La Costa blanca, donde se encuentra la Ruta de los miradores de Jávea de la que hablaremos hoy, comprende más de 200 km de pueblos de preciosos cascos antiguos, aguas cristalinas, acantilados con magníficas vistas y playas en las que una siempre está deseando darse un chapuzón, aunque no sea verano.
La parte que pertenece a Jávea, todo sea dicho, no tiene desperdicio. Y no solo por sus playas, entre las que se encuentran la tan bonita y popular Granadella o el frecuentado Arenal sino porque además hay calas, rutas de montaña y la que venimos a mostraros hoy, una ruta de miradores que compiten por unas vistas que quitan el hipo. Aunque si no sois mucho de arena y agua siempre podéis dar un paseo por La marina sin playa.
Estos miradores de los que hablamos hoy se encuentran separados por varios kilómetros, así que, aunque hay recomendaciones de hacerlo en bici, debido a las características de la zona con sus subidas y bajadas, puede resultar duro. En nuestra opinión, si se dispone de poco tiempo en Jávea, lo mejor es elegir un par de ellos o tres y visitarlos como complemento a un día de descanso o de visita a esta localidad costera.
Se trata de 15 miradores que se pueden visitar durante todo el año, el único requisito indispensable para sacar unas buenas fotografías y deleitarse con tales paisajes, es que haga un buen día, cosa que casi siempre sucede en esta afortunada parte de la costa alicantina.
Estamos seguros de que te apetece mucho disfrutar de las vistas, así que te las mostramos todas a continuación.
Empezaremos por uno de los miradores más visitados debido a su ubicación y por su panorámica. Una buena opción es visitarlo después de hacer una ruta por el Montgó, pues se encuentra en la planicie que va de esta montaña al mar. Al norte verás Denia, al sur Jávea, y en los días muy claros, al horizonte podrás contemplar Ibiza. A nosotros además, nos trae recuerdos del Cap de Barbaria, en Formentera. Vale la pena, ¿verdad?
¿Te apetece andar un poquito? Sube a “Els molins” campo a través y párate a contemplar la bahía de Jávea durante el paseo. En realidad se trata de un pequeño trekking en el que da tiempo a hacer poco más que estirar las piernas, pero es una buena alternativa a subir hasta arriba en coche.
Es fácil llegar con perretes, a Bambú le encanta este paseo, por eso lo hemos repetido varias veces.
Al sur de la concurrida playa del Arenal se encuentra el siguiente mirador de esta ruta, desde el cual podremos ver el Montgó desde una perspectiva al más puro estilo Monte Fuji. En verano encontrarás a mucha gente que aprovecha para estirar las piernas tras una buena siesta en la arena y otros que se tiran a nadar al lado de las rocas.
Es quizás uno de los miradores con vistas menos impresionantes al encontrarse al nivel del mar, pero si estás pasando el día en esta playa, no lo dudes y acércate.
Este mirador no se encuentra en las alturas, sino sobre unas dunas fósiles formadas por eolianita hace unos 100.000 años . Estar a nivel del mar no le resta ni un ápice de espectacularidad, pues las vistas, aunque a ras de suelo, nada envidian a las del resto de miradores de la lista.
El canal tallado sobre estas formaciones fue antaño una canalización para permitir la entrada de agua marina a las salinas del Saladar
Al sur de una extensión rocosa en la que todo el mundo parece encontrar la forma de colocar una silla o la toalla sin caer al agujero más profundo, tropezarás con Cala blanca. Esta especie de piscina natural de aguas cristalinas suele estar abarrotada en verano, así que si tu idea es darte un chapuzón, es mejor que la visites en épocas de menor afluencia. Debido al clima de la zona, a finales de primavera suele hacer ya bastante calor como para que zambullirse sea apetecible.
Horrible el acceso y diminuto el aparcamiento, así que si no te quieres estresar ni te apetece perder el tiempo mejor accede desde Cala Blanca por el pequeño sendero por el que además ya disfrutarás de las vistas, que vuelven a coger altura.
Abajo verás la pequeña Cala de dins, con una discreta playa de piedra. Algunas lanchas paran por la zona, y suele haber gente con kayak o practicando paddle surf. Llévate el bañador puesto porque ya te avanzamos que te vas a querer tirar a nadar…
Justo enfrente queda la isla del Portitxol y desde este mirador se puede llegar a la cala del mismo nombre y a Cala sardinera, mucho mejor que quedarse simplememnte a tomar una foto desde esta cruz.
Siguiendo la Ruta de los miradores hacia el sur, tropezamos con el mirador de L’illa, desde donde vemos la bahía del Portitxol y la cala y la isla con el mismo nombre.
Similar al anterior, con vistas parecidas (el cap prim, el mirador del protixol y la isla), este mirador a 150 m de altura sobre el nivel del mar al que asoma, es el lugar perfecto para descansar un ratito escondido en la sombra de su vegetación.
Mirando al norte, desde este punto, tu vista tropieza con casi todo: el Montgó, el cabo de San Antonio, el cap prim y la isla del portitxol. Desde Cap Negre tu retina capturará todos los relieves de todos los puntos que has ido visitando hasta el momento.
¿Te has fijado alguna vez en esa puntita de las costa blanca que sobresale en el mapa y que parece querer acariciar Ibiza? Eso es el Cap de la Nau, la zona más cercana a las islas vecinas y en él hay un faro de casi un siglo de antiguedad.
El vértigo no lo da el mirador hacia los acantilados, sino imaginar a gente colgada de estos con cuerdas y tridentes para pescar, como se solía hacer antaño.
Con vistas a Cala Ambolo, cerrada por mucho tiempo por el riesgo de desprendimiento, este mirador es uno de nuestros favoritos. Hacia el norte verás Les pesqueres y el faro de Cap de la nau, y delante de tí la isla del descubridor.
Antes de ir pensábamos que el mirador era el mismo castillo, pero los paneles informativos nos llevaron hasta este lugar rebuscado con ni siquiera un lugar para aparcar. Mirando al mar, a tu izquierda queda la cova del llop marí. Como en todos los demás, la panorámica es excepcional, pero el mirador muy pequeño y quizás uno de los que menos recomendamos. De hecho, hemos vuelto a casi todos en varias ocasiones con amigos, pero este nunca lo hemos vuelto a visitar.
Para finalizar la Ruta de los miradores de Jávea y dando un giro de 180 grados, dejamos de mirar al mar y nos fijamos en el interior, en concreto al Parque forestal de la granadella, de gran valor ecológico con sus 750 hectáreas. Los amantes del senderismo podrán disfrutar de una ruta circular de difícultad media que incluye este mirador.
No obstante, desde donde se aparca el coche tenemos, otra vez, vistas del mar y, en esta ocasión de gran parte de la población de Jávea.