Hace unos días uno de nuestros lectores, Jesús, nos hizo una crítica constructiva en uno de nuestros post donde nos contaba que añoraba esos posts llenos de comentarios y anécdotas. Lejos de cogerla como un comentario negativo, sino todo lo contrario, le contestamos que no podemos obligar a la gente a que escriba comentarios en los post… pero por nuestra parte si que podemos echar mano de algunas anécdotas que siempre tienen estos viajes. Así que hoy hemos querido hacerle un homenaje y de paso desempolvar algunas fotos que muestran la otra cara de un viaje por India de mochileros.
La cámara de vídeo no funciona!!!
Nada más llegar al aeropuerto de Delhi, una vez en el taxi, después de unas cuantas horas de avión y de haber regateado el precio del trayecto, enchufas la cámara de vídeo y te das cuenta que sale un mensajito de error que dice «cabezales sucios»… Eh????? La máquina no graba, se apaga y comienzan los nervios. Madre mia! Pues sí que empezamos bien! ¿Ahora que hacemos? Carme empieza a ponerse de los nervios, y después de hacer mil pruebas y ver la cara del taxista que nos mira por el retrovisor, nos damos cuenta que casualmente compramos un pack de cintas miniDV con una extraña cinta de regalo, una cinta que…. LIMPIABA LOS CABEZALES!!!! Menudo alivio!
Viva la seguridad
Muchas veces te das cuenta de las diferencias que existen entre nuestras culturas. Allá donde ellos pueden ver «seguridad» nosotros vemos un «ehhh????». Pero no deja de sorprenderte algunos recursos para según qué cosas. Sirva de ejemplo estos «extintores de emergencia» por si se origina un incendio…
Foto, foto, foto!
Hay veces en las que pasas a estar al otro lado del objetivo. Tú también eres una persona exótica con tu cara más blanca que la de Iniesta, así que no siempre eres tu quien dispara la foto para hacer algún retrato. Nos encontramos bastante lugares donde la gente nos hacía fotos, donde nos cogían para ponerse a nuestro lado (bueno, casi siempre al lado de Carme) y te hacían una foto. Esta vez fue en el desierto del Thar, donde estos niños jugaban a ser fotógrafos.
Y qué decir de aquellos que se colocan delante para salir siempre en la foto!!! Son niños…
Los madrugones y algo más…
Decides ver el Taj Mahal a la salida del sol. Te levantas con toda la ilusión del mundo todavía de noche, pero te das cuenta que nadie te ha avisado de que las colas que hay que hacer son kilométricas. Habiéndote levantado a las 6 de la mañana y cuando llevas más de una hora parado esperando a entrar notas que el sueño vuelve a surgir y cuando menos te das cuenta te quedas «en la parra» mirando lo primero que tienes delante.
Escenas callejeras
Cuando vas paseando por cualquier calle de India, un país tan diferente al nuestro, te sueles encontrar casi de todo, como por ejemplo una cabra con gorro y suéter. ¿Qué no tendrá suficiente con su lana? Y luego hablamos de los que visten a sus perros…
Señales de vida a casa
Otro tema es cuando esporádicamente llamas a casa para decir que sí, que estás muy bien, que todo va según lo previsto y que te encuentras en una habitación muy limpia, muy bonita y con todo lujo de detalles (esto les generará confianza). Aunque ellos no lo sepan, puede que lleves en tus espaldas 15 horas en un destartalado bus, que estás reventado del viaje y que ya has visto ciertos «pobladores» en tu lujosa habitación: la «suite», con solo una jarra de plástico decorando el ambiente.
Y ni te cuento ya cuando pillas la cama después de haber pasado la noche en un vagón de sleeper class, con mucho frío, niebla, ronquidos, SIN MANTAS!!!, y sin haber pegado ojo. Cualquier cama, por dura que esté, te parecerá gloria al lado de la fría litera del tren.
Los acuerdos, y la diplomacia…
Hay veces en los que te asaltan por la calle pidiéndote que entres aquí a comprar, que vengas aquí a comer, etc, etc. Muchas de ellas la gente se muestra muy simpática y agradable, y como no somos de piedra en algunos casos acabamos cediendo. En Agra recuerdo cuando un señor empezó a hablar con Carme para que nos quedásemos a cenar en su restaurante; era nochebuena, y dada la simpatía del hombre y en vista de que todas las terrazas de la zona parecía iguales accedimos. Eso sí, siempre hay que cumplir lo que se promete y un apretón de manos sella el acuerdo.
Pero… a veces hay que lidiar con temas más peliagudos. Es lo que tiene cuando te vas de fiesta de cumpleaños (de Carme) con 3 indios que no conoces, en una casa cochambrosa a unos cuantos km de Jaisalmer, con un francés con el que has hecho amistad y una caja de cervezas y ron. Tu instinto te dice que no debes beber más de la cuenta, que estamos «in the middle of nowhere» y que la cosa no debe irse de las manos. Así y todo la gente es amigable, pero cuando dices lo de «y si nos volvemos ya?» y te dicen que todavía es pronto, que vamos a quedarnos más rato y tal… la cosa se complica. En estos momentos es mejor mantener la calma, ser firme y no dejar que te convenzan para dejar al francés allí durmiendo -como nos dijeron-. El francés es mío y me lo llevo, aunque sea a rastras -les dije- y parece ser que al final nos entendimos.
Conclusiones
Cuando viajas hay que disfrutar de todo y quedarse siempre con lo bueno. Anécdotas siempre habrán, unas buenas y otras «normales», pero pocas veces malas. La verdad es que viajar de mochilero es una gozada y lo recomendamos a todo el mundo.
Un saludo a todossssssss
No te pierdas la segunda parte de lo que el ojo no ve en un viaje a India
Qué bueno, me encanta. Gracias!!!!!