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KAMAKURA

Tu mejor guía de viaje

La ciudad de Kamakura, una de las capitales ancestrales del antiguo Japón, viene a ser, en cierto modo, como una versión reducida de Kioto. Ambas están llenas de templos, de historia, de cultura, y rezuman esa belleza serena tan típica del País del Sol Naciente.

Pero, además, Kamakura tiene otras ventajas. Es una localidad costera, con playas interesantes, un litoral pintoresco y hasta con vistas del monte Fuji. Y, por si fuera poco, está muy cerquita de Tokio

Por todas esas razones, y muchas más, Kamakura es uno de los destinos turísticos más populares de Japón, donde puedes ver algunos de los monumentos más impresionantes de todo el país. Pero, a la vez, no deja de ser también una tranquila y apacible localidad costera, rodeada naturaleza y con un encanto especial.

Kamakura es ideal para visitarla en una excursión rápida desde la vecina Tokio, pero también merece la pena dedicarle varios días para descubrir, a tu ritmo, todos sus secretos. Que no son pocos, como te vamos a contar a continuación en esta guía.

ANTES DE IR

Kamakura, templos ancestrales a un paso de Tokio

Kamakura se encuentra en la Prefectura de Kanagawa, realmente cerca de Tokio, y más aún de Yokohama.

Situada a orillas de la bahía de Sagami, con el monte Fuji siempre visible en lontananza, desde Tokio es fácil plantarse en Kamakura en poco menos de una hora, según la combinación de trenes que elijas. Apenas 70 km separan ambas ciudades.

Monte Fuji visto desde la costa de Kamakura
Monte Fuji visto desde la costa de Kamakura

Pero Kamakura es una ciudad mucho más antigua y con mucha más historia que Tokio. Aunque hoy es solo un apacible municipio de poco más de 200.000 habitantes, siglos atrás Kamakura fue el centro de poder desde el que se regían los designios de toda la nación. La capital de facto de Japón.

Por tanto, la historia es uno de los grandes atractivos de este lugar.

Zen, samuráis y belleza natural

Kamakura fue fundada en el siglo XII por los Minamoto, un clan de belicosos guerreros samuráis que, en plena Edad Media, y tras décadas de cruentas guerras civiles, se alzaron con el poder absoluto en el imperio nipón. 

Minamoto Yoritomo, el fundador de la dinastía, asumió el título de Shogun (una especie de regente) y, mientras el emperador se quedaba encerrado en su corte de Kioto, quienes de verdad gobernaban el país eran los shogunes de su clan. Y lo hacían, precisamente, desde Kamakura, su centro de poder.

Pilón de agua en Kamakura
Pilón de agua purificado con flores a la entrada de un templo

Al clan Minamoto le sucedieron sus parientes del clan Hojo, lo que dio comienzo la era de los samuráis propiamente dicha. Esta casta de guerreros acabaría dominando la política y la sociedad japonesas hasta bien entrado el siglo XIX. Y todo eso comenzó aquí mismo, en las calles de Kamakura.

Por cierto, acuérdate bien de los nombres de estos dos clanes samurái, los Minamoto y los Hojo, porque en Kamakura te los vas a encontrar por todas partes.

Si bien Kioto nunca dejó de ser la capital “oficial” del imperio, durante los más de dos siglos que duró el gobierno de los Hojo y los Minamoto, Kamakura fue una ciudad floreciente, la más importante del país. La capital oficiosa del país.

Como legado de esos dos siglos de esplendor, Kamakura hoy está llena de templos y jardines de extraordinaria belleza. La herencia cultural y artística que dejaron los shogunes Minamoto puede sentirse hoy por todos los rincones de la ciudad.

Entrada a un templo
Portal de entrada a un templo en las colinas de Kamakura

Además, Kamakura es la patria del Zen. Esta rama budista, aunque ya era conocida en Japón, empezó a extenderse con fuerza en el siglo XIII. Y el epicentro de ese movimiento estuvo aquí, en Kamakura, gracias al patronazgo de los gobernantes Minamoto y Hojo. Que eran muy fans de eso de sentarse a meditar.

Gracias a eso, hoy en día algunas de las estatuas budistas más espectaculares que pueden verse en todo Japón están aquí. La gran estrella del lugar, el famoso Gran Buda de Kamakura, es tal vez el mejor exponente.

Pero, más allá de los templos y la historia antigua, Kamakura es una localidad llena de encanto. Rodeada de verdes colinas, con el Fuji al fondo y bañada por el mar, aquí puedes encontrar rincones de una belleza increíble, como solo se pueden ver en Japón.

Ojo con la masificación

Eso sí, hay que tener una cosa muy en cuenta. Kamakura es una ciudad pequeñita y coqueta, vale. Pero, debido a su pasado histórico y su rico legado cultural, también es un destino turístico de primera magnitud. Sobre todo para los japoneses. 

Los fines de semana y días festivos, Kamakura se llena de turistas japoneses
Los fines de semana y días festivos, Kamakura se llena de turistas japoneses

Y eso quiere decir que Kamakura está siempre llena de gente. A veces, a rebosar de gente. Y al decir “gente” queremos decir, lo has adivinado, turistas. Las multitudes, sobre todo en torno a algunos templos famosos, pueden llegar a ser realmente agobiantes.

Por eso, para que la marabunta humana no te arruine la experiencia, es más que recomendable evitar los festivos y los fines de semana cuando vayas a Kamakura. Así te ahorrarás a la mayor parte del turisteo local, y la visita será mucho más llevadera y agradable. 

Si no, prepárate para sufrir caminando en procesión por las estrechas calles de la ciudad. ¡Estás avisado!

Cuándo ir a Kamakura

Kamakura es una ciudad costera, con todo lo que ello significa: temperaturas suaves, mucho sol en verano, y no demasiado frío en invierno. En general, las condiciones climatológicas son muy parecidas a las de las vecinas Tokio y Yokohama.

Cualquier momento es bueno para visitar Kamakura, siempre que respetes esta regla universal: evita los fines de semana y días festivos, ya que Kamakura es un destino muy popular entre los japoneses, y la afluencia de gente puede ser abrumadora.

Un día soleado en la costa de Kamakura, cerca la isla de Enoshima
Un día soleado en la costa de Kamakura, cerca la isla de Enoshima

Y, si lo que te preocupa es el tiempo que vaya a hacer, a continuación te explicamos qué puedes esperar del clima en cada una de las cuatro estaciones que experimenta la ciudad.

Primavera (marzo a mayo): Las temperaturas aumentan poco a poco, con máximas entre 15ºC y 25ºC. Entre marzo y abril es la época de floración de los cerezos, lo cual atrae a montones de turistas (en su mayoría japoneses) a disfrutar de las vistas.

Verano (junio a agosto): Esta tal vez sea la peor época para visitar Kamakura, ya que las temperaturas pasan ampliamente de los 30ºC, y el grado de humedad ambiental es considerable. Los golpes de calor y las insolaciones son un peligro a tener en cuenta. También es común que en estos meses se formen tifones, tormentas tropicales con fuertes vientos y tremendos aguaceros, pero que se disipan en un par de días.

Otoño (septiembre a noviembre): Las temperaturas en otoño empiezan a descender, casi como en primavera, oscilando entre los 15ºC y los 25ºC. El clima es ideal, y las colinas se tiñen de colores ocres y amarillos antes de que caigan las hojas de los árboles. El paisaje está más bello que nunca, pero eso también atrae a hordas de turistas aún más grandes de lo habitual.

Invierno (diciembre a febrero): Los inviernos son más bien suaves, con temperaturas entre 5ºC y 10ºC. Al ser una ciudad costera, el termómetro rara vez baja hasta los 0ºC. Eso sí, la proximidad del mar es una espada de doble filo: en días de viento fuerte, con la humedad, la sensación térmica puede ser un poco desagradable.

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¿Cómo llegar a Kamakura?

Kamakura es un destino turístico de primer orden, y está muy cerca de Tokio. Por tanto, está muy bien comunicada

Lo más rápido y cómodo, como de costumbre en Japón, es el tren. Desde Tokio hay diversas combinaciones en trenes locales, todas ellas directas, y todas tardan en torno a una hora. 

En tren

Desde la estación central de Tokio, la Línea Yokosuka de JR conecta con la estación de Kamakura en menos de una hora, por 950 yens (6 euros). Al tratarse de un tren de Japan Railways (JR), puedes aprovechar el Japan Rail Pass, si es que lo tienes, claro. La línea Yokosuka pasa también por otras estaciones importantes de Tokio, como Shinagawa.

Desde Ikebukuro, Shinjuku o Shibuya, la Línea Shonan-Shinjuku de JR te lleva hasta Kamakura en una hora, por 950 yens (6 euros). Aquí también puedes usar el Japan Rail Pass. Pero ojo, solo los trenes con destino final en Zushi te llevan a Kamakura directamente. Si no, deberás hacer trasbordo en Ofuna.

Más allá de eso, aunque Kamakura está bien cerca de Tokio (apenas 70 km), no merece la pena plantearse la opción de alquilar un coche: sumando gasolina y peajes, te puede salir por cerca de 100 euros, y tardarás prácticamente lo mismo que en tren. Y mucho menos ir en taxi, claro. Ahí la broma puede suponer de 250 € para arriba.

Estación de Hase, por donde pasa el tranvía vintage Enoden
Estación de Hase, por donde pasa el tranvía vintage Enoden

Cabe destacar que Kamakura también está conectada (por trenes expresos) con los aeropuertos de Haneda y Narita, pero esto puede requerir varios trasbordos. Es más fácil ir desde Tokio.


QUÉ VER / HACER

Gracias a su rico pasado, Kamakura es una verdadera delicia para los amantes de la cultura y las tradiciones japonesas. Si te gusta la historia de los samuráis, empaparte en el budismo Zen, visitar templos y cosas por el estilo, la vas a gozar. Aquí se respira historia y tradición a cada paso que das.

Jardines del templo Hasedera, muy fotogénicos
Jardines del templo Hasedera, muy fotogénicos

En eso, Kamakura se parece bastante a Kioto, otro de los corazones del Japón ancestral. El legado artístico y cultural de esta ciudad es impresionante. No importa las veces que la visites, no te la acabas nunca.

Pero, si eso de visitar templos y sentarte a meditar no te va mucho, no te preocupes. Kamakura sigue siendo un lugar más que disfrutable, con mucho que ofrecer.

Puedes darte un paseo por alguna de sus playas, disfrutado de la belleza de su paisaje costero. Que, en algunos rincones, es tan pintoresco y tan “japonés” que parece sacado directamente de un antiguo grabado ukiyoe

Incluso, si tienes suerte y el día está despejado, podrás deleitarte con la silueta del monte Fuji en el horizonte, recortada sobre el oleaje. Vistas de postal no faltan en este lugar, ya lo verás.

Puesta de sol con la isla de Enoshima al fondo
Puesta de sol con la isla de Enoshima al fondo

O, si lo tuyo es la montaña, por las colinas que rodean Kamakura puedes encontrar interesantes rutas de hiking, aptas para todos los públicos. Son ideales para perderse por ellas y descubrir pequeños templos escondidos en la espesura

Como ya te hemos dicho, Kamakura es un sitio ideal para visitar en una escapada rápida desde Tokio. Es muy sencillo ir y venir en el mismo día, y además moverse por sus calles es cómodo y agradable.

Para que no te pierdas con todas las cosas que hay para ver en Kamakura, que son muchas y variadas, aquí te enumeramos los sitios que más merecen la pena. Para que descubras los encantos de Kamakura a tu ritmo.

El Gran Buda de Kamakura

La gran estrella del lugar, su monumento más famoso, se encuentra en el patio del templo Kotokuin, que todo el mundo conoce como “templo del Gran Buda”.

Se trata de una impresionante estatua de Buda de más de 13 m de altura (contando el pedestal), forjada en bronce allá por el siglo XIII. Pesa cerca de 120 toneladas y su mole es tan imponente que ni los tsunamis han podido moverla de su sitio

Detalle de la cara del Buda
Detalle de la cara del Buda

No, no estamos exagerando. En un principio, el Gran Buda estaba en el interior de un templo, cuya techumbre lo cobijaba. Hasta que un buen día llegó un tsunami que arrasó con media ciudad, y se llevó por delante el templo… Pero no pudo con el colosal Buda, que no se movió ni un centímetro de su sitio. 

Ahí se quedó, a la intemperie, imponente y majestuoso, descollando entre los escombros del desastre. Desde entonces, los lugareños decidieron dejarlo así, al descubierto, ya que ni las fuerzas desatadas de la naturaleza habían logrado perturbar su eterna meditación. 

Si uno mira la estatua fijamente, no puede sino sobrecogerse ante la paz que emana de ella.
Si uno mira la estatua fijamente, no puede sino sobrecogerse ante la paz que emana de ella.

Además, la escultura está hueca por dentro, y puedes incluso meterte dentro para admirar sus entresijos. En pocas estatuas de Buda vas a poder hacer lo mismo.

Lo dicho, el Gran Buda es una verdadera maravilla, y es la imagen por excelencia de Kamakura. No te lo puedes perder. 

El templo que lo alberga abre de 8:00 a 17:00h, y la entrada cuesta 300 yens (más otros 50 yens si quieres penetrar en las entrañas del Buda).

Estatua del Gran Buda de Kamakura
La estatua es tan impresionante que no te cansas de mirarla

Principales templos y santuarios de Kamakura

Con una historia tan rica como la de Kamakura, aquí vas a encontrar templos para aburrir. Hay decenas de ellos, casi tantos como en Kioto. No en vano fue en este lugar donde el Zen echó raíces y se extendió por todo Japón.

Son tantos que enumerarlos todos sería tarea imposible. Así que lo que vamos a hacer es presentarte una pequeña selección de los templos (budistas) y santuarios (sintoístas) más curiosos o interesantes, los que no te debes perder. 

Rincón de un templo cualquiera en Kamakura
Rincón de un templo cualquiera en Kamakura

No es una lista exhaustiva, pero te aseguramos que todos y cada uno de estos templos que citamos es digno de una visita.

Santuario Tsurugaoka Hachimangu

Este santuario sintoísta dedicado a Hachiman (el Dios de la Guerra) fue fundado por los samuráis del clan Minamoto cuando se instalaron en Kamakura, hace ya más de 800 años. 

Una de las dependencias interiores del Hachimangu, donde se celebran a menudo danzas tradicionales
Una de las dependencias interiores del Hachimangu, donde se celebran a menudo danzas tradicionales
El monumental torii que da entrada al santuario
El monumental torii que da entrada al santuario

Es uno de los santuarios más grandes (y famosos) de Japón, otro de los símbolos de la ciudad. Sus jardines, sus árboles sagrados, su complejo lleno de pequeños sub-templos y, sobre todo, el espectacular portal torii de la entrada son dignos de admirar. 

De hecho, la ciudad entera de Kamakura está construida en torno al santuario. Una gran avenida cruza toda la villa en línea recta, desde la costa (a 2 km de distancia) hasta el torii de la entrada. Otra avenida, la Komachi Dori (repleta de tenderetes y restaurantes) lo conecta directamente con la estación de tren. El Hachimangu es el centro neurálgico, el corazón de la ciudad.

Está abierto todos los días del año (de 6:00 a 20:00h), y la entrada es gratuita. Imposible ofrecer más por menos. 

Desde lo alto de la escalinata del Hachimangu, la vista alcanza hasta el litoral
Desde lo alto de la escalinata del Hachimangu, la vista alcanza hasta el litoral

Hasedera, el templo de los mil templos

El templo de Hasedera es un lugar muy especial. Si solo pudieras visitar un templo en todo Japón, te recomendaríamos que fuera este. Porque tiene un poco de todo.

El Hasedera alberga multitud de sub-templos y pequeños santuarios, cada uno con su estilo arquitectónico propio, dedicados a diferentes deidades del panteón budista. Algunos, como el dedicado a la diosa Benten, están excavados en el interior de cuevas, lo que les da cierto toque místico de lo más sugerente.

Detalle de las esculturas de Hasedera
Detalle de las esculturas de Hasedera

Además, Hasedera está lleno de rincones pintorescos y llenos de belleza, con hermosas vistas al mar, jardines coquetos y esculturas exquisitas. Si te gusta el arte de estilo oriental, aquí vas a pasar un buen rato.

Estatua budista de lo más kawaii, representando al bodhisattva Jizo
Estatua budista de lo más kawaii, representando al bodhisattva Jiz
Uno de los edificios de Hasedera
Uno de los edificios de Hasedera

Abre de 8:00 a 17:00h (algunos sub-templos pueden cerrar antes), y la entrada cuesta 400 yens (2,5 euros). El sitio es más bien grande, así que conviene ir con tiempo para poder verlo todo con tranquilidad.

Santuario Zeniarai Benten, donde se lava el dinero

Este santuario, un poco perdido entre las boscosas colinas de la zona Oeste de Kamakura, es uno de los más populares de la ciudad. Y de los más bizarros.

Porque a este santuario, rodeado de cavernas rocosas, los feligreses acuden a lavar su dinero. Como lo oyes. Un santuario dedicado al lavado de capitales. De manera literal, además. 

El nombre del templo, “Zeniarai”, significa exactamente eso en japonés: lavar dinero. Pero, a la hora de la verdad, no funciona exactamente como estás pensando. No, la cosa es más bien simbólica. 

Interior del santuario
Interior del santuario

Aquí la gente viene y pone sus yenes a remojo en el agua sagrada, con la esperanza de que la diosa Benten, patrona del lugar, te conceda la gracia de multiplicarlos y hacer tu fortuna crecer. En un futuro, se entiende. Valen tanto billetes como monedas pero, por razones obvias, no se aceptan tarjetas de crédito.

Dinero que se lava en la cueva
Dinero que se lava en la cueva

Y, como Benten es una deidad generosa, no cobra nada por entrar a su santuario. Abre de 8:00 a 16:30h, todos los días del año. Por ese precio, bien merece la pena hacerle una visita.

Templo Hokokuji y su bosquecillo de bambú

Este pequeño y coqueto templo es famoso por sus jardines y su bosquecillo de bambú, que parece una versión en miniatura del de Arashiyama, en Kioto.

El Hokokuji es una verdadera preciosidad, una de las joyas ocultas de Kamakura en nuestra opinión. Lo malo es que, gracias a su fotogénica cafetería con vistas al jardín de bambú, últimamente ya no se puede decir que sea tan oculta. Se ha convertido en un enclave bastante popular.

Jardines del Hokokuji
Jardines del Hokokuji
Caminito de entrada al bosque de bambú
Caminito de entrada al bosque de bambú
Senda entre los bambúes
Senda entre los bambúes

Para poder disfrutar del sitio a tus anchas, lo más recomendable es visitarlo entre las 12 y las 13:30h, cuando los japoneses están almorzando. Así te evitarás buena parte del gentío y tendrás el templo y su jardincillo para ti solo.

Abre de 9:00 a 16:00h, y la entrada cuesta 400 yens. Si quieres degustar una deliciosa taza de té matcha con su pastelillo de rigor en la cafetería (cosa muy recomendable), son 600 yens más.

Turismo samurái

Ya hemos dicho que, además de ser la cuna del Zen, Kamakura es la ciudad de los samuráis por excelencia.

Aquí fue donde, en el siglo XII, esta casta de nobles guerreros subió a lo más alto de la pirámide social y se hizo con el poder total en Japón. Y les costó casi 700 años soltarlo.

Aún quedan por estos pagos muchas trazas de ese pasado glorioso. Uno de los encantos de Kamakura es seguir las huellas que los antiguos samuráis dejaron aquí y allá. La zona está llena de ellas, solo hay que saber buscar un poco. 

Minamoto Yoritomo
Minamoto Yoritomo

Hay montones de lugares asociados a tal o cual samurái famoso. Si eres un apasionado de la Historia japonesa, puede ser divertido recorrer estos rincones, que a menudo pasan desapercibidos para el común de los turistas.

Lo suyo es ir descubriéndolos a tu aire, mientras paseas por Kamakura. No tienen pérdida, porque siempre suele haber una placa explicativa o un pequeño monumento para conmemorar al personaje o la batalla en cuestión. 

La sencilla tumba del primer Shogun Minamoto, Yoritomo, fundador de la ciudad
La sencilla tumba del primer Shogun Minamoto, Yoritomo, fundador de la ciudad

Por ejemplo, sin ir más lejos, la tumba del primer shogun, Minamoto Yoritomo, el fundador de la ciudad y de la dinastía que regiría los designios de Japón durante los siguientes dos siglos.

Situada en una colina cercana al santuario Tsurugaoka Hachimangu, se trata de un rincón apacible y tranquilo, sin muchas florituras, al que se accede tras subir un buen montón de escaleras

Otro sitio interesante, aunque con un punto macabro, son las Seppuku Yagura. Las cuevas donde los últimos samuráis del clan Hojo se suicidaron haciéndose el seppuku o hara-kiri (esto es, abriéndose las tripas a golpe de katana) tras perder la batalla que acabaría definitivamente con su reino, allá por el siglo XIV.

Cartel que avisa de no entrar a las cuevas del Seppuku
Cartel que avisa de no entrar a las cuevas del Seppuku, por si las moscas (y los fantasmas)

Pese a lo truculento de su historia, son un lugar pintoresco y tranquilo, al que se llega después de un agradable paseo.

Enoshima

La pequeña isla de Enoshima, a la que se accede mediante un puentecillo peatonal, es otra de las joyas de Kamakura. Está a unos 7 km del centro de la ciudad, por lo que, si te gusta caminar, puedes llegar hasta ella dándote un bonito paseo que va bordeando por toda la costa.

Si no te apetece andar, puedes echar mano del coqueto tranvía vintage Enoden, que te deja en la misma entrada de Enoshima.

Enoshima, una isla sagrada dedicada a los dioses del mar, es una verdadera preciosidad. Sus callejuelas y sus paisajes parecen sacados de un cuento de hadas oriental, o de una película de Hayao Miyazaki.

Acantilados de Enoshima, con el monte Fuji al fondo
Acantilados de Enoshima, con el monte Fuji al fondo
La playa de Enoshima no es gran cosa, pero las vistas son insuperables
La playa de Enoshima no es gran cosa, pero las vistas son insuperables

Aquí encontrarás templos maravillosos, acantilados con vistas increíbles (con el monte Fuji de fondo) y un montón de restaurantes y chiringuitos interesantes, a precios populares. 

Además, las playas que rodean Enoshima siempre están animadas, y son uno de los rincones favoritos de la chavalería japonesa. 

Eso es lo único malo del lugar: es tan popular que, los fines de semana, se llena de gente hasta la bandera. Mejor visitarla entre semana, para evitar agobios.

El litoral de Kamakura

Kamakura es una localidad costera, y gracias a ello tiene una buena colección de playas en sus alrededores. La más destacable es, probablemente, la de Yuigahama, que también es la más grande. Está a apenas 2 km del cetro de Kamakura, y es fácil llegar a pie hasta ella.

La costa que rodea Kamakura es muy pintoresca
La costa que rodea Kamakura es muy pintoresca
Monte Fuji sobre el mar, al atardecer
Monte Fuji sobre el mar, al atardecer

Un poco más al Sur tienes Zushi, otra playa interesante, a la que se puede llegar paseando o en autobús. Y no olvidemos la ya mencionada isla de Enoshima, con las playas más populares de la zona.

Eso sí, siendo sinceros, como playa ninguna de ellas es gran cosa. La arena es oscura y basta (volcánica). El mar, de aguas frías y turbulentas, invita poco a bañarse en él. Más que ir con la toalla y la sombrilla, lo suyo es acercarse a ellas simplemente para deleitarse con el paisaje. Que, todo hay que decirlo, es precioso.

En la costa de Kamakura encontrarás islitas encantadoras, acantilados vertiginosos, riscos emergiendo de las aguas, y hasta podrás ver el monte Fuji en lontananza, si el día está lo bastante despejado.  

Puesta de sol desde el cabo Inamuragasaki
Puesta de sol desde el cabo Inamuragasaki
El Fuji es vergonzoso, y no siempre se deja ver del todo
El Fuji es vergonzoso, y no siempre se deja ver del todo

El mejor lugar para disfrutar de las vistas, monte Fuji incluido, es sin duda el cabo de Inamuragasaki.

Situado a medio camino entre la playa de Yuigahama y la isla de Enoshima, es perfecto para llegar hasta allí caminando junto al mar o, también, en el tranvía Enoden (parada de Inamuragasaki). El atardecer aquí es especialmente fotogénico, no te lo vas a querer perder.

Norte de Kamakura, la cuna del Zen

Las colinas al Norte de Kamakura albergan una buena colección de templos budistas, la mayoría de ellos consagrados a la disciplina del Zen. 

Si estás interesado en el Zen y su filosofía, vas a querer hacerles una visita, ya que muchos de ellos organizan sesiones de meditación (algunas incluso en inglés).

Los templos principales se concentran en torno a la estación de Kita-Kamakura (la parada justo anterior a la estación de Kamakura), aunque también se puede llegar hasta allí dando un paseo desde el centro de la ciudad.

Jardines del templo Engakuji, uno de los Cinco Grandes
Jardines del templo Engakuji, uno de los Cinco Grandes

Estos son los más importantes, los llamados Cinco Grandes Templos Zen de Kamakura:

  • Kenchoji, el más antiguo y venerable de todos.
    Abre de 8:30 a 16:30h. Entrada: 500 yens.
  • Engakuji, el más grande, con hermosos jardines y una casa de té aledaña.
    Abre de 8:30 a 16:30h. Entrada: 300 yens.
  • Meigetsuin, con su célebre jardín de hortensias y tumbas de samuráis famosos en su cementerio. 
    Abre de 8:30 a 16:30h. Entrada: 500 yens. 
  • Tokeiji, también llamado Kakekomidera, donde antaño podían acudir a pedir refugio las mujeres que querían divorciarse de sus maridos abusivos.
    Abre de 8:30 a 16:30h. Entrada: 200 yens. 
  • Jochiji, desde donde parte la ruta de hiking que lleva hasta el Gran Buda, en el centro de Kamakura.
    Abre de 8:30 a 16:30h. Entrada: 200 yens. 

Además, por las colinas de esta zona Norte hay diversas rutas de hiking, que conectan los templos unos con otros. Si te gusta caminar, son más que recomendables. Pero ándate con cuidado: la señalización deja bastante que desear, y el terreno puede llegar a ser poco practicable (sobre todo si ha estado lloviendo).


TOURS

Tours recomendados

Ya lo ves, Kamakura tiene tantas cosas que ver que puede resultar difícil organizarse para visitarlas todas. 

Si no dispones de mucho tiempo y no quieres perderte nada, esta excursión es una buena manera de aprovechar al máximo tu estancia en Kamakura

El Gran Buda es un must see total en Kamakura
El Gran Buda es un must see total en Kamakura

En ella, podrás cubrir todos los clásicos básicos del lugar en un solo día, saliendo desde Tokio: el Gran Buda, el santuario Tsurugaoka Hachimangu, y la isla de Enoshima. Lo mejorcito de Kamakura, de manera fácil y cómoda.

También puedes visitar algunos de los paisajes más icónicos como son el monte Fuji, lago Ashi y Kamakura en esta excursión de día completo.


DORMIR

¿Dónde dormir en Kamakura?

Lo más habitual es visitar Kamakura desde Tokio, o incluso desde la vecina Yokohama. Por tanto, lo recomendable sería buscar hotel en cualquiera de estas dos ciudades, que están muy cerca y muy bien comunicadas con Kamakura.

Pero, si quieres dedicarle tiempo a Kamakura para explorarla con más tranquilidad, tampoco es mala idea alojarte aquí. A fin de cuentas, la ciudad y sus alrededores tienen muchas cosas para ver.

En cualquier caso, tienes alojamientos para todos los gustos. Nosotros te recomendamos los siguientes, dependiendo de cuánto quieras rascarte el bolsillo:


CONSEJOS

Comer en Kamakura

Kamakura no deja de ser una pequeña ciudad de provincias, así su oferta gastronómica no es especialmente notable. Puedes encontrar algún que otro café con encanto, y puestecillos de comida callejera aquí y allá, pero nada del otro jueves.

Para comer algo que merezca la pena, lo mejor es irse hasta la vecina isla de Enoshima. Esta islita es un enclave super turístico y, por tanto, lleno de las consabidas trampas para turistas. Pero, al estar pensada principalmente para el turismo local (o sea, japonés), nos permite encontrar opciones culinarias más que interesantes. Y a precios estupendos.

Callejeando por Enoshima vas a encontrar restaurantes y puestos de comida callejera para todos los gustos y bolsillos, pero hay que destacar el pescado y marisco local. Fresco y delicioso. Enoshima es una isla, y eso se nota. 

Foto 41 Shutter XXX Típico tazón de shirasu-don, la especialidad local

Típico tazón de shirasu-don, la especialidad local
Típico tazón de shirasu-don, la especialidad local

No te puedes ir de aquí sin probar un Shirasu-don, la especialidad del lugar. Se trata de un tipo de donburi, o sea, un tazón de arroz blanco con toppings variados. En este caso, el  topping es el shirasu, una especie de pescaditos minúsculos cuya textura y sabor recuerdan vagamente a las angulas.

Pero, si no te apetece gastar tiempo explorando por ahí, nosotros te recomendamos estos tres sitios para tomarse un buen tentempié. Dos en Enoshima y uno en Kamakura, para que haya un poco de todo.

Kamakura Cha Cha; una pequeña heladería junto a la salida Oeste de la estación de Kamakura (tienen otro local en la calle Komachi Dori), especializada en dulces y helados de té verde. Hay distintas variedades a elegir, dependiendo del grado de pureza del té.

IL CHIANTI Beache; un restaurante italiano bastante apañado, justo frente a la playa principal de Enoshima, con unas vistas del mar estupendas. 

Enoshima Uomi Tei; restaurante típico en pleno corazón de Enoshima, especializado en pescado y mariscos locales. La comida es deliciosa, pero las vistas desde el comedor, cuyos ventanales se asoman sobre los acantilados, son aún más inolvidables.

Cómo moverse por Kamakura

Kamakura no es una gran urbe, es más bien una localidad de provincias. Por tanto, las distancias aquí nunca son excesivas y no cuesta mucho llegar a cualquier lado.

La mejor manera de disfrutar de moverse por sus calles y paseos es, sin duda, a pie. La propia ciudad invita a pasear, ya que está llena de naturaleza, y sus calles (salvo las dos o tres arterias principales) son tranquilas y sin demasiado tráfico. 

Con paisajes como este, da gusto pasear por Kamakura
Con paisajes como este, da gusto pasear por Kamakura

Además, hay diversas rutas que enlazan los principales templos y lugares de interés turístico. Si te gusta caminar, en Kamakura te lo vas a pasar de cine.

Aunque a veces las aceras brillan por su ausencia, el tráfico urbano es escaso, los coches no corren mucho y respetan siempre al peatón. Tranquilo, esto no es Indonesia, ni Tailandia.

El tranvía vintage Enoden

Pero, si no te apetece caminar, tienes dos opciones muy buenas. La primera, una completa red de autobuses urbanos que te llevan a todos los rincones de interés. 

El recorrido del Enoden es casi tan pintoresco como el propio tranvía
El recorrido del Enoden es casi tan pintoresco como el propio tranvía

La segunda, el tranvía Enoden, una de las grandes atracciones de la ciudad. Este tranvía vintage, con sus coquetos cochecitos estilo años 20, va desde la estación de Kamakura hasta la entrada a Enoshima, recorriendo a su paso la costa y diversos puntos de interés turístico. 

Merece la pena darse una vuelta en el Enoden, ya que tanto el tren (con sus encantadores vagones de época) como el recorrido (con sus preciosas vistas del litoral) son una experiencia por sí solos. 

Pero, cuestiones estéticas aparte, el Enoden es bastante útil, ya que te acerca a casi todos los puntos de interés de Kamakura.

Rincones con encanto en la Kamakura más profunda
Rincones con encanto en la Kamakura más profunda

Calle comercial Komachi Dori

La calle Komachi Dori, que va desde la estación de tren de Kamakura hasta el santuario Tsurugaoka Hacimangu, merece una mención especial. Es una turistada importante, llena de chiringuitos y puestos de souvenirs, pero es de paso casi obligado cuando se viene a Kamakura. Y en las callejuelas aledañas hay algunas tiendas, cafés y restaurantes que realmente merecen la pena.

Además, si eres fan de las películas de Hayao Miyazaki y el Estudio Ghibli, en la entrada a esta calle vas a encontrar una tienda de lo más interesante. Se trata de Donguri Kyowakoku, o lo que es lo mismo, la store oficial de Ghibli. Repleta de merchandising y cucadas varias inspiradas en los personajes de Miyazaki.

Cuidado con los halcones ladrones de comida

En Kamakura hay dos cosas que debes evitar a como dé lugar. Una, ya lo hemos dicho más de una vez, son los fines de semana. Por el tema de las aglomeraciones.

Y la otra es el peligro que cae del cielo: los halcones. Sí, lo has leído bien, halcones. Los cielos de Kamakura están llenos de ellos, y los animalitos se han acostumbrado tanto a los visitantes que, como parte de su dieta habitual, les encanta lanzarse en picado a robar cualquier pedazo de comida que lleves en la mano.

Halcones en la zona de la playa
Halcones en la zona de la playa

No es ninguna broma. La ciudad entera está cuajada de carteles que te avisan claramente: ojo con los halcones, y ojo con llevar nada de comida en la mano si paseas por la calle. Te van a ver, y van a ir a por ti. Cien por cien seguro.

Lo malo no es que te roben la merienda; lo peor es que, al lanzarse en picado contra tu mano, te pueden hacer una buena avería con sus afiladas garras. Hemos visto este tipo de accidentes en directo más de una vez. 

Si quieres comerte un bocata, no lo hagas mientras caminas. Busca un lugar cubierto y con techo, para que estas aves no puedan acercarse. ¡El que avisa no es traidor! 

Puesta de sol en la costa, como solo puede verse en Kamakura
Puesta de sol en la costa, como solo puede verse en Kamakura

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Mapa

Te dejamos un mapa con todos los puntos de interés de los que te hemos hablado en esta guía. [Haz click en la imagen y te llevará a una nueva ventana de google maps]

Mapa de Kamakura
Mapa de Kamakura