Y llegamos a Kompong Cham. El viajecito en bus de los más “peculiar”, con el conductor pitando a todas horas. Recuerdo que para adelantar una moto le pita como 18 veces… Pero bien, al final llegamos sanos y salvos con siesta incluida.
Y llegamos a Kompong Cham. El viajecito en bus de los más “peculiar”, con el conductor pitando a todas horas. Recuerdo que para adelantar una moto le pita como 18 veces… Pero bien, al final llegamos sanos y salvos con siesta incluida.
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