kratie, ubicado en el corazón de esta tranquila ciudad a orillas del río Mekong, es el punto de encuentro para los residentes locales y una ventana perfecta para conocer la vida cotidiana de Camboya.
Aunque es menos conocido que otros mercados más turísticos del país, este mercado ofrece una experiencia auténtica y sin artificios que enamora a quienes buscan un contacto directo con la cultura local, como es nuestro caso.
Mercado de Kratie
¿Qué vas a encontrar?
Los mercados son una imagen recurrente en nuestros viajes por el sudeste asiático, y el de Kratie no iba a ser una excepción. En cada pueblo visitado se respira el ajetreo que se vive entre los puestos de carne, verduras, pescado y telas.
En este mercado, desde temprano en la mañana, los vendedores comienzan a organizar sus productos bajo techos de metal o en pequeños puestos al aire libre. La oferta es diversa y abarca desde frutas tropicales frescas, especias y arroz hasta pescado y mariscos. Los olores se entremezclan en un bullicio vibrante que refleja el corazón de la vida cotidiana.
En el interior del mercado, las escenas cotidianas muestran carne y pescado expuestos en tablones de madera que hacen las veces de barra. Aunque las medidas higiénicas pueden parecer escasas a los ojos de un visitante, estos puestos representan una forma de vida auténtica, donde lo esencial prima sobre lo superfluo.
Uno de los aspectos más interesantes del Mercado de Kratie es la variedad de alimentos típicos que se pueden encontrar. Entre los favoritos locales están los postres camboyanos hechos a base de arroz y coco, los «nom pang» (bocadillos rellenos al estilo baguette) y los «amok trey», un plato tradicional de pescado al vapor con especias envuelto en hojas de plátano. También es posible encontrar mariscos secos y otros ingredientes utilizados en la cocina camboyana.
La gente vive literalmente dentro del mercado, que permanece abierto desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche. Este hecho lo convierte en el corazón del pueblo, un lugar donde la vida diaria transcurre en medio de una actividad incesante.
Sin embargo, no todo es idílico. Una de las cosas que más impresiona es el fuerte olor a pescado que domina algunas zonas, especialmente cuando la lluvia encharca el suelo, creando una mezcla difícil de olvidar. En esos momentos, salir al aire libre y respirar profundo se convierte en un alivio necesario.
Fuera del mercado, la actividad no disminuye. El tráfico de bicicletas, motos y peatones fluye constantemente, mostrando cómo la vida camboyana gira en torno a sus mercados. En el sudeste asiático, la calle es el escenario principal de la vida diaria, y Kratie refleja esta realidad con calles llenas de tiendas y puestos donde se puede encontrar de todo, siempre rebosantes de gente.
El Mercado de Kratie también es un reflejo del ritmo tranquilo de la ciudad. A diferencia de los mercados de las grandes urbes, aquí el ambiente es más relajado y las interacciones suelen ser más personales. Los vendedores son en su mayoría pequeños comerciantes y agricultores de las comunidades cercanas, lo que hace que comprar aquí sea una forma directa de apoyar la economía local.
Visitar este mercado es una actividad perfecta para complementar un día de excursiones por Kratie. La ciudad es conocida por ser el hogar de los delfines del río Irrawaddy, una especie en peligro de extinción que se puede avistar en el cercano Mekong.
Tras un recorrido por el mercado, muchos viajeros disfrutan de un paseo en bote para observar a estos fascinantes animales. Nosotros tuvimos la suerte de hacerlo solos, pues no había más gente alquilando barcos.
En resumen, el Mercado de Kratie es más que un simple lugar de comercio; es un espacio donde la cultura, las tradiciones y la vida cotidiana de Camboya se entrelazan de manera genuina. Ya sea para degustar un plato local, comprar productos frescos o simplemente pasear e impregnarse del ambiente, este mercado es una parada obligatoria para quienes deseen conocer un poquito de la esencia de Kratie.
hola! perdón por el retraso, he estado un poco atareada esta semana…
a ver, yo aunque siempre he estado con Toni nunca he tenido sensación de peligro en Camboya ni en Laos, en realidad me parecen dos paises bastante tranquilos en este sentido. De todos modos, siempre con precaución que nunca está de mas, ya que en todos los sitios te puedes encontrar con algun "malasombra".
Quizas deberias ir un poco con cuidado en Phnom Penh, la capital, ya que hay bastantes barrios en los que abunda la prostitución y la gente espabilada.
En camboya conocimos a unas xicas que viajaban solas y decian que se sentian agusto en el país.
Respecto a lo de la pareja si que es verdad que ellos son un poco mas recelosos en ese sentido, nunca van cojidos de la mano ni besandose por la calle, eso va dependiendo de culturas, por eso nosotros intentamos ser discretos.
Si quieres saber algo mas puedes escribirnos al correo.
Ánimo!!!