Hablamos hoy de uno de los platos fuertes de cualquier viaje a Corea del sur, Jeonju, una ciudad conocida sobre todo gracias a su peculiar y bien conservado barrio de Hanoks y por ser cuna de la dinastía Joseon.
Se encuentra bastante cerca de Seúl, por eso es muy difícil obviar esta visita, pues la cercanía a la capital y su belleza son dos factores que hacen que sean muchos los turistas que incluyan esta ciudad en su itinerario.
Muchas de las cosas que ver en Jeonju están en el mismo Jeonju Hanok village o muy cerca de él y se llega a ellas andando, algo que se agradece especialmente si vienes de Seúl, por eso nuestra recomendación es que te alojes en su interior o en un lugar cercano. Pero continúa leyendo que te contamos un poquito más.
Ya hemos dicho que el motivo principal de la visita a Jeonju es visitar su barrio de Hanoks, Jeonju Hanok Maeul, quizás el más popular y más visitado de toda Corea. Por sus calles pasean a todas horas turistas, la gran mayoría locales y ataviados con el traje tradicional coreano hanbok, caracterizado el de ellas por sus pomposas y coloridas faldas, que convierten cualquier foto de sus calles en pura fantasía.
Muchas de las cientos de casas tradicionales se han transformado en restaurantes, cafeterías, tiendas de souvenirs, heladerías o tiendas donde alquilar estos hanboks, algo que, aunque para algunos sea lo más parecido a visitar un parque temático, hace que un paseo por sus calles sea una actividad de lo más entretenida.
Para no quedarse con una idea superficial, la aldea ofrece la oportunidad de profundizar en la cultura coreana, con talleres de artesanía, presentaciones de música y danza y la posibilidad de probar la gastronomía local, como el famoso plato de arroz bibimbap. Los visitantes también pueden participar en actividades como la fabricación de papel hanji o hacer cerámica.
A pesar de ser algo muy turístico, en Jeonju muchos viajeros optan por vivir la experiencia de alojarse en una de estas casas típicas, pues tiene una amplia oferta, algo que no sorprende teniendo en cuenta que en la Jeonju Hanok Maeul hay unos 800 hanoks.
Eso sí, mentalízate de dormir en el suelo en un modesto y enjuto colchón y no esperes grandes lujos que no sean otra cosa que un bonito jardín que compartir con otros huéspedes.
Como habrás podido deducir, Jeonju Hanok Village es lo suficientemente grande y tiene tantas actividades como para pasar toda una jornada. Pero no se vayan todavía, que aún hay más…
El Santuario Gyeonggijeon fue fundado en 1410 y tiene varios pabellones separados por jardines, perfecto para dar un paseo, eso sí, siempre acompañado de decenas de personas, pues suscita mucho interés.
Y es que se trata de uno de los lugares más destacados y que más visitas recibe de las cosas que ver en Jeonju y cabe mencionar que en su interior hay un retrato del rey Lee Taejo, el fundador de la dinastía de Joseon.
Justo enfrente del santuario queda la Catedral de Jeondong, un edificio romano-bizantino construido en ladrillo rojo que, si no hay misa, solamente podrás ver por fuera.
Fue construida por un misionero francés en el lugar en el que fueron ejecutados católicos coreanos y es visible desde muchos puntos de la aldea.
En una discreta colina al lado del barrio de hanoks se encuentra el Omokdae. No es más que un pabellón en el lugar donde se dice que Yi Seong-gye paró a celebrar la victoria contra los japoneses, pero lo que en realidad importa del sitio son las vistas de la aldea. Desde allí arriba puedes contemplar los tejados de la mayoría de casas de la Hanok Village.
Por cierto, a no ser que haya otro acceso que nosotros no vimos, la subida se hace por unas escaleras de madera con ninguna accesibilidad para un carro de bebé.
Otra de las cosas que ver en Jeonju es la escuela confuciana Jeonju Hyanggyo, Tesoro Histórico de Corea del Sur. Fue un establecimiento educativo fundado durante la dinastía Joseon. También se puede entrar y pasear por los jardines que llevan a los distintos pabellones del recinto.
Lo que ocurre con los barrios que se hacen populares debido a su street art es que, aunque no tengan ninguna pintura que sea una verdadera obra de arte (que a veces sí), le confieren a las calles un ambiente especial. Los colores de los dibujos iluminan las callejuelas y suele ser divertido caminar mientras las descubres.
El Jaman Mural Village, en concreto, es un pequeño barrio de callejuelas estrechas y empinadas que se puede visitar dando un paseo desde el Hanok village.
No nos olvidamos de la siempre recomendada visita a un mercado local en cualquier destino que se visite, en este caso Nambu Market, donde encontrarás comida, como abundante fruta y verdura o incluso muebles.
Si vas a Jeonju en fin de semana, los viernes y sábados por la noche hay puestos de comida callejera, así que, a pesar de que puedas encontrar mucha gente, vale mucho la pena.
De la antigua muralla se conserva la puerta sur de entrada, lugar que verás de paso si vas al mercado, aunque en realidad no hay mucho más que hacer que alguna foto para el recuerdo. Eso sí, fotogénica es un rato.
Hay platos que se tienen que probar en su lugar de origen y en este caso, en la capital gastronómica Jeonju, el verdadero protagonista es el plato bibimbap.
Se trata de un plato con base de arroz hervido acompañado de verduritas variadas, brotes de soja, un huevo y lo que más nos gusta es que tiene su versión vegetariana, pues la parte de carne se puede reemplazar con algún derivado de la soja como el tofu o el tempeh sin quitarle ni un ápice de gracia al plato.
Si quieres escapar un rato de la multitud puedes acercarte al río y dar un paseo por la ribera. Aparte de algunos jubilados caminando u ocupados en algún parque de calistenia, no te cruzarás con mucha gente más.
Hemos hablado de la posibilidad de alojarse en una de las casas tradicionales Hanboks. Hay centenares de opciones por toda la aldea, y en nuestro caso elegimos Saekdong Jeogori Hanok Pensión Jeonju.
Es un alojamiento modesto, una casa con 4 habitaciones que comparten una sala de estar, una minúscula cocina para lo justo y el jardín. Las habitaciones tienen el espacio suficiente para el futón y tu mochila o maleta y un baño privado pequeño. Eso sí, está todo impecable.